Friday, September 08, 2006

Lo que yo viví: Temporada 99-00

Shaq attack domina la liga; el luto por Bobby Phills y Malik Sealy; el mejor concurso de mates de la historia; la retirada de Sir Charles

Siento que llegue tan tarde mi prometido artículo diario. De hecho, estará terminado por el día de mañana, pero tampoco se si podré hacerlo, así que...

En fin, pasada la temporada del cierre patronal, llegamos a la época en que seguramente alguno de mis ilustres visitantes gozó de lo lindo con la mejor liga del mundo. El dominio, durante tres largos artículos, de la fiebre amarilla.

En el comienzo de la temporada 99-00 que marcó, entre otras cosas, la NBA del nuevo milenio, dos novedades destacaban por encima del resto. Jugadores que habían marcado una gran leyenda en los noventa, entraban con hambre de anillo, ninguna de las dos saciada, en la nueva era: Penny Hardaway (Phoenix) y Scottie Pippen, que llegaba a Portland a cambio de seis jugadores enviados a los Rockets.

Pero eso era muy posterior, y las cosas tienen que empezar por el principio. Mientras yo tenía ya mi segunda camiseta NBA (Kevin Garnett), tenía lugar en New York City una ceremonia especial, pocos días después de ver a Stern entregar el trofeo de campeones a los San Antonio Spurs: el Draft.

Allí los Bulls, quien lo hubiera dicho dos años atrás, disponían del número 1 para traerse a un power forward que había tenido una gran carrera universitaria: Elton Brand. En segundo lugar los Vancouver Grizzlies elegían a Steve Francis de Maryland que, descontento con su destino, llamó a la puerta de los Rockets, que no tardaron en rescatarle. En el tres, un afortunado Baron Davis llegaba a los Hornets, un equipo con aspiraciones; todo al contrario que el destino de Lamar Odom, unos Clippers que no olían ni a veinte victorias. Cómo Baron, el ya retirado Jonathan Bender y Wally Szczerbiak llegaban a destinos apetecibles (Pacers y Wolves), mientras Richard Hamilton y Andre Miller se preparaban para vivir en el pozo en las capitales de los Estados Unidos y Ohio respectivamente; y no me digais que Cleveland no es la capital del estado...

Shawn Marion a Phoenix, Jason Terry a Atlanta, Corey Maggette a Seattle, Andrei Kirilenko a Utah y Emanuel Ginobili, fueron algunas de las otras perlas que incluyo aquel último Draft de los noventa. Y si dudais de la calidad de aquella promoción, es que no he numerado James Posey, Jeff Foster, Kenny Thomas, Devean George...Un total de nueve jugadores que salieron de allí han sido All-Star y algunos, cómo Odom, Miller, Terry o Maggette podrían haberlo sido, y aún pueden serlo.

En fin, que con esas empezaba la cuarta temporada de este lobito siguiendo la liga, y la segunda como jugador de videojugos con el NBA Live 2000, libre de gasoles en la portada. Tras la confirmación de candidatura el año anterior por Spurs y Blazers, unos Jazz que no se daban por vencidos, la eterna promesa amarilla desde Los Angeles, los Suns de Kidd y Penny, unos Wolves cada año más rodados o los eternos aspirantes de los noventa, Seattle SuperSonics, estaban en el oeste para dar guerra. Súmale a todo esto un equipo que prometía buen juego y resultados a partes iguales (Sacramento Kings), y un geriátrico al que se le había introducido sangre fresca en forma de rookie (Francis en los Rockets).

En lo que el este respeta, el que más se había ganado el respeto el año anterior eran los Knicks; la ilusión volvía al Madison. La tercera y última temporada de Bird en los Pacers prometía dar que hablar, nadie podía descartar a Heat, Pistons y Hornets y los Raptors y los 76ers escalaban posiciones en el rànquing de aspiraciones gracias a las aportaciones de sus jóvenes jugadores franquícia (Vincent Lamar Carter y la respuesta Iverson).

Malone, Duncan, Garnett, Kidd, O'neal, Mourning, Hill, Iverson, Carter...como todos los años, más aspirantes que premios, más decepciones que alegrías, en la carrera hacia el MVP de la temporada.

Los Cavaliers de Kemp y los Rockets de Olajuwon y Barkley se fueron confirmando, a medida que avanzaba la campaña, cómo las decepciones de la temporada. Así en Houston veían cómo Sir Charles se veía forzado a anunciar su retirada al lesionarse en Philadelphia, la primera de las tres ciudades que le vio fracasar en su cruzada por el anillo. También los Mavericks perdían, o más bien echaban en medio de la temporada a un fichaje estrella, Dennis Rodman, que jugaría sus últimos partidos en la NBA con el número 70 en el dorso de la camiseta del equipo tejano.

Pero para pérdida la que tuvieron los Hornets, la que tuvimos todos. Bobby Phills murió en un accidente de coche, circulando casi codo con codo con su compañero de equipo David Wesley, que quedaría marcado para toda su vida tras aquel suceso. Fueron unos días tristes para la NBA, el ver al equipo de North Carolina lucir un crespón negro con el número 13 grabado, en memoria del amigo perdido. Primero en Charlotte, y ahora en New Orleans, su número colgará para siempre del pabellón en que juegue el actual equipo de Louisiana.

Se llegó al All-Star de Oakland, el primero que tengo grabado en DVD y con portada, merecida en aquella ocasión por Vince Carter, campeón de un concurso de mates épico que voy a describir más adelante. Hacemos un paréntesis para hablar del otro triunfador de la ciudad de la bahía, alguien conocido como el virginiano; Jeff Hornacek. Campeón del 2-Ball y del concurso de triples, se ganaría un lugar en la historia de los concursos del fin de semana de las estrellas. Por fortuna o desgracia, la historia recordará otro héroe como el protagonista de aquellos tres días: Vince Carter.

Justo ganador con cinco de los veinte mejores mates que se habían visto hasta el momento. No fue aquello lo mejor, sino el ver que una exhibición como de la que hizo gala Ricky Davis, se viera fuera de la final, tambien de manera justa teniendo en cuénta que los otros dos lo hicieron aún mejor que él. Eran nada más y nada menos que Steve Francis y Tracy McGrady, conocido por aquel entonces como "el primo". Espectacular, ninguna otra palabra define mejor aquel sueño hecho realidad que significó aquel concurso.

Ver debutar a una gran cantidad de jugones, algunos de los cuales siguen asistiendo fieles, año tras año, a la cita, fue algo de lo más destacable que nos dejó el primer All-Star del milenio. Allen Iverson, Vince Carter, Allan Houston, Ray Allen, Glenn Robinson, Jerry Stackhouse...perdón, me olvidaba de un jugón, Dale Davis, el otro de los siete debutantes por parte de la conferencia este. En el lado opuesto destacaban tan sólo Rasheed Wallace y Michael Finley, en un oeste que contaba con los puntales de la nueva generación (Duncan-Bryant-Garnett).

Duncan y O'neal fueron elegidos MVP's de un partido en que Duncan hizo una estadística de 24-12 y el center de los Lakers 22-11; premio para quien más, númericamente, lo merecía y para el que llevaba siendo el mejor de la temporada hasta el momento. No se puede acontentar a todo el mundo, y Garnett (24-11), se fue a la fría Minneapolis sin el premio, aún haber sido, de los tres, el que más había asistido. Iverson fue el máximo anotador del partido con 26 puntos, aunque tendría que esperar a otra ocasión para ser el mejor de aquel partido.

Después de una liga que avanzó con toda la normalidad que se esperaba, o al menos que yo recuerde, salvo las sorpresas ya descritas, se llegó al momento cumbre de la temporada, no sin antes un acontecimiento que se da cada año: un gran traspaso.

En este caso fueron los Bulls de Chicago, los Warriors de Golden State y los 76ers de Philadelphia, los que decidieron cortar de raíz algún problema o duda que hubiera en su vestuario, para encontrar nuevas fórmulas de llegar a la victoria. Toni Kukoc llegaba a hacer compañía a Allen Iverson, que veía a su gran amigo Larry Hughes irse a Golden State, por petición de Larry Brown; Starks fue el que llegó a Illinois.

Pues bien, llegaron los Play-Offs del año 2000 que, para los que lo recuerden, son los que mejor spot televisivo han tenido en digital+. En el este Knicks y Heat resolvieron en los tres primeros asaltos el compromiso ante Raptors y Pistons (con un Grant Hill que disputó su último partido en Auburn Hills, o a lo mejor era General Motors aún). Un aviso dieron los Hornets a los 76ers, que lograron el billete para segunda ronda en el cuarto partido, y esperaban rival de entre un duelo Pacers-Bucks que no se resolvió hasta el quinto partido, a favor de los discípulos del pájaro verde.

En el oeste Portland solo cedia un partido ante los Timberwolves, al mismo tiempo que los Suns destronaban al vigente campeón por 3-1. Los Lakers del 67-15 acababan con los Kings en el quinto partido y los Sonics ponían en aprietos a unos Jazz en clara caída libre.

La segunda ronda la saldó Indiana en el sexto partido ante el equipo de su ex-coach (Larry Brown), los 76ers de Philadelphia. Por cuarto y, por desgracia por Stern, último año consecutivo, el morboso duelo entre Knicks y Heat acababa a puñetazo limpio, sangre en la pista y una audiencia y espacios en los noticiarios sencillamente sorprendentes; 3-1 para los Knicks, serie finalizada, pero rivalidad para la historia.

En el oeste Blazers y Lakers dejaban claro que iban en serio, y acababan con su rival en sólo cinco partidos, reviviendo una interesante rivalidad que no se veía desde finales de los noventa, con las alternancias en la gran final entre el showtime y el equipo de Drexler.

En medio de esto, se aconteció la segunda noticia trágica de la temporada: Malik Sealy moría en un accidente de coche mientras asistía a la fiesta del mejor amigo que tenía en la plantilla, de aquel que le idolatraba: Kevin Garnett. En una revista anterior a su muerte, así lo reconocía Big Ticket, aunque desconozco el motivo, aparte de la amistad, de tal admiración. Fue sin duda un momento duro para la franquícia, y el segundo que vivía la liga en menos de un año. Para la eternidad quedará el recuerdo del número 2 de Malik en el techo del Target Center.

Indiana se vengó de los Knicks por lo del año anterior y, después de dos finales de conferencia consecutivas, llegaba al gran escenario. Al mismo tiempo, o posterior, los Lakers acababan con el sueño de Paul Allen y el equipo más problemático de los últimos años (aunque a lo mejor Isiah tiene otra opinión) comenzaba un declive que aún no estaba anunciado. Veamos nombres, y démonos cuenta de la magnitud de la tragedia: Sabonis, Wallace, Pippen, Smith, Stoudamire, Wells, Schrempf...súmenle a todo esto un Jermaine O'neal que en aquellos tiempos parecía el aguador del equipo y busquen otro técnico que no consiga el campeonato; aunque para lograrlo había que acabar con los Lakers.

Aún la resistencia impuesta por el equipo liderado por dos clásicos de la liga, Larry Bird en el banquillo y Reggie Miller en cancha, los Lakers hicieron gala de calidad e historia para imponerse. Era el primer anillo de una pareja mortífera que no tardaría en dominar la liga y que, de haber salvado sus diferencias, hubiera dejado muy atrás el irrompible mito de los tres anillos, sin lograr un cuarto. A la pareja habría que sumarle un Phil Jackson que lograba su séptimo título de campeón, a sumar junto a los seis conseguidos en Chicago. Mientras Red veía cerca a un compañero en la historia, los Celtics temblaban ante el dominio que parecía imponer aquel equipo; eran ya doce los anillos, a sumar con los que vendrían.

Shaquille O'neal se convirtió en otro de los muy pocos que han logrado los tres MVP's en una misma temporada (All-Star, temporada y finales). De hecho, de memoria sólo me vienen en mente Reed y Jordan, aunque aquí habría que sumar un Bill Russell que vivió una época en que el de la final aún no se premiaba. Elton Brand (Bulls) y Steve Francis (Rockets) compartieron como hermanos el premio al mejor rookie del año. Alonzo Mourning (Heat) lograba el back-to-back en cuánto a premios al mejor defensor se refiere, Jalen Rose (Pacers) era reconocido como el jugador más mejorado y Rodney Rogers (Suns) considerado el mejor sexto hombre. El más discutido fue, sin duda, el premio al mejor entrenador, logrado por un Doc Rivers que no metió a los Magic en Play-Offs.

Fue un año especial, en que logré mi primera treintena de puntos en el último de mi etapa mini. Llegaban nuevos retos, al tiempo que los viejos gigantes de la liga iban cayendo poco a poco...

4 comments:

Pierce said...

El concurso de mates de ese año fue bestial y tambien yo lo tengo grabado.
temporadon de Shaq y de los Lakers.
Creo que ese guiño al principio iba para mi no?? ;) jeje.
Buen resumen y a esperar hasta mañana pa que llegue el siguiente.
Yo voy ha hacer el mio de hoy que me espera mucha faena...

Saludos

rafita said...

la verdad es que de ese concurso d emates hasta me acuerdo, pese a que no era "socio" de la nba.

Wilt said...

Esta temporada fue la 1ª que yo vi completita de principio a fin y que mejor comienzo que ganando el anillocon 67-15. Cuando vino Phil Jackson me pareció demasiado obvio y no las tenia todas conmigo a que fuera a demostrar lo que demostró en Chicago, pero lo subestimé demasiado. Los años anteriores los entrenadores de los Lakers no estaban a la altura, porque con lo sequipos que tenían los Lakers podian haber ganado el anillo o por lo menos haber llegado a alguna final (porque aún estaba Jordan).

True Wolf said...

Sin duda fue una gran temporada, i es lo que dices, la plantilla para llegar mucho antes ya estaba...