Sunday, May 31, 2009

Los pecados de Cleveland

"Uno para todos y todos para uno" reza el lema, una frase noble en espíritu y que guarda estrecha relación con los caballeros que dan nombre al equipo de Cleveland. Dicho lema se había cumplido a lo largo de la temporada regular, con Lebron como eje de un ataque en que todos sus compañeros eran partícipes.

Parecía que Cleveland había dado el paso, subido aquel peldaño definitivo que les coronaría como el mejor equipo de la NBA. A la postre estas sensaciones se han ido al garete, aflorando hoy aquellos síntomas que indicaban que esto, lo que ha ocurrido, podía suceder. Y es que hoy no solo ha caído el mejor equipo de la liga regular y el mejor jugador del mundo, hoy se ha derrumbado un castillo de sensaciones unánimes respecto a este equipo.

Daba la sensación que Cleveland era el gran favorito, parecía que iba destinado a ello. Son muy importantes en el deporte las sensaciones y lo que transmite un equipo. Odio hacer símiles en fútbol, pero este año el FC Barcelona estaba rodeado por un aura que hacía imposible negar que era el máximo favorito a todo. Mi equipo de fútbol favorito no ha desaprovechado el "momentum", algo que sí es evidente que ha hecho Cleveland.

Hablaba de síntomas, de sensaciones previas. En particular, visto en perspectiva, debería haberse dado más importancia a las derrotas ante los grandes en temporada regular. De los últimos diez partidos ante Orlando Cleveland solo ha ganado tres. Cayeron en duelos frente a Boston, Lakers... Por otro lado, ya en la serie, han desaprovechado grandes ventajas, salvándolo en el último momento en el quinto partido pero, en otras ocasiones, cayendo finalmente.

Y en los finales está la respuesta de los males de Cleveland. Habrá quién le llame chupón, pero el Lebron James que gana él solo el quinto partido es exactamente el mismo que hace lo propio en el Palace de Auburn Hills dos años atrás. Y ahí está la clave, pues las piezas son mejores que en aquella ocasión pero a la hora de la verdad han demostrado no estar a la altura.

Lebron sabe qué solo no llegará a ningún sitio, y así se ha demostrado a lo largo de la temporada y de la serie intentando implicar a sus compañeros. Es cuando estos se demuestran un lastre que Lebron se propone ganar él solo el partido, algo que le engrandece más si cabe pero que resulta insuficiente para vencer un gran equipo como es Orlando.

Lo verdaderamente sorprendente no es que hayan caído, lo que más asusta es que a pesar del nivel mostrado por el colectivo estos Cavs han ganado dos partidos, y ambos con milagro de Lebron. Milagro, por cierto, que casi logra también en el cuarto, pero es evidente que hace falta algo más que un jugador divino para llegar a lo más alto.

Orlando disputará la segunda final de su historia y Lebron se irá de vacaciones con las mismas sensaciones que le invadieron dos años atrás, algo que a día de hoy es dramático ya que era un golpe que nadie esperaba. El tiempo pasa, Cleveland no será el mercado más atractivo de la liga de la noche a la mañana y en esta ocasión, como digo, la decepción es mayúscula.

PD: Con todo esto no creo que Lebron se vaya, pero sí es cierto que el golpe no podía ser más duro.

Saturday, May 23, 2009

El rey reclama su trono

Seis son los dioses indiscutibles en el olimpo de la canasta, todos ellos habiendo hecho a lo largo de su carrera méritos indiscutibles para recibir la consideración que ostentan. Nadie dudaría en incluir en su Top 10 histórico los nombres de Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Larry Bird, Magic Johnson y Michael Jordan. Completarían la lista cuatro entre los nombres de George Mikan, Bob Pettit, Oscar Robertson, Julius Erving, Moses Malone, Hakeem Olajuwon, Shaquille O'neal y Tim Duncan.

Aún sin haberlo cerrado, difícilmente podrán O'neal y Duncan catapultar su legado a un nivel superior, digno de no quedar en mera anécdota al lado de los seis magníficos. De los jugadores en activo el único que parece destinado a hacer temblar los seis indiscutibles NOMBRES de la historia del baloncesto es Lebron James, rey aún sin corona al que este modesto súbdito quiere rendir pleitesía acto seguido.

Antes de empezar el artículo he clicado la pestaña con su apellido y he repasado las diez entradas en las que hablé de Lebron James. En el pasado cometí errores garrafales como apostar por los Cavs antes de la final frente a los Spurs. No era su momento, y cegado aún por su exhibición en el quinto partido en el Palace no me percaté de ello. Era temprano, pero no pareció importar a aquellos críticos con la figura de The Choosen One.

Olieron la sangre y ni se molestaron en no dejar rastro del cadáver. Hubo incluso algunos qué, como quién da por zanjado el tema, firmaron afirmaciones del estilo "Lebron ya no puede ser como Jordan porqué Jordan nunca perdió una final". A día de hoy gente de esta índole recién han visto a la luz, aunque fuera por acto seguido volver a esconderse en la más profunda oscuridad. Tras todo el año bajo tierra encontraron en la figura del Hedo Turkoglu su mesías, un héroe a quién elevar a los cielos y, con ello, presentarnos su visión terrenal y pesimista con la figura de Lebron.

95-93 en el electrónico y las primeras crónicas de aquellos ojos que aún no son testigos de lo que tienen delante escupiendo toda su rabia hacia la figura del 23 de los Cavs. "Solo físico" apuntaría uno; "todo estadística" añadiría el otro. Fue entonces, cuando un tercero se apoderaba del famoso argumento según el cuál Lebron se esconde en los instantes finales cuando, simplemente, ocurrió.
Maurice Williams saca y con un segundo en el electrónico el balón llega a manos del único hombre de entre los 20.000 que había en The Q capaz de algo semejante a lo que ocurriría. Turkoglu primero y Lewis en segunda instancia se ven incapaces de evitar una suspensión mágica, de frenar la parábola cuyo destino (el aro) parecía inevitable.

Y es que lo más increíble de este tiro no es solo que pueda discutir la hegemonía de las mejores suspensiones de la historia en el mundo de la canasta. Lo que da verdaderamente miedo es la naturalidad de la suspensión, el equilibrio del cuerpo de Lebron, la perfecta ejecución en un momento de máxima tensión... Todos somos testigos, por más que Stan Van Gundy se mofe de ello para motivar a los suyos.

Ni siquiera sus compañeros, ejemplificado en su mejor complemento, se libran de ello. Basta con ver la reacción de Maurice Williams después de dar el pase. El pabellón en pie, Van Gundy atónito y todo el banquillo cavalier a la caza de su capitán y figura. Mo, por su parte, no podía hacer más que arrodillarse, postrarse a la figura de un genio cuyo cielo todavía no se conoce.

Todos somos testigos, y quién aún no lo crea caerá de más arriba, puesto que ocurra este año o el siguiente el inicio del reinado de Lebron está muy cerca.

Monday, May 18, 2009

Galaxia liguera

Negar que la NBA es una liga de nombres sería dar la espalda a la realidad. La liga vende un producto, y sus estrellas son el gran embajador de este a lo largo de los Estados Unidos y todo el mundo. Aún así, como en el universo, hay estrellas que mueren para dejar paso a las nuevas. Con este artículo resucita una estrella muerta, Los lobos de Taylor, y espero que no quede en mera anécdota.

Dividiré el artículo en cinco apartados. En el primero me centraré en aquellos nombres que creo que merecen la consideración de superestrellas. Son quienes aparecen en las quinielas de MVP's y generalmente son los máximos candidatos a titulares en el All-Star. Luego hay aquellas estrellas que están un escalón por debajo, pero merecen la consideración. Entre ellos hay un subgrupo, aquellos que a día de hoy no sabrías como calificar. Tanto pueden acabar en las estrellas apagadas dentro de un año como estar en las estrellas o superestrellas. Finalmente, aunque no menos importante, haré mención a los nombres que se perfilan como futuras estrellas (o superestrellas) de la liga.

SUPERESTRELLAS

Kevin Garnett (Boston Celtics): Está próxima su caída de la lista, pero los Play-Offs de los suyos sin él no han hecho más que reforzar mi tésis. A día de hoy es más liderazgo que números, más espíritu que estadística, pero su influencia en el equipo de Massachussets es innegable. Quizás sea su último año, pero creo que no puede faltar en este apartado.

Lebron James (Cleveland Cavaliers): La estrella más brillante del universo, tanto que incluso sus compañeros de apartado tiemblan por lo que "La Bestia" les privará en lo que les queda de carrera. Quizás muchos de los que comparten consideración de superestrella sean los Barkley, Ewing o Malone de turno, a la sombra de Lebron como ellos lo fueron en su día con Jordan. El primer anillo está al caer, pero no es ahora el turno de recordaros que "yo lo dije".

Dirk Nowitzki (Dallas Mavericks): Como con Garnett he tenido mis dudas, pero creo que a día de hoy sigue siendo indiscutiblemente uno de los mejores jugadores de la liga, con unos recursos inauditos en alguien con su físico. Es un ejemplar único, y lo triste es que se le dé por retirado cuando aún no ha llegado a la treintena. "Su tiempo ha pasado", dicen algunos. "Quizás", digo yo sin atreverme a hacer leña de un arbol que aún no ha caído...

Kobe Bryant (Los Angeles Lakers): Antes de empezar la serie contra Denver sus detractores vuelven a las andadas. Los mismos que se escondían bajo las piedras hasta que acabó la final contra Boston vuelven a la carga, achacándole lo de siempre. Quizás el destino de Bryant sea retirarse como un gran anotador y el mejor complemento de la historia en un equipo campeón. Es mi gran ídolo, aunque muy a mi pesar hoy apueste por Denver en la final o, en caso que no sea así, con Lebron venciendo a otro caso más de "el que pudo ser el más grande"...
Dwyane Wade (Miami Heat): Por si tras su pasada campaña alguien tenía dudas, Dwyane Wade vuelve con su mejor versión. No es el padre modelo que muchos quisieran, pero aquí se evaluan sus méritos en cancha, donde ha cumplido con creces. No solo hemos visto al Wade de las finales, sino a un jugador incluso superior a aquel. Habrá que ver como se mueven los Heat entorno al líder, pues hay un proyecto en Chicago la mar de atractivo y no hace falta recordar que Flash es de ahí...

Chris Paul (New Orleans Hornets): Tras su serie contra Dallas me entran las dudas respecto a Chris y su condición de base más decisivo de la liga. Últimamente soy más de Deron, y mentiría si no reconociera que a lo largo de esta postemporada estoy haciendo reverencias día tras día a Chauncey Billups. Aún así lo de Chris Paul esta temporada y antaño no tiene parangón histórico, con números al alcance de muy pocos y (sobretodo el año pasado) erigiéndose como uno de los mejores de la liga y motivo por el cuál los Hornets ganaron el primer título de división de su historia.

Dwight Howard (Orlando Magic): A pesar de considerarle sobrevalorado en algunos aspectos, no cabe duda que Howard es una máquina estadística y el principal motivo del respeto que impone el equipo que ha eliminado a los campeones en segunda ronda. Quizás Turkoglu sea más decisivo, pero negar que Howard es el "hombre" en Orlando es dar la espalda a la realidad. El tiempo dirá si Howard logra en Florida lo que O'neal y Hardaway no alcanzaron, en todo caso parece claro que estos Magic llegarán hasta donde llegue su jovencísimo líder...

Tim Duncan (San Antonio Spurs): Es grande, se hace mayor, ya no es el de antes... Argumentos que llegada la hora de la verdad el mejor alapívot de la historia se encarga de enterrar. Buena prueba de ello es que nadie respiró aliviado hasta que se confirmó que Ginobili no estaría en Play-Offs. Hoy los Nuggets y los Lakers son los finalistas del oeste, pero que nadie olvide cuál era la alternativa que daba más miedo en la conferencia y al jugador culpable de ello.

ESTRELLAS

Joe Johnson (Atlanta Hawks): Este año Joe Johnson ha dado el siguiente paso. Se ha asentado como un habitual en el fin de semana de las estrellas y, lejos de lo que pensaban la mayoría de analistas, ha llevado a su equipo a segunda ronda, donde nada ha podido hacer para frenar el intento de "Fo Fo Fo Fo" por parte de Lebron James. Le comparo con los nombres de esta lista y no me cabe duda: Johnson merece un sitio en el Top 20 de la liga, Top 25 teniendo en cuenta algunos de los nombres que figuran en otras.

Paul Pierce (Boston Celtics): Una sombra de lo que vimos por parte de The Truth antaño. El tiempo ha demostrado que el alma de este equipo, el centro, es Kevin Garnett. Por otra parte, en los momentos decisivos ha sido Ray Allen el que ha dejado recuerdos imborrables para la retina. Con todo, Paul Pierce merece todo el respeto del mundo y más, y no debe darle por muerto porqué aún tiene batallas que librar como capitán y leyenda del mejor equipo de la historia.
Ray Allen (Boston Celtics): Como todo tirador tiene sus más y sus menos, pero hace de cada parábola un arte y solo la muerte puede cortar su idilio desde los siete metros con el aro. Lo de la serie ante Chicago fue una muestra más que hay que rendirse a su figura, para mi indiscutiblemente el mejor tirador de la historia de la NBA.

Carmelo Anthony (Denver Nuggets): Como Johnson, en estos Play-Offs hemos asistido al siguiente paso por parte de Carmelo Anthony. En un juego mucho más ordenado que antaño al lado de Allen Iverson Melo ha encontrado su mejor versión. Letal como tirador ha visto como ya no recae en él toda la responsabilidad, siendo ahora una pieza más, aunque sin dejar de ser la más importante.

Chauncey Billups (Denver Nuggets): Hay que rendirse a su figura. Todo cuanto diga quedará en morralla al lado del artículo que le dedicó ESPN hace poco, de quitarse el sombrero. En un abrir y cerrar de ojos los Nuggets pasaron de candidatos a lotería a equipo respetado, si bien la consideración de aspirantes no les ha llegado hasta bien avanzada la postemporada. Hoy en día nadie duda de ellos, incluso el frío de Colorado ha penetrado en la urbe angelina. Séptima final de conferencia consecutiva para Billups, que condena a Iverson a otro apartado que repasaremos más adelante...

Yao Ming (Houston Rockets): Sin McGrady al lado le tocó a la muralla china ejercer de líder de los Houston Rockets, que lograron su mejor clasificación de la década. En California han sudado sangre para eliminarles, a pesar que fue Aaron Brooks y no Yao el principal motivo de ello. Aún así nada ni nadie puede discutirle a Ming su condición de segundo mejor pívot de la liga.

Pau Gasol (Los Angeles Lakers): Sigue siendo discutido por lo de siempre, una dureza que se deja ver de vez en cuando y la fama de no jugarse demasiados balones, algo que por otra parte no tiene porqué ser un defecto. Por si había dudas Gasol se ha encargado de disiparlas esta temporada. Es uno de los mejores alapívots de la liga y está en situación de ganar el campeonato, hito que de lograrse sería con una importancia capital por parte del catalán.

Brandon Roy (Portland Trail Blazers): Un paso más en su tercer año en la liga, en el que ha logrado asentarse entre los mejores jugadores de la misma. Oden fue un número 1 del Draft i Aldridge el 2 en el anterior, pero como Clyde Drexler en su día es a día de hoy un escolta quién determinará el porvenir de la franquícia de Oregon. Brandon Roy, brillantemente traspasado a Portland por parte de Minnesota, un jugador decisivo cuyo próximo paso debe ser intentar (que no lograr) subir al grupo superior a este.

Tony Parker (San Antonio Spurs): El MVP de las finales de 2007 no fue una mera anécdota. Tanto en popularidad como influencia en cancha Tony Parker no ha parado de crecer desde que empezara su relación con Eva Longoria, y a día de hoy ya nadie duda de cuál es el relevo natural de Tim Duncan como líder de los Spurs. Impecable a nivel estadístico sigue teniendo en el tiro una cuenta pendiente, objetivo que de alcanzarlo podrían convertirle en el mejor base de la liga.

Deron Williams (Utah Jazz): El único de esta lista que nunca ha sido All-Star. En las últimas ediciones él y Carmelo son quienes más motivos tienen para quejarse, aunque en el caso de Deron han influído también inicios de campaña modestos, lesiones y una competencia infernal en su puesto. Haya sido considerado o no como All-Star lo que todo el mundo parece ya tener claro es que el base es un más que digno heredero de John Stockton, mucho más completo que este en muchas facetas e incluso comparable a nivel de liderazgo e impacto. Determinará el porvenir de los Jazz el paso que marque el ex de Illinois, sin duda el jugador franquícia en años venideros del equipo mormón.

ESTRELLAS EN STAND-BY

Vince Carter (New Jersey Nets): Nadie se atreve a descartarle del olimpo (a diferencia de su primo). Realmente ha firmado una gran temporada, liderando el vestuario de los Nets y demostrando sus dósis de estilismo y hombre decisivo. Aún así no es suficiente para seguir siendo considerado como uno de los mejores de la liga, aunque tampoco para considerarlo acabado. Quizás este verano reciba la suerte "Garnett-Allen" en forma de traspaso, estando aún a tiempo de demostrar si su estrella sigue brillando o hace tiempo que dejó de hacerlo...

Amare Stoudemire (Phoenix Suns): No volveremos a ver el Stoudemire de los Play-Offs de 2005, esto lo tenemos claro. Ser la tercera opción en el jerárquico ha sido un golpe duro para alguien que aspiraba a serlo todo, un alapívot total cuyo juego y evolución se estancaron con una lesión de por medio. Siempre quedará la duda de lo que pudo llegar a ser, pues a pesar de su juventud no me atrevería a aventurar que Amare abandone esta lista, y si lo hace no creo que sea para estar en las dos de arriba por desgracia...

Chris Bosh (Toronto Raptors): Si había dudas sobre su capacidad de liderazgo se han disipado, aunque en negativo claro. Bosh huele a Pau Gasol de la vida, hombre complementario en un equipo aspirante. Como líder ha fracasado, aunque por otro lado siempre le quedará el consuelo de decir que no tenía piezas al lado para aspirar a más. Febrero o verano del 2010 serán clave, con Cleveland y Miami en el punto de mira siempre que Chris se haya dado cuenta que en solitario nunca aspirará a nada que no haya logrado ya en Toronto...

Carlos Boozer (Utah Jazz): ¿Hombre para liderar a un equipo o para engordar la propia cuenta corriente con números de los considerados "de mentira"? La final de conferencia en 2007 no hizo más que hacer crecer la leyenda de Deron Williams, pero la opinión que se tenía de Boozer no varió un ápice. A medida que el aburrimiento se convierte en costumbre entran dudas, que no tardarán en disiparse cuando el ex de Duke firme un nuevo contrato y confirme o entierre los temores que hay alrededor de su figura.

Gilbert Arenas (Washington Wizards): Muy próximo a engrosar la lista de estrellas que se apagan o ya se han apagado, recibe su oportunidad en este grupo puesto que en los últimos tiempos no ha podido demostrar en qué categoría está realmente. Sea jugando de escolta con Ricky Rubio al lado o como playmaker de los Wizards su evaluación llegará el próximo curso, pues en esto no ha podido siquiera comparecer a examen.

ESTRELLAS EMERGENTES

Rajon Rondo (Boston Celtics): Se le miraba con lupa antaño y demostró sobrada capacidad para ser el director de orquestra de un equipo campeón. Las estrellas bien alimentadas y él sin arrugarse en momentos puntuales que se le necesitó. Era un gran paso, aunque pequeño con el agigantado que ha dado este año. Candidato al All-Star, su mítico duelo con Derrick Rose dejará mella en la historia, acercándose a un promedio de triple doble a lo largo de una serie sin parangón en los últimos tiempos.

Derrick Rose (Chicago Bulls): Michael Beasley y OJ Mayo aparecían como cabezas de serie en la carrera hacia el ROY, o esto se transmite de las apuestas previas al inicio de la campaña. En el caso de Rose pesaban compañeros de equipo como Deng, Gordon o Hinrich, un trío con mucha experiencia a sus espaldas y miembros de la generación Baby Bull. A pesar de todo poco tardó Derrick en demostrar quién es el hombre a seguir en años venideros, y por si alguien no siguió su espectacular fin de campaña guardó lecciones para cuando más importa, los Play-Offs.

Danny Granger (Indiana Pacers): Nada más poético que un alero con el 33 liderando a los Pacers. Danny Granger es seda pura, con un tiro y estilo de juego que me remite al McGrady del perímetro, no a su versión explosiva. Habrá que rodearle como es debido, pero junto a Jefferson ha confirmado esta campaña que con él se puede ir a cualquier guerra.

Andrew Bynum (Los Angeles Lakers): No centraré mi análisis en los presentes Play-Offs del presunto nuevo novio de Rihanna, algo que por otra parte le podría catapultar incluso a la categoría de superestrella. Referencias del corazón aparte Bynum apunta maneras como futuro mejor pívot de la liga en poco tiempo, o como mínimo candidato a discutirles el cetro a Ming, Howard y, de confirmar las altísimas expectativas, Oden. El año que viene será clave para ver si queda en mero candidato o Drew es, moldeada por Abdul-Jabbar, una realidad.

Al Jefferson (Minnesota Timberwolves): Sea como pívot o alapívot el deplorable futuro de los Wolves pasa por sus manos. Y soy crítico porqué realmente no veo vida mucho más allá de su figura y el limpiador de tableros Kevin Love, cuya incidencia dudo que vaya más allá de unos excelentes números por minuto jugado. Espero que haya suerte con las bolitas, aunque vistiendo tan mal no sé yo si lo merecemos...

Devin Harris (New Jersey Nets): Nuevo base de moda en la liga, discutiéndole a Carter la condición de líder en New Jersey y dejando en evidencia el error en haberle traspasado a cambio de Jason Kidd. En los próximos tiempos tiene la responsabilidad de asentarse en el All-Star y aspirar a llevar a los Nets a Play-Offs. La competencia y poca profundidad del equipo hacen que el segundo objetivo se presente más complicado que el primero, aunque con jugadores como Rondo, Rose, Mo Williams, Nelson, Arenas o Calderón en su puesto estar en Dallas 2010 tampoco será tarea fácil.

Kevin Durant (Oklahoma City Thunder): El gran candidato a subir un peldaño el año que viene. De no ser por su juventud y la situación de su equipo podría estar ya considerado como estrella, algo que por otra parte no tardará en quedársele pequeño. Solo me sabe mal que vista la horrenda camiseta de los Thunder, una aberración sin historia ni principios que para mí no merece figurar en ningún libro de historia. De momento el nombre de Kevin Durant está en la lista de un premio, y no es Oklahoma City Thunder el equipo que presumirá de haberle coronado rookie del año.

Andre Iguodala (Philadelphia 76ers): Ha dado guerra a los Magic, algo que a la postre ha ganado en mérito viendo la serie de estos ante los Celtics. A principios de campaña Brand se perfilaba como el líder de estos Sixers, con Miller como cerebro y Thaddeus Young como promesa. Iguodala se encontraba en tierra de nadie, sin los suficientes galones como para autoproclamarse líder de este equipo, algo que a día de hoy no creo que nadie dude. De él depende llegar a un nivel superior, enfundado en unas camisetas nuevas que hagan justícia a la legendaria historia de los Philadelphia 76ers.

ESTRELLAS APAGÁNDOSE

Allen Iverson (Detroit Pistons): Sus detractores hacen sangre de forma despiadada. Se da una relación inversamente proporcional entre el crecimiento de la unanimidad entorno la figura de Billups y las acérrimas críticas con Allen Iverson como blanco. El legendario pequeño anotador parece haber pasado a mejor vida, y tendrá en el ego su peor enemigo este verano. A día de hoy no está para liderar un proyecto ganador en solitario, y solo se entiende un renacimiento de sus cenizas en caso de renunciar a su rol habitual y caer al lado del Bryant o James de turno buscando el anillo. Por cierto, mi apuesta personal es que firmará con los Celtics, ahí queda...

Tracy McGrady (Houston Rockets): El gafe es descomunal, la sensación universal. El mejor McGrady hace tiempo que dejó de estar entre nosotros, lastrado por un infinito historial de lesiones y quizás agravado por unas expectativas que nunca llegó a alcanzar. Es innegable que la mejor versión de los Rockets este año se ha visto con él vistiendo de traje, aunque también sería de justícia recordar que era T-Mac el que vestía de corto durante la racha de 22 victorias consecutivas el año pasado. Quizás el problema es que el esquema del equipo está hecho solo para uno. O él o Yao deberían salir, y está claro a quién apunta el dedo.

Baron Davis (Los Angeles Clippers): Como apunté en su día no sé si en el blog o en algún foro su fichaje por los Clippers responde a la llamada hollywoodiense. Con pinitos y e intentos en el mundo del cine Baron Davis renunciaba al sueño del anillo a cambio de estar más cerca del gran circo. Es cierto que en primera instancia quería quedarse en los Warriors, pero no lo es menos que fichar por los Clippers no da muy buena imagen sobre su ambición, por más que el proyecto pareciera atractivo a primera vista.

Jermaine O'neal (Miami Heat): Estrepitoso fracaso el suyo en Toronto y Miami. También con lesiones de por medio Jermaine deja atrás sus gloriosos días como jugador franquícia y su breve estancia en el club de "secundarios de lujo". Carne de banquillo o titular con un rol inferior a su contrato O'neal se perfila como uno de tantos casos ha habido en la liga, la de jugadores que nunca alcanzaron la cima por más que se acercaron a ella...

Elton Brand (Philadelphia 76ers): Habrá que ver como vuelve el año que viene, aunque no tengo ninguna duda en qué no lo hará como la referencia de los Sixers. Iguodala es el hombre, Brand es un apodo que dudo que pueda volver a cumplir y, eso sí, un complemento de auténtico lujo por inteligencia en cancha, modales, capacidad de liderazgo... Vamos, lejos de estar acabado quiero resaltar con esta presencia en la lista que sus días como jugador franquícia parecen haber llegado a su fin.

Shaquille O'neal (Phoenix Suns): La temporada que se ha marcado le harían digno de engrosar el club de estrellas de la liga, incluso superestrella teniendo en cuenta que venía de haber tocado fondo. Cuando el físico ha aguantado ha dejado destellos del Shaq imparable que nadie olvidará, demostrando que aún puede convertir un equipo aspirante en candidato y un candidato en favorito. Huele a que O'neal cambiará de camiseta por última vez, con Mavericks y Hornets como principales interesados según ha trascendido hasta hoy.

Steve Nash (Phoenix Suns): No ha hecho mala campaña, de hecho él y Shaq son el principal motivo por el cuál los Suns lucharon hasta final para alcanzar la postemporada. Es más, la hubieran alcanzado sin ninguna duda de no haber sido por el experimento Terry Porter. Aún así parece claro que Nash ha abandonado, quién sabe si definitivamente, el top de mejores jugadores de la liga. Seguirá en el de mejores bases con permiso de los jóvenes, pero poca cuerda le queda al que fuera MVP de la liga en 2005 y 2006...

Otros nombres que podrían haber aparecido por aquí:

Josh Smith, Ben Gordon, Mo Williams, Josh Howard, JR Smith, Rip Hamilton, Rasheed Wallace, Ron Artest, Rudy Gay, OJ Mayo, Michael Redd, David West, David Lee, Hedo Turkoglu, Jameer Nelson, LaMarcus Aldridge, Kevin Martin, Manu Ginobili, Shawn Marion, Caron Butler y Antawn Jamison.