Cada año les damos por muertos, ponemos punto y final a su romance con la final del este que, conquistada en dos ocasiones, no han dejado de jugar desde que el año 2003 cayeran ante los Nets. Pacers en su día, Cavs y Bulls a día de hoy... Pasan los años y el histórico equipo de Michigan, y no me refiero al que vio nacer la leyenda de Magic ni al que perdió una final por culpa un tiempo muerto que no podía pedirse, sigue en lo más alto de la Central Division.
Buque insignia de una ciudad con uno de los índices de delincuencia más altos del país, los Pistons son odiados por la mayoría de la prensa y aficionados de la liga desde que dejaran en el arroyo el mejor cuarteto que se haya visto en la historia del baloncesto. "Bad is Back", rezaban las camisetas: no faltaba razón.
Plantilla actual: Tras perder a Grant Hill y quedar fuera en el año anterior, en la temporada 2001-02 los Pistons volverían a los Play-Offs. La columna vertebral abandonaría la plantilla en verano, con Jerry Stackhouse marchándose a los Wizards a cambio de Richard Hamilton y un trotamundos sin remedio que en su día fue número tres del Draft, Chauncey Billups, llegando para quitarle el puesto a Chucky Atkins. Junto a Cliff Robinson, Corliss Williamson y unos verdes Okur y Prince firmarían el mismo récord y llegarían a su primera final del este para ser barridos por los Nets.
Prince se había confirmado en los Play-Offs como una pieza a tener en cuenta, y junto a Wallace, Billups y Hamilton formaba en un quinteto que ponía presión a unos Pacers que parecían imparables. Nadie contaba con aquel equipo, considerado como el ejemplo de lo bajo que había caído la conferencia este. Los cuatro citados y Rasheed Wallace llegarían a la gran final, y el paseo bañado en oro bajo el sol californiano acabaría teniendo lugar en la deprimente Detroit.
¿Álguien imagina lo que hubiera pasado de elegir a Melo, Bosh o Wade? En fin, el caso es que llegaría Milicic, y que aquella misma plantilla llegaría otra final para perderla ante los Spurs. Se íria Larry Brown, después Ben Wallace, pero las finales del este seguirían a la orden del día; aunque, con Flip Saunders en el banquillo, no mucho más.
Cuatro de los cinco siguen allí, en un equipo gestionado por Joe Dumars desde los despachos y cuya cuesta abajo se verá suavizada por la llegada de talentos jóvenes como Arron Afflalo, Jason Maxiell, Rodney Stuckey o Amir Johnson. Cambio generacial necesario para no volver a desgastar los veteranos antes de la cuenta y ver por la televisión nacional el escenario que pisaron por dos veces consecutivas: la gran final.
Hay un factor que juega a favor de los de Saunders de cara a ser optimistas para las esperanzas de Detroit en esta campaña. Los Pacers del 2004 y los Heat del 2005 fueron los mejores de la conferencia en estos años, para luego caer en la final ante el segundo clasificado (Detroit). Luego estos pasaron a ser el mejor de la temporada regular, lo que les hizo caer ante Miami y Cleveland. ¿Álguien sabe como va Detroit y como va Boston? Si la lógica sigue, tenemos finales en Auburn Hills.
Cuerpo técnico: Los dos años de Flip Saunders en el banquillo podrían calificarse de intachables de no ser por su papel en la postemporada. En su primer año en el banquillo llevó al equipo hacia el mejor récord de su historia, aunque consecuencia del desgaste necesario para lograr tal hazaña los condenaría a una prematura eliminación en las finales a manos de los Heat, a quiénes les bastó con un mes de baloncesto para proclamarse campeones.
En el segundo se relajaron un poco, aunque no les costaría mucho hacerse con otro título de mejor equipo del este en Regular Season. Superarían sobradamente los Magic de Dwight Howard, y tampoco tendrían demasiados problemas en eliminar a los Bulls de su ex-compatriota Ben Wallace, aún el miedo que daba ver lo que había hecho Chicago con los Heat. Llegaban a su quinta final consecutiva, que a los dos partidos también parecía destinada a ser un camino de rosas.
Pero el oficio de unos Cavs liderados por Lebron James llevó la serie a las tablas, y la eliminatoria volvía a Auburn Hills abierta y con opciones de que pasara cualquier cosa. ¿Cansancio? ¿Mala gestión? ¿Dios en el cuerpo de Lebron? El caso es que el fortín de los Pistons no fue tal, y que Lebron hizo una histórica exhibición en el quinto partido que dejó la serie en manos de los Cavs y, más en concreto, en la muñeca de Daniel Gibson en el sexto y definitivo choque.
Huele a última oportunidad para Saunders, que ya fracasó en su etapa en Minnesota cuando llegaba la hora de la verdad. Quizás Dumars ya está buscando recambio (Laimbeer sería una gran opción) para este equipo que irá a menos y necesitará de los jóvenes que él ha ido seleccionando en el Draft. Costará que Maxiell o Afflalo mantengan el nivel al que se habría llegado si no se hubiera elegido a Darko Milicic. Da miedo pensar donde estarían ahora los Pistons...
Nadie duda de Dumars, que ha confeccionado una plantilla de un gran nivel y que viene siendo competitiva desde el día que el se sentó en la silla de mando. No parece que se aproximen movimientos en Detroit después de enviar a Mohammed a los Bobcats. Como mucho podría darse un último retorno de Chris Webber pero, por favor, que le mantengan callado en caso de llegar a un agónico último partido en una final de la NBA.
Imagen: La fiebre del azul verdoso (teal en inglés) de los noventa hizo mucho daño en Detroit. ¿Como queréis que Grant Hill pase de primera ronda con semejante insulto a la historia del equipo? No es que la combinación de teal, black, red and yellow fuera horrible del todo (aunque dicho así lo suene), pero cuando llevas cuarenta años en la liga no puedes permitirte romper con tu historia.
Casualidades de la vida, al dejar el caballo todo fue a pedir de boca para el equipo de Detroit. Bueno, dejarían los colores, ya que el caballo sobreviviría aún unos cuantos años hasta que finalmente renovaron el logo y lograban estar en paz consigo mismos. Moderno y con clara memoria ochentera, parece destinado a persistir durante décadas.
Y es que desde que volvieron a su uniforme clásico, este parece haber logrado aquella etiqueta de "intocable" que muy pocos en la liga tienen. En una mano cuento a Celtics, Bulls, Pistons, Lakers y Spurs, y con el paso de los años quizás podrá decirse lo mismo de Clippers (por aburridos más que nada) y Knicks (que aún clásico ha sufrido ciertos cambios graduales en su historia).
Azul y rojo, ahora y siempre azul y rojo. Este es el camino del anillo, esta es la identidad de los Pistons, y esto es lo que nunca más pueden permitirse a perder. El mal ya está hecho, pero rectificar es de sabios. Y dejo claro que a mi me gusta el uniforme (de hecho conozco una chica que tiene la camiseta de Grant Hill y creo que se la compraré), pero no es digno de un equipo como Detroit.
Potencial futuro: El párrafo que escribí el otro día en el análisis de Denver podría ir aquí de no ser por el bluf de Darko. ¿Quién querría perderse al nuevo Gasol, Nowitzki o Stojakovic? Joe Dumars no quería ser este, y fue a por la gran promesa europea pasando olímpicamente del freshman campeón universitario, nacido además no muy lejos de Detroit, Carmelo Anthony.
Pero bueno, con lo que hay habrá que hablar del potencial en un futuro inmediato. Reconozco no ser muy conocedor de los nombres que voy a dar, pues sigo a Detroit menos de lo que su récord y buen juego merecerían. De todos modos, me permitiré el lujo de opinar ya que dejar este espacio en blanco sería feo de cara a la colección de treinta artículos que pretendo finalizar antes o después.
Jason Maxiell y Amir Johnson son los referentes interiores del futuro, una vez las canas de McDyess y Rasheed no puedan más que arrastrarse por las canchas de media liga. Maxiell es un portento físico trabajador y que hace números con facilidad, mientras que Amir Johnson es un proyecto para el futuro del que dicen ir sobrado de calidad y estar no muy lejos de demostrar su nivel. En este presumible juego interior para la próxima década, Cheikh Samb sería el Saer Sene de turno que tendría minutos desde el banco (le vi en LEB-2 y no apuesto nada por él).
Los rookies Afflalo y Stuckey formarían una pareja exterior con calidad al lado de gente como Hayes y Prince. Sin retirar a los que hay, por supuesto, que aún les queda cuerda para rato. La duda va encarada hacia la siguiente dirección: ¿cuanto tiempo le queda a este bloque en la élite? ¿cuando podremos no contar con ellos como "title contenders?
Lo que yo haría: Seguir moviéndome en el Draft y no renovarme hasta que el proyecto esté muerto. Por el compromiso demostrado y el nivel dado, Wallace, Hamilton y Billups merecen tener oportunidades en los Pistons hasta que se retiren, para que sus dorsales acompañen a los clásicos de los ochenta, Lanier y Bing.
Hay mucha calidad en el banco, pero si este año no se logra el anillo daría salida a hombres como Murray, McDyess, Herrmann y Brezec para intentar sacar alguna ronda de Draft o algún joven con el que trabajar. En este sentido, un base que supla a Billups con las garantías que Hunter dejará de ofrecer sería una pieza importante a conseguir y encajar en el tan consolidado bloque.
Lo que se comentó en su día: Yo repasaba la trayectoria histórica de los Pistons y me alargaba un poco más en lo que había vivido. Me preguntaba si seguían vivos o si había pasado su tiempo, y las mismas dudas asaltaban a Wilt, que los calificó como "un equipo de mánager, un grupo de buitres muy difíciles de analizar correctamente".
No les veía luchando por el título, al igual que Rafita. El que si apostaba por ellos era McMillan, que creía que Ben Wallace estaba sobrevalorado y que sin él crecían las opciones de los Pistons para hacer algo grande. Surgiría una pequeña discusión sobre lo malo que era Isiah Thomas, aunque no como jugador, claro está.
A día de hoy no se generarían discusiones entorno a su negadez por entrenar y dirigir una franquícia en la NBA, todos sabemos lo malo que es. El personaje del año en los Taylor Awards (que tarde o temprano tendrán ceremonia de entrega) así lo atestigua. Esta pequeña discusión y Julius Bird rememorando el logo robótico de los cincuenta fue todo lo que dieron de sí los once comentarios que tuvo el artículo que os presento a continuación:
http://taylorwolves.blogspot.com/2006/08/la-recompensa-de-ser-malo.html
Conclusión: Como hemos dicho en muchísimos artículos anteriores, muchas dudas alrededor del equipo. Que si el entrenador, la veteranía de las estrellas, la superioridad colectiva de los Celtics e individual de los Cavs... Es lo que decía Wilt, es muy difícil de analizar este equipo y los juícios que se hacen sobre ellos suelen ser a posteriori.
Si de entre Pistons, Suns y Mavs me hacen elegir quién creo que seguro no gana el anillo no sé por quién apostaría, pero si lo hiciera por los Pistons estaría dudando de aquí hasta junio. Suns o Mavs pueden ganar el anillo, pero generan mil y una dudas en comparación con los de Auburn Hills. Como me pasa con el Madrid en Champions, hasta que no les veo fuera de Play-Offs no respiro aliviado.
Buque insignia de una ciudad con uno de los índices de delincuencia más altos del país, los Pistons son odiados por la mayoría de la prensa y aficionados de la liga desde que dejaran en el arroyo el mejor cuarteto que se haya visto en la historia del baloncesto. "Bad is Back", rezaban las camisetas: no faltaba razón.
Plantilla actual: Tras perder a Grant Hill y quedar fuera en el año anterior, en la temporada 2001-02 los Pistons volverían a los Play-Offs. La columna vertebral abandonaría la plantilla en verano, con Jerry Stackhouse marchándose a los Wizards a cambio de Richard Hamilton y un trotamundos sin remedio que en su día fue número tres del Draft, Chauncey Billups, llegando para quitarle el puesto a Chucky Atkins. Junto a Cliff Robinson, Corliss Williamson y unos verdes Okur y Prince firmarían el mismo récord y llegarían a su primera final del este para ser barridos por los Nets.
Prince se había confirmado en los Play-Offs como una pieza a tener en cuenta, y junto a Wallace, Billups y Hamilton formaba en un quinteto que ponía presión a unos Pacers que parecían imparables. Nadie contaba con aquel equipo, considerado como el ejemplo de lo bajo que había caído la conferencia este. Los cuatro citados y Rasheed Wallace llegarían a la gran final, y el paseo bañado en oro bajo el sol californiano acabaría teniendo lugar en la deprimente Detroit.
¿Álguien imagina lo que hubiera pasado de elegir a Melo, Bosh o Wade? En fin, el caso es que llegaría Milicic, y que aquella misma plantilla llegaría otra final para perderla ante los Spurs. Se íria Larry Brown, después Ben Wallace, pero las finales del este seguirían a la orden del día; aunque, con Flip Saunders en el banquillo, no mucho más.
Cuatro de los cinco siguen allí, en un equipo gestionado por Joe Dumars desde los despachos y cuya cuesta abajo se verá suavizada por la llegada de talentos jóvenes como Arron Afflalo, Jason Maxiell, Rodney Stuckey o Amir Johnson. Cambio generacial necesario para no volver a desgastar los veteranos antes de la cuenta y ver por la televisión nacional el escenario que pisaron por dos veces consecutivas: la gran final.
Hay un factor que juega a favor de los de Saunders de cara a ser optimistas para las esperanzas de Detroit en esta campaña. Los Pacers del 2004 y los Heat del 2005 fueron los mejores de la conferencia en estos años, para luego caer en la final ante el segundo clasificado (Detroit). Luego estos pasaron a ser el mejor de la temporada regular, lo que les hizo caer ante Miami y Cleveland. ¿Álguien sabe como va Detroit y como va Boston? Si la lógica sigue, tenemos finales en Auburn Hills.
Cuerpo técnico: Los dos años de Flip Saunders en el banquillo podrían calificarse de intachables de no ser por su papel en la postemporada. En su primer año en el banquillo llevó al equipo hacia el mejor récord de su historia, aunque consecuencia del desgaste necesario para lograr tal hazaña los condenaría a una prematura eliminación en las finales a manos de los Heat, a quiénes les bastó con un mes de baloncesto para proclamarse campeones.
En el segundo se relajaron un poco, aunque no les costaría mucho hacerse con otro título de mejor equipo del este en Regular Season. Superarían sobradamente los Magic de Dwight Howard, y tampoco tendrían demasiados problemas en eliminar a los Bulls de su ex-compatriota Ben Wallace, aún el miedo que daba ver lo que había hecho Chicago con los Heat. Llegaban a su quinta final consecutiva, que a los dos partidos también parecía destinada a ser un camino de rosas.
Pero el oficio de unos Cavs liderados por Lebron James llevó la serie a las tablas, y la eliminatoria volvía a Auburn Hills abierta y con opciones de que pasara cualquier cosa. ¿Cansancio? ¿Mala gestión? ¿Dios en el cuerpo de Lebron? El caso es que el fortín de los Pistons no fue tal, y que Lebron hizo una histórica exhibición en el quinto partido que dejó la serie en manos de los Cavs y, más en concreto, en la muñeca de Daniel Gibson en el sexto y definitivo choque.
Huele a última oportunidad para Saunders, que ya fracasó en su etapa en Minnesota cuando llegaba la hora de la verdad. Quizás Dumars ya está buscando recambio (Laimbeer sería una gran opción) para este equipo que irá a menos y necesitará de los jóvenes que él ha ido seleccionando en el Draft. Costará que Maxiell o Afflalo mantengan el nivel al que se habría llegado si no se hubiera elegido a Darko Milicic. Da miedo pensar donde estarían ahora los Pistons...
Nadie duda de Dumars, que ha confeccionado una plantilla de un gran nivel y que viene siendo competitiva desde el día que el se sentó en la silla de mando. No parece que se aproximen movimientos en Detroit después de enviar a Mohammed a los Bobcats. Como mucho podría darse un último retorno de Chris Webber pero, por favor, que le mantengan callado en caso de llegar a un agónico último partido en una final de la NBA.
Imagen: La fiebre del azul verdoso (teal en inglés) de los noventa hizo mucho daño en Detroit. ¿Como queréis que Grant Hill pase de primera ronda con semejante insulto a la historia del equipo? No es que la combinación de teal, black, red and yellow fuera horrible del todo (aunque dicho así lo suene), pero cuando llevas cuarenta años en la liga no puedes permitirte romper con tu historia.
Casualidades de la vida, al dejar el caballo todo fue a pedir de boca para el equipo de Detroit. Bueno, dejarían los colores, ya que el caballo sobreviviría aún unos cuantos años hasta que finalmente renovaron el logo y lograban estar en paz consigo mismos. Moderno y con clara memoria ochentera, parece destinado a persistir durante décadas.
Y es que desde que volvieron a su uniforme clásico, este parece haber logrado aquella etiqueta de "intocable" que muy pocos en la liga tienen. En una mano cuento a Celtics, Bulls, Pistons, Lakers y Spurs, y con el paso de los años quizás podrá decirse lo mismo de Clippers (por aburridos más que nada) y Knicks (que aún clásico ha sufrido ciertos cambios graduales en su historia).
Azul y rojo, ahora y siempre azul y rojo. Este es el camino del anillo, esta es la identidad de los Pistons, y esto es lo que nunca más pueden permitirse a perder. El mal ya está hecho, pero rectificar es de sabios. Y dejo claro que a mi me gusta el uniforme (de hecho conozco una chica que tiene la camiseta de Grant Hill y creo que se la compraré), pero no es digno de un equipo como Detroit.
Potencial futuro: El párrafo que escribí el otro día en el análisis de Denver podría ir aquí de no ser por el bluf de Darko. ¿Quién querría perderse al nuevo Gasol, Nowitzki o Stojakovic? Joe Dumars no quería ser este, y fue a por la gran promesa europea pasando olímpicamente del freshman campeón universitario, nacido además no muy lejos de Detroit, Carmelo Anthony.
Pero bueno, con lo que hay habrá que hablar del potencial en un futuro inmediato. Reconozco no ser muy conocedor de los nombres que voy a dar, pues sigo a Detroit menos de lo que su récord y buen juego merecerían. De todos modos, me permitiré el lujo de opinar ya que dejar este espacio en blanco sería feo de cara a la colección de treinta artículos que pretendo finalizar antes o después.
Jason Maxiell y Amir Johnson son los referentes interiores del futuro, una vez las canas de McDyess y Rasheed no puedan más que arrastrarse por las canchas de media liga. Maxiell es un portento físico trabajador y que hace números con facilidad, mientras que Amir Johnson es un proyecto para el futuro del que dicen ir sobrado de calidad y estar no muy lejos de demostrar su nivel. En este presumible juego interior para la próxima década, Cheikh Samb sería el Saer Sene de turno que tendría minutos desde el banco (le vi en LEB-2 y no apuesto nada por él).
Los rookies Afflalo y Stuckey formarían una pareja exterior con calidad al lado de gente como Hayes y Prince. Sin retirar a los que hay, por supuesto, que aún les queda cuerda para rato. La duda va encarada hacia la siguiente dirección: ¿cuanto tiempo le queda a este bloque en la élite? ¿cuando podremos no contar con ellos como "title contenders?
Lo que yo haría: Seguir moviéndome en el Draft y no renovarme hasta que el proyecto esté muerto. Por el compromiso demostrado y el nivel dado, Wallace, Hamilton y Billups merecen tener oportunidades en los Pistons hasta que se retiren, para que sus dorsales acompañen a los clásicos de los ochenta, Lanier y Bing.
Hay mucha calidad en el banco, pero si este año no se logra el anillo daría salida a hombres como Murray, McDyess, Herrmann y Brezec para intentar sacar alguna ronda de Draft o algún joven con el que trabajar. En este sentido, un base que supla a Billups con las garantías que Hunter dejará de ofrecer sería una pieza importante a conseguir y encajar en el tan consolidado bloque.
Lo que se comentó en su día: Yo repasaba la trayectoria histórica de los Pistons y me alargaba un poco más en lo que había vivido. Me preguntaba si seguían vivos o si había pasado su tiempo, y las mismas dudas asaltaban a Wilt, que los calificó como "un equipo de mánager, un grupo de buitres muy difíciles de analizar correctamente".
No les veía luchando por el título, al igual que Rafita. El que si apostaba por ellos era McMillan, que creía que Ben Wallace estaba sobrevalorado y que sin él crecían las opciones de los Pistons para hacer algo grande. Surgiría una pequeña discusión sobre lo malo que era Isiah Thomas, aunque no como jugador, claro está.
A día de hoy no se generarían discusiones entorno a su negadez por entrenar y dirigir una franquícia en la NBA, todos sabemos lo malo que es. El personaje del año en los Taylor Awards (que tarde o temprano tendrán ceremonia de entrega) así lo atestigua. Esta pequeña discusión y Julius Bird rememorando el logo robótico de los cincuenta fue todo lo que dieron de sí los once comentarios que tuvo el artículo que os presento a continuación:
http://taylorwolves.blogspot.com/2006/08/la-recompensa-de-ser-malo.html
Conclusión: Como hemos dicho en muchísimos artículos anteriores, muchas dudas alrededor del equipo. Que si el entrenador, la veteranía de las estrellas, la superioridad colectiva de los Celtics e individual de los Cavs... Es lo que decía Wilt, es muy difícil de analizar este equipo y los juícios que se hacen sobre ellos suelen ser a posteriori.
Si de entre Pistons, Suns y Mavs me hacen elegir quién creo que seguro no gana el anillo no sé por quién apostaría, pero si lo hiciera por los Pistons estaría dudando de aquí hasta junio. Suns o Mavs pueden ganar el anillo, pero generan mil y una dudas en comparación con los de Auburn Hills. Como me pasa con el Madrid en Champions, hasta que no les veo fuera de Play-Offs no respiro aliviado.
9 comments:
si quieren ver un buen blog de baloncesto con mucha informacion sobre este deporte metanse en http://sietedecimas.blogspot.com/
Un sobresaliente analisis, siempre ha sido un equipo con el que simpatizo. Sin duda los jovenes tienen un futuro prometedor, pero los "4 fantasticos" aun les queda mucha rueda por quemar. Lo mas importante de este equipo es que en Play-Offs son un equipo diferente. Ya veremos este año
Vaya con los Bad Boys, otro genial repaso y hasta he aprendido con la cagada de Webber.
Supongo que volverá pronto, y viendo que Cleveland no acaba de despegar, Miami está de pena, y que sigo sin confiar en los C´s, veo a estos Pistons en las finales, aunque bueno, con lo malo que soy pronosticando acabará Boston, jaja
Desde el año 2003 soy un apasionado de los Pistons y me alegré enormemente cuando casi barren a los Lakers de los 4 magníficos. Billups genial, los movimientos sin balon de Hamilton dignos de Reggie Miller, el tiro con los brazos en alto de Wallace te dejan boquiabierto y los tapones de Prince una gozada. El futuro se acabará en 2-3 años si no logran fichar a una joven estrella antes para que acompañe a los nuevos. Lo de Milicic algo que debe enseñar en un futuro a los GM, y con todo su baloncesto me parece de los más atractivo. Jugarán la final del Este contra Celtics y de ahí saldrá el campeón de la NBA.
Menuda currada de análisis, te felicito
Saludos
1 McCants
A mí Detroit es un equipo que no me tira mucho, pero reconozco que es de los grandes equipos de la NBA y de las grandes ciudades de EEUU. Pero uno de mis preferidos, Tom Selleck es de Detroti, pero le gusta el besibol, recordemos que en Magnum P.I. llevaba siempre una gorra de los Tigers.
otra gran diseccion, crack!! es verdad, siempre les damos por muertos, que estan en decadencia, pero en el este quien quria llegar a la final, tiene que matarlos primero.
Muy bueno lo de Samb, si le has visto y dices que es el "sene de turno" jejejeje, eso lo dice todo.
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muy buen análisis, lo de no renovar a Ben wallace fue un gran acierto de Dumars, sobre todo por ese dineral que le pedía.
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