Friday, March 30, 2007

Colaborando con Basketme.com

Muy buenas a todos. Hoy no os cuelgo un artículo, solo os recomiendo una fantástica web (basketme.com) en la que a partir de ahora tendré el placer de escribir de vez en cuando. Evidentemente, no abandonaré este fantástico blog para nada, digamos que intentaré que ambas cosas funcionen sin cambiar mi habitual rutina de actualizaciones.

http://www.basketme.com/opinion.php?id=11

Este es el link de mi primer artículo, aprovechad para echar un vistazo a la web y, bueno, dentro de un tiempo lo colgaré aquí para los que no lo leáis allí.

Es el primero de una serie de tres que tengo pensada: decisiones que valen anillos. Este primero habla sobre Gilbert Arenas, y que hubiera pasado de ser elegido por los Kings en 2001.

Wednesday, March 28, 2007

Sonics-Wolves: Un duelo desigual

Condicionar al votante

En este ejemplo se da un caso de competencia desleal por parte de los Sonics en un claro ejemplo de como condicionar el voto.

Ya bastante humillante era caer en más de una ocasión ante Seattle (no por calidad del equipo, pero es que en teoría luchábamos aún por el Play-Off) para encima ahora ver como también nos darán un baño en el Dance Team Bracket.

Os dejo con las dos fotos, que no dejan lugar a opinar sobre ambos conjuntos de animación, la verdad...indignado, este año no voto!

Pose muy sexy, una rubia de vértigo y un cámara que se pone cómodo, la ocasión no es para menos. Aún así, las cheerleaders parecen simples vendedoras del foot-locker con poca ropa y solo se aprecia el rostro de una, de perfil y su larga melena rubia tocando un parquet que pocas victorias ha visto ultimamente, y menos gloria le espera el año que viene. Así pues, una muy buena foto pero malísima para poder valorar al equipo en su justa medida y sacar alguna conclusión al respecto. Por lo tanto, desde Taylorwolves impugnamos la eliminatoria y pedimos que se vuelva a jugar con los dos equipos con una foto similar y, preferiblemente, del estilo en que vemos a las chicas sónicas.

Quizás no sean las más bonitas de la liga pero, en mi opinión, una foto de estas características es la que más puede hacer justicia a una chica y decantar el voto hacia las chicas de verde. En mi opinión, ni ellas ni las wolverinas están para ganar el Team Bracket (Miami puede que se haga con un back-to-back), pero pasar de primera ronda ya no es hacer un mal papel y la foto sónica hace mucha más justícia para llevarse la eliminatoria. Lástima que no puedan consultarse los resultados de tan desilusionadora eliminatoria (por algo que podíamos ganar este año)...Se sabrán esta noche, y si ganan las de los Wolves, además de tener una sorpresa, me cuestionaré a lo mejor la inutilidad de este post número 196. Se acerca el 200, ¿ideas?

PD: Puede que alguien no lo vea mal, pero en taylorwolves preferimos un frontal a un pie de pista y creemos que no hay igualdad de condiciones en la eliminatoria...Y por cierto, el tono es más o menos de broma y sirve para canalizar mi indignación hacia las derrotas ante los Sonics. No lo digo por los visitantes habituales, pero siempre puede haber algún despistado por allí y más vale no tener que hacer aclaraciones posteriores...

PD2: Inaugurada la etiqueta de cheerleaders. ¿Será a partir de ahora estrella en el blog? Al menos, seguro que no será la última vez que tratamos el tema (se te echa de menos Julius)...

Tuesday, March 27, 2007

All-Class Team

Hoy elegiré a los doce hombres que formarían el Dream Team con más clase de la liga, aquellos sobrados cuyos logros y hazañas quizás no hayan recibido todo el reconocimiento que merecen, y que no deberían ser olvidados:

En mi equipo estarían tres bases. El uno fue dos veces campeón con los Rockets y deambuló por media liga hasta encontrar el All-Star en los Wolves y la segunda juventud que nos brindó antaño ante los Clippers. Con la edad que tiene, sería el tercero en la rotación y un muy buen futuro entrenador para este cocktail de jugones en estado puro.

Su suplente natural sería Jason Williams, el base más espectacular desde Pete Maravich y una vez campeón de la NBA con los Miami Heat. Evidentemente, la versión joven y fresca que vimos en los Kings es la que gusta al cuerpo técnico de este equipo que, de verle en su actual formato, no dudará en recomendarle que abandone la plantilla.

Finalmente, el mejor crossover desde el homófobo más famoso de América (Tim Hardaway), sería el base titular del All-Class Dream Team. Fofito y barbudo, quién diría que puede imprimir un ritmo tan frenético al juego y dejar sentado todo defensor que se proponga pararle. No es otro que Baron Davis, uno de los baluartes que llevaría este equipo a lo más alto de la liga.

Un escudero de lujo en el backcourt (y capacitado para jugar de base de ser necesario) sería mi escolta suplente, Derek Fisher. Tres veces campeón de la liga, con parte de culpa en más de un anillo, vería multiplicada su importancia llegados los Play-Offs, y en vistas a jugarse aquellos balones importantes y retos que solo unos cuantos elegidos pueden asumir.

Poca cancha tendría que ver en temporada regular, siendo además el suplente de la estrella del equipo. Michael Redd, injustamente olvidado en los dos últimos All-Star Games, se encargaría de dejarle descansar tranquilamente hasta que llegara la hora de la verdad. Suya sería la responsabilidad de llevar este equipo a lo más alto y ver así reconocida la importancia que se le debería reconocer en la liga.

Por lo que a mí respecta, Peja Stojakovic y Corey Maggette se repartirían a la par los minutos de alero suplente. El uno para jugarse sus tiritos e ir descansado y el otro por anotar gracias a su calidad individual en el 1x1. Uno ha jugado tres All-Stars y el otro ninguno, pero a la hora de la verdad ambos podrían ofrecer distintas cosas para equilibrar este disputado puesto.

Y es que pocos podrían ser titulares por delante de estos dos colosos, pero si alguien forma parte de este selecto club no es otro que Lamar Odom. Un hombre de equipo al que se le puede reprochar no haber ofrecido nunca su verdadero potencial. Puede que su momento esté aún por llegar o puede, como me temo, que nunca sabremos todo lo bueno que puede ser Lamar Odom...

Y solo quedarían cuatro plazas, a repartir entre los hombres interiores. El que menos jugaría, al menos hasta mayo, sería Robert Horry. Una vez llegados a Play-Offs sacaría a relucir todo su potencial para dar al equipo un campeonato, que sería ya el séptimo en su abarrotada cuenta particular.

Los otros tres podrían repartirse a la par los minutos en las dos posiciones que quedan. Marcus Camby sería el especialista defensivo y, a la vez, podría aprovechar los espacios que los otros dos dejan o las asistencias de dos magos como son sus compañeros para anotar fácilmente sus puntitos.

Chris Webber sería uno de los dos pívots de lujo del equipo, aún jugando a la pata coja. Se reencontraría en el All-Class Team con un conocido como Rasheed Wallace, con quién forma actualmente en estos momentos una de las parejas que más dan que hablar en la liga.

Finalmente, nadie como Larry Bird para dirigir al equipo. Un entrenador con mucha clase, que en solo tres años llevó a los Pacers a tres finales de conferencia y a las puertas de un campeonato que solo los Lakers de Shaq pudieron evitar.
Aquí os dejo con otro artículo, del que me temo que no tiene el nivel de los trece nombres que formarían esta fantástica plantilla. Y ya sé que no es lo mismo, pero si no pueden ser estos los que lo ganen aquí va mi deseo para el 2007: Phoenix Suns campeones de la NBA!

Monday, March 26, 2007

Nuevo elemento de página

He añadido un nuevo elemento en la barra de la derecha, con el título de Hall of Fame. Allí he colgado las camisetas de mis jugadores favoritos que han pasado por la liga (Wade, Bryant, Garnett, Jordan y López).

En breve, jugones como Szczerbiak, James, Iverson, Anthony, Mourning, Carter, Marbury, Nash, Stoudemire, Allen, Bosh o Arenas podrían hacer méritos para entrar en este Hall of Fame de Taylorwolves!

Sunday, March 25, 2007

Wilton XIII

La ilusión vuelve a Houston

Como ya había decidido, nada más abrirse el mercado de agentes libres y tener derecho a firmar un contrato cogió un vuelo hacia Houston y fue presentado aquel mismo día por la tarde. Aunque su destino estaba ya cantado, Kings, Nuggets, Pacers y Heat le hicieron jugosas ofertas de última hora. Pero él tenía claro donde quería estar: en Houston junto a Hakeem y Arison.

Aún los intensos rumores que aquella era su última temporada, su mujer le empujó a firmar un contrato por tres años "todos sabemos que no vas a dejar el baloncesto dentro de un año". Su numerosa família se trasladaría a la ciudad tejana, y su lujosa mansión en Washington sería vendida a la Naishmith Fundation for Basketball Patrimony.

Llevaría el número cinco, el dorsal que llevaba su hermano cuando aún jugaba a baloncesto en el instituto. Una desafortunada lesión le alejaría de las canchas aunque su potencial tampoco daba para llegar a la mejor liga del mundo.

Una semana después de firmar el contrato ya tenía una casa acorde a sus necesidades y empezaba a entrenar por su cuenta. Antes de ganar el anillo con Houston tenía otro reto en mente: el oro olímpico.

Tras no haber podido asistir al de Toronto, veía aún más lejos aquella medalla dorada lograda en los juegos de Capetown. Volver a recibir la llamada del Dream Team USA era un honor irrechazable, y más para formar parte del selecto grupo que viajaría a Dublín.

Él mismo, Bullock (New York), Woods (Denver), Bell (Atlanta), su compañero Arison, Haykes (Springfield), Norman (Los Angeles), Sanders (San Antonio), Terry (Minnesota), Barson (Boston), Pirtsmouth (Vancouver) y Fox (Miami), formaban los Deluxe Twelve, que es como se llamaba al equipo en clara referencia a su calidad, pero sin el carisma del mítico Dream Team. Por su parte, Lemmeis había rechazado por compromisos con los patrocinadores y para estar descansado para la temporada regular.

En primera ronda no dieron ninguna opción a sus rivales, aplastando eslovenos, panameños y nigerianos. Llegaron los octavos y Estonia pareció dar la cara, pero se difuminó en el último cuarto. La eliminatoria ante Chile fue plácida y se llegó a unas semifinales en las que España pareció recordar aquel mítico equipo de principios de siglo. Pero también cayó en sus manos, y esta victoria dio la suficiente moral como para pasar por encima de Francia en la final.

Wilton volvía a Houston con el oro olímpico, mientras que Lemmeis lo hacía avergonzadísimo al haber visto caer a sus Lakers ante el Tallin Cramo de Estonia, que contaba con la demoledora pareja Lerin Ildres y Marco Andurs.

Precisamente el alero Ildres sería el último fichaje de unos Rockets que se habían movido en verano tal y como le habían prometido a Wilton: para ganar un anillo.

Randy formaría en el quinteto titular junto a Arison, Ildres, Washburn y Acklie (cuatro jugadores que eran o habían sido All-Star). Oynes sería su recambio desde el banquillo, y Walcott, Mendes, Willis y Ellwey serían los principales nombres de la rotación. El rookie Richards, Booth, Fletcher, Thomas y Mayo cerraban los quince hombres que entrenaba Bob Marshall, todo un clásico en el banquillo tejano.

Como parte del acuerdo entre NBA y Euroliga, los equipos de la Midwest Division jugarían en Moscow su torneo de pretemporada. Wilton por fin pudo jugar ante sus ex-compañeros (solo quedaban Van Fyde y Thomas) sin recibir silbido alguno. Denver se hizo con el título pero estaba claro que, a excepción de un Lemmeis dolido aún con su derrota en la Copa Mundial, nadie se tomaba aquellos partidos más allá del hecho de provar sistemas y empezar a encarar la larga temporada regular.

Su debut con la camiseta de los Rockets en el NASA Complex llegaría como segundo plato fuerte de la jornada inaugural, y les enfrentaría a los Timberwolves. Ganarían aquel primer compromiso y saldarían con solo dos derrotas los diez primeros encuentros.

Wilton seguía siendo importante, pero ya no era la referencia. Tenía una pareja de lujo, mucho menos egoísta que Norman pero, a la vez, consciente de la responsabilidad que tená encima. Arison se consagraba como una estrella de la liga y necesitaba alguien de la experiencia de Wilton a su lado para llegar al olimpo.

El undécimo partido se jugaba en Washington y, para Randy, sería una noche muy especial.

Los Wizards colgarían su dorsal número 13 para la historia, agradeciendo así al mejor jugador de todos los tiempos en la franquícia capitalina su paso por el equipo. Era el segundo equipo que le homenajeaba de esta manera, el equipo de su vida con el que le hubiera gustado poder ganar mucho más de lo que ganó y retirarse allí del baloncesto en activo. Pero Skiles lo había echado todo a perder y había visto que su sitio ya no estaba en Washington.

Fue una noche mágica de no ser por una clara derrota. Con Lyndon, Lynch y Harrell como referencias y TJ Ford en el banquillo el equipo volvía al Run&Gun más clásico y todo el mundo comparaba el trío exterior con el mítico Run TMC. Las victorias llegaban y el público disfrutaba como no lo hacía desde el año del anillo.

Por su parte, las referencias del juego de Houston estaban en su pareja interior y los balones que salían al perimetro. El letal Ildres y las penetraciones de un Acklie que a su edad conservaba unas grandes piernas daban otras opciones a los de Marshall. Washburn y Mendes tenían un perfil más defensivo, mientras que Walcott y Ellwey se confirmaban como la revolución, saliendo siempre desde el banquillo.

En navidad llegó el primer compromiso ante los Lakers que no defraudó en absoluto. Lemmeis lo llevó a la segunda prórroga y una vez allí la perdió, pues jugaba demasiado solo. Había logrado cincuenta puntos por tercera ocasión aquella temporada, pero Norman ya no era el mismo y no se dejaba acompañar por nadie.

Precisamente en el siguiente fueron los Clippers quienes pagaron el mal gusto que le había dejado aquella derrota. 96 puntos, superando el récord de 94 de Wilton y acercándose a Chamberlain como nadie lo había hecho nunca. Los de San Diego cerraban la liga camino de una catastrofe histórica, llevando tan solo cuatro victorias pasadas las navidades y permitiendo a sus rivales llegar a los 120 puntos por partido.

Los Rockets eran los terceros clasificados en una dura conferencia oeste. Delante tenían a los Nuggets y los inalcanzables Lakers. Spurs, Grizzlies, Timberwolves, Blazers y Suns también daban guerra, y la igualdad predominaba más que nunca.

Una buena racha en el mes de enero permitió a los de Houston alcanzar a los Nuggets y llegar como segundos clasificados al parón del All-Star, a falta de 32 partidos para acabar la temporada regular.

Bob Marshall sería el entrenador del oeste (Shaw lo había sido el año anterior) en el All-Star de Minnesota. Sus discípulos formarían en el quinteto titular junto a Clifford (Minnesota), Lemmeis (Los Angeles) y Pirtsmouth (Vancouver). Woods (Denver), Moott (Seattle), Djeric (Phoenix), McKinney (New Orleans), Corke (Denver), Terry (Minnesota) y Rose (Portland) serían las opciones a tener en cuenta desde el banquillo.

Scottie Pippen, de los Legends de Springfield, sería el entrenador del este. Bullock (New York), Bell (Atlanta), Haykes (Springfield), Lynch (Washington) y Fox (Miami) saldrían como titulares. Roy (Milwaukee), Barkley (New York), Callaghan (Orlando), Haislip (New York), Foyle (Detroit),Edney (New York) y Lyndon (Washington) se sentarían en el banquillo a esperar su turno.

En el primer All-Star en muchos años sin Barson y Norman (ambos no elegidos por los entrenadores), Wilton no se sintió nada cómodo. No hubo sintonía entre él, Arison y Lemmeis, que no se dirigieron ni siquiera una mirada en todo el fin de semana. De hecho, Lemmeis no había entrenado con el resto del equipo justificándolo con una gripe, y la verdad era que apenas hablaba con nadie. De todas formas, y aún yendo a su bola y sin pasar un solo balón, hizo suficientes números como para ser el MVP del partido, ante los silbidos del público de Minnesota que, como muchos otros, no podían verle.

Marcus Lemmeis no quería ser el niño bueno de la liga. Lo había dicho en verano y lo repitió después del All-Star. Él solo quería ganar campeonatos con los Lakers y pasar una historia, pero no ser un icono. Aquello lo había perseguido al principio y solo le había valido unas críticas que ahora, mucho más maduro y vengativo, se dedicaba a alimentar.

La temporada regular finalizó con el guión previsto, y no fue ninguna sorpresa el ver al jugador de los Lakers ganar su tercer MVP de la temporada; aunque se anunciaría unos días más tarde, estaba cantado. Walcott honoraría a la franquícia tejana al recibir el premio a mejor sexto hombre de la temporada.

Wilton perdía el honor de ser el máximo reboteador de la temporada (conseguido en nueve ocasiones, cinco de ellas consecutivas en su paso por Washington). Había sido el tercero, por detrás de Moott (Seattle) y Beeson (Boston).

Los Rockets se enfrentaría en primera ronda a los Jazz, como segundos clasificados. Lakers-Suns, Nuggets-Grizzlies y Timberwolves-Blazers serían los otros emperejamientos; sorprendentemente, los Spurs y los Sonics se habían quedado fuera.


Arison realizó un gran trabajo, parando al hombre más peligroso de los Jazz (Gardner) y siendo el hombre clave en el ataque de los Rockets. Con relativa facilidad (4-1), pasaban a segunda ronda donde les tocarían unos Nuggets que querían repetir la final de conferencia jugada dos años atrás.

Woods se convirtió en heróe dejando a Wilton por debajo de los 10 puntos en un partido de Play-Offs, dejándolo con 8 y a 11 de su récord más pésimo (19). Así pues, los Nuggets podían viajar a casa con el factor cancha a favor y un 1-1 en la eliminatoria que extenderían hacia un peligroso 3-1.

Arison solo no había podido hacer nada, y el resto no respondían. Wilton puso de su parte en el quinto para llevar las series a un sexto partido que fue un mero paseo por parte de los de Colorado; los Rockets estaban eliminados y nadie se había hecho aún a la idea.

En Houston nadie entendía nada. Tenían un equipo preparado para derrotar a los Lakers y, a la hora de la verdad, nadie había cumplido. Arison se había quedado solo, como el año anterior, y ni siquiera el legendario Randy Wilton había estado a la altura de lo que se le pedía. Era una decepción en mayusculas, para un sólido proyecto que en ningún momento había dado signos de poder llevar a algo así.

Olajuwon pidió paciencia para aquel equipo y anuncio que no habría cambios en verano. Si que avisó, sin embargo, que en la plantilla faltaba carácter para aspirar al anillo, apuntando directamente a su estrella con el fin de motivarle. Arison era este tipo de jugador, un ala-pívot muy estético pero al que le costaba meterse en la pintura y echarse el equipo a la espalda. Era quizás el tema que habría que trabajar en verano, preparar a la estrella para ser un líder llegada la hora de la verdad.

Randy estaba la mar de tranquilo. Aún ser consciente de que no había cumplido con lo que se le pedía, sabía perfectamente que era la primera vez que aquello ocurría y que, más que por demerito suyo, fue mérito de Woods. No podía hacer más que admirar al que mejor le había defendido nunca y motivarse para trabajar en verano para impedirlo en la próxima ocasión en que se cruzara con su rival.

Unos Celtics que venían de haber quedado quintos en la temporada regular sorprendieron a todo el mundo al derrotar por 4-3 a los todopoderosos Knicks en la segunda ronda del este. Willie Barson, que no había sido convocado para el All-Star y que jugaba su última temporada en la liga, había recordado al de los primeros años tanto en primera ronda (4-3 ante los Legends) como en esta segunda ante los Knicks.

También en el séptimo partido, volvieron a hacer saltar la banca ante los Hawks y se plantaron sorprendentemente en una final con sabor clásico (Lakers-Celtics).

Lemmeis realizó actuaciones monstruosas, pero Barson le dio a lo largo de la serie toda una lección de maestría, humildad y trabajo en equipo. Así logró Willie Barson el milagro: evitar el quinto anillo de los Lakers y ganar el vigésimo por la franquícia bostoniana.

Wilton, que estaba en Los Angeles para ver el decisivo partido, bajó a cancha a felicitar a su buen amigo por lo conseguido, mientras Lemmeis no se dignaba ni a felicitar al justo ganador. Le pidió que no se retirara, pero este le contestó que ya estaba premeditado, y que no había mejor momento que aquel para hacerlo.

La NBA asistió a la retirada más grande que nadie habia tenido nunca. Willie Barson se retiraba habiendo ganado un anillo con 33 años y ganando todas las eliminatorias en el séptimo partido, con lo cual los Celtics habían necesitado 28 partidos para hacerse con el anillo. Era la retirada dorada por parte de cualquier jugador, que dejaba tras de sí cuatro campeonatos, tres MVP's y una carrera que sin duda merece estar a la altura de los más grandes en la historia de la NBA.

Thursday, March 22, 2007

!Dios ha vuelto a disfracarse de jugador de baloncesto!

Resuelve el partido ante Portland con 65 puntos tras una prórroga y logrando su segundo récord personal. Segunda noche con cincuenta puntos, cayendo los Wolves en el Staples ante tal imparable torbellino.
60 ante Memphis cuando yo había apostado 61 en uel foro de Ultimate; maldito tiro libre (17/18).

65+50+60= Tormenta en Oklahoma, la próxima víctima de Kobe. Seguiré subiendo fotos al reportaje del +50, no creo que esta de Memphis sea la última...
Edito: 50 en Oklahoma y se une a Wilt Chamberlain. ¿Límite? El cielo, tal vez...

Tuesday, March 20, 2007

Los grandes visten de verde

O lo que San Patricio olvidó en el cielo
Me gusta, y que conste que me ha llevado mucho curro crearla (con el paint, que uno no domina programario más avanzado :P)

WXIII Preview

Randy Wilton es ya, tras doce temporadas en la liga, una leyenda de la misma. Con 28.441 puntos conseguidos, acaba de superar a Moses Malone y tiene a tiro de piedra históricos como Chamberlain o Jordan. En rebotes, con 15.592, le bastará con una temporada más para superar a Moses Malone y Elvin Hayes y acercarse a Kareem. En tapones ha superado ya a Robert Parish, y ha entrado en el Top 10 y pronto estará también en la lista de los treinta mejores robadores de balones de todos los tiempos.

A todos estos escalofriantes números que aún pueden subir, hay que añadir sus tres anillos de campeón, los cuatro trofeos de MVP de la competición, el haber sido tres veces el mejor defensor, dos veces mejor jugador del All-Star, ocho presencias en el equipo ideal de la temporada...

Con todo esto, Randy Wilton presenta argumentos suficientes para ser considerado uno de los mejores de la historia. Y aunque le queden algunas temporadas para superar a Olajuwon en robos y tapones y Wilt en puntos y rebotes parece haber dejado atrás los que al entrar en la liga eran sus cuatro grandes objetivos.

Tiene tres MVP's de las finales como solo Magic Johnson, Michael Jordan, Shaquille O'neal, Lebron James, Willie Barson y, ahora, Marcus Lemmeis, habían conseguido hasta el momento. Se une además al selecto podio de jugadores en haber logrado el anillo en tres equipos distintos, junto a John Salley y Robert Horry. Entonces ¿por qué sigue un año más? Si dice haber logrado todo y más de lo que deseaba en esta liga ¿por qué seguirá adelante?

Por Hakeem Olajuwon. El jugador que ha escrito todas las páginas doradas en la historia de los Houston Rockets y que en su día tanto le ayudó. Aquel al que en su día tanto le dolió decir que no a su oferta, por intentar ganar el segundo anillo de la historia de la franquícia de su ciudad. Este pívot legendario cuya historia admiraba tanto o más que la de su homónimo Wilt Chamberlain. Por él y junto a los jovenes Tommy Arison y Ronaldo Washburn intentaría traer el tercer anillo a Houston tras casi cuarenta años de sequía desde el último.

Llevaría el número 5 en honor a su hermano William, que lucía este dorsal cuando jugaba en el instituto. Firmaría un contrato por tres años aún recordando que al finalizar la temporada se había planteado seriamente la retirado. Pero en tres años esperaba haber construído junto a Hakeem y Arison el proyecto ganador que la ciudad tejana necesitaba y volver a llevar el anillo a una franquícia histórica como los Rockets.

Pero no será tarea fácil, ganar el anillo de la campaña 2032-2033. Marcus Lemmeis iba a por su quinto anillo consecutivo junto al veterano Norman y con Shaw guiándole cada paso. Bullock quería demostrar quién era el nuevo pívot dominante de la liga trayendo el anillo a New York sesenta años después del último y Barson quería retirarse a lo grande en la que sería su última temporada en la liga.

Por lo tanto, anhelado por estos cuatro gigantes, el anillo de la temporada 2033 no parece tener favorito claro en principio. Habrá que estar atentos a lo que sucederá dentro de un tiempo...

Monday, March 19, 2007

The Race (March 2007)

Cuando ya muchas cosas deberían estar claras, escribo otra edición de la carrera hacia... sin tener nada aún decidido en según que apartados:

CAMPEONATO:

Cuando todo el mundo ha enseñado ya sus cartas, siguen habiendo muchísimas opciones, y ninguna de ellas descartable. Para mí cinco son los que de verdad van a estar allí luchandolo, más algún runner-up que podría dar la sorpresa:

Dallas Mavericks: Son el mejor equipo de la liga, tienen experiencia en las finales y una ambición fuera de toda duda. Les puede jugar en contra el jugar ante rivales complicadísimos.

Detroit Pistons: Han jugado a la perfección la carta de Chris Webber y a día de hoy parecen ser los más claros candidatos para hacerse con el título del este.

Miami Heat: El quinto en discordia tras esta gran racha y el hecho de haberla tenido sin Wade en el equipo. Nunca subestimes el corazón de un campeón...

Phoenix Suns: El que me gustaría que ganara aunque su corta plantilla puede jugarle en contra a la hora de la verdad. No digamos ya si se lesionan Nash, Amaré o Marion.

San Antonio Spurs: Cuando parecía que este año no, sorprenden con trece victorias y, recordemos, estamos en año impar...

Luego ya se sabe lo que los jugones pueden dar de sí a la hora de la verdad. Sigo sin descartar Cavs y Lakers en este selecto grupo y, un peldaño por atrás, tendré la vista puesta en Wizards, Rockets y Jazz.

MVP:

Dirk Nowitzki (Dallas): El candidato más claro a día de hoy por números y liderazgo del mejor equipo de la liga.

Steve Nash (Phoenix): No se le debe descartar, aunque no parte como el favorito para hacerse con el premio.

Kobe Bryant (LA Lakers): Tras las exhibiciones de 65 y 50 puntos ¿alguién duda de su condición de MVP de la temporada? Aún así, al igual que no lo fue el año pasado tampoco lo será este.

Lebron James (Cleveland): Tras las últimas rachas del equipo vuelve a ser un aspirante, aunque el cuarto en discordia ahora mismo en mi humilde opinión...

En otros apartados voy a mojarme y apostar por Roy como Rookie del Año, Camby como mejor defensor, Martin como jugador más mejorado, Barbosa como mejor sexto hombre y Sloan como mejor técnico. El máximo anotador será Kobe Bryant, Garnett volverá a ser el rey del rebote y Nash será el mejor pasador por tercer año consecutivo...

Thursday, March 15, 2007

Wilton XII

Vuelta al lado oscuro

Pasaba el verano y Randy seguía sin superar el duro golpe de las anteriores finales. No entrenaba, bebía más de lo habitual y había perdido las ganas de seguir jugando, cuando solo le restaba un año de contrato con los Wizards.

Se le vería junto a su amigo Casey Thomas (ahora en los Bucks) en Las Vegas. Se aislaría del entorno en un viaje de quince días patrocinado por su marca de calzado a China e India. Todo aquello solo, lejos de la aburrida rutina familiar y del ambiente de la NBA.

Al volver a Washington se encontraría con la peor notícia que recibía en mucho tiempo. Terry Norman le llamaba desde Los Angeles para decirle personalmente que fichaba por los Lakers. "Quiero el anillo Randy! Y tanto tu como yo sabemos que esto no se consigue en DC".

Wilton estaba tocado. Se quedaba como matusalén en un equipo de jovenes, como exceso de peso en un equipo que quería correr. Sencillamente, una leyenda en su cuesta abajo que, sin Norman al lado, dificilmente podría lograr aquello por lo que le pagaban cada mes.
Áún así, no sería aquella la peor notícia que recibiría Wilton al abrir el periódico el día siguiente. Alguien le había fotografiado con una chica Playboy en una fiesta que había tenido lugar en motivo del cuatro de julio, y había decidido que aquel era el día perfecto para que el asunto saliera a la luz.

Volvío rápido a casa y se encontró las maletas en la puerta. Demasiado cobarde para disculparse, huíria a casa de sus padres donde pasaría una única noche, antes de hacerse con un piso cercano al pabellón...

Mientras los Lakers apalizaban al Maccabi de Tel-Aviv en la final de la Copa Mundial, Wilton pensaba en cuanto le había quitado Lemmeis. Un anillo, un gran compañero, su família...Le hacía culpable de todos sus males, sin darse cuenta que la culpa la tenía su obsesión con el baloncesto, el pensar que era lo único que daba sentido a su vida.

Empezó la pretemporada y Hinrich se mostró atónito ante el exceso de peso de Randy. Su estado físico se mostró incapacitado para jugar al ritmo que acostumbraban a hacerlo los Wizards y, sencillamente, era una pieza sobrante para las aspiraciones del equipo; Kirk lo sabía y Randy lo sabía.

Pero Skiles no estaba de acuerdo con quitarse la pieza más válida de su puzzle y habló con Kirk para comunicarle que debía buscar una táctica acorde con las características de Wilton, un planteamiento más conservador. Hinrich se mantuvo fiel a sus ideas y dio a escoger entre su cabeza o Randy. No es que no le gustara, sino que en las condiciones en que se encontraba no era válido para desarrollar su estilo de juego.

Skiles echó a Hinrich y se puso, como ya le hubiera gustado hacer antes, al mando del banquillo de los Wizards. Wilton era el eje de un sistema defensivo muy conservador y de un ataque, a ser posible estático, que se basaba en él y los posibles tiros exteriores, obviando buena parte de las capacidades ofensivas del perímetro que formaban Harrell, Lynch y Lyndon.

Las carencias del sistema ya se hicieron notar en el primer partido, terminando con derrota ante los Hawks. El equipo estaba preparado para defender a por todas, de hecho, ya lo hacía con Hinrich. Pero vivía básicamente de ataques rápidos y transiciones, y les costaba sobrevivir en estático. Los porcentajes de acierto bajaron enormemente y la mejor defensa de la liga, era tambié de los peores ataques.
Wilton no había bajado mucho sus números, pero al girar todo el sistema a su entorno sí lo habían hecho los de sus compañeros. Anotaba, reboteaba, taponaba y asistía a nivel habitual pero, fuera de la estádistica aún arrolladora, nadie hubiera dicho que dominaba. Ya no daba aquel pase clave, ya no anotaba desde donde quería, ya no paraba cualquier pívot que se le pusiera enfrente...Aún con una estadística igual de perfecta que otros años, su cuesta abajo se hacía evidente.

En diciembre, cuando fueron a jugar a Las Vegas, los Kings les infligieron una histórica paliza y les condenaron con el récord mínimo de anotación en muchos años (61). Wilton pidió fiesta a Skiles por unas supuestas molestias para el día siguiente, y pasó la noche en la ciudad del juego. Jason Hart, General Manager de los Kings, le dio algo en lo que pensar: "vienes aquí, anotas muchos puntos, nos llevas a Play-Offs y fin".

Le proponía fichar por los Kings como agente libre, y llevar el plan de vida de muchos jugadores que acababan allí. La franquícia no hace preguntas si tu respondes en cancha.

Por navidad fue a ver a sus hijos y su mujer le dio una sorprendente notícia, que le había ocultado hasta el momento. Estaba embarazada, de siete meses. Y aunque Randy se alegró mucho y le pidió que volvieran a intentarlo ella le dijo que no; había huído, y no había vuelta atrás.

Pasó las navidades solo, añorando aquellas ocasiones en que la NBA programaba un partido suyo al ser de máximo interés. Un Lakers-Nuggets, amenizaba ahora las cenas navideñas en todos los hogares del mundo.

Cercano a los 30 puntos, 15 rebotes, 5 asistencias, 3 tapones y 2 robos, Wilton mantenía intachable su estadística para hacerse con el MVP de no ser por un pésimo récord de 19-20 para Washington. Eran uno de los conjuntos más aburridos de la liga, el Eagle Complex ya no se llenaba y todo el mundo tenía claro que Randy no jugaría otro año en la capital.

Harrell, Lynch y Lyndon mantenía viva la ilusión de la gente, que sin embargo era consciente que con Skiles vagando por allí poco podría hacerse. Arenas era consciente de ello, y ya se rumoreaba que en verano se echaría desde la cúpula directiva el ahora entrenador y General Manager.

Los Lakers iban directos hacia su cuarto anillo consecutivo, y solo unos sorprendentes Rockets liderados por el jovencísimo Arison y los sólidos Knicks de Bullock parecían preparados para hacer frente al insaciable Marcus Lemmeis.

Por si su vida no fuera hacia un oscuro abismo, a mediados de enero le llegó otra horrible notícia: su hermano y representante William y su mujer habían muerto en un accidente de coche a las afueras de Buffalo. Su único hijo, Malik, había salido milagrosamente ileso del sinistro.
Sin mediar palabra, Wilton pasó por el pabellón a pedir vacaciones indefinidas. Llegó ocho horas más tarde al hospital donde se alojaba su sobrino de dos años, firmó todos los permisos necesarios y se lo llevó a su casa. Allí le esperaba Nancy, que consciente de que Malik necesitaría una família le pidió que volviese a casa.

Nadie lloró más, aparte de sus padres, la muerte de William que Randy. Había perdido una parte de él mismo, a su ser más querido. Pero le tocaba ser fuerte, cuidar de sus padres (a los que pidió que fueran a vivir con él y Nancy) y ofrecer una família al pequeño Malik.

Le frustraba, al volver quince días más tarde con el equipo, ser consciente de que no podría ofrecer un anillo de despedida a su querido hermano. Al menos, no con los Wizards y no con Skiles en el banco.

Anotó 57 puntos a su vuelta, más de lo que en su actual condición imaginaba poder hacer, como tributo a William. Lideraría a los Wizards a ocho sorprendentes victorias consecutivas antes del All-Star, que tendría lugar en Orlando.
Sorprendentemente, Wilton no había sido el elegido para salir de titular en el partido. Darrick Martin tendría a su discípulo Bullock (New York) a Bell (Atlanta), Haykes (Springfield), Fortson (Milwaukee) y Fox (Miami), formando el quinteto. Wilton saldría desde el banquillo, como también lo harían Callaghan (Orlando), los gemelos Baxter (Atlanta), Merton (Charlotte), Barson (Boston) y Edney (New York).

Por parte del oeste Woods (Denver), Arison (Houston), Djeric (Phoenix), Lemmeis (Los Angeles) y Pirtsmouth (Vancouver), serían los titulares que presentaría Brian Shaw (Los Angeles). Moott (Seattle), Norman (Los Angeles), Gardner (Utah), Clifford (Minnesota), Washburn (Houston), Terry (Minnesota) y Rose (Portland) saldrían desde el banquillo.

La noche antes del partido, Randy recibía una llamada diciéndole que su mujer iba de parto, y que se apresurara a llegar allí. Abandonaría la concentración, con permiso de la liga, y llegaría a Washington casi al minuto que el bebé veía la luz. Era un niño: William Wilton.

Aquel momento le unió a su mujer como no lo habían estado en mucho tiempo. Ni siquiera vio el partido de las estrellas, sino que estuvo junto a ella, atento a sus peticiones y necesidades, en todo momento. Y aunque nunca olvidaría su infidelidad, sabía tan bien como él de la importancia para sus niños de tener una familia unida. Y así, poco a poco, podría perdonarle...

El este había ganado el partido y Bullock había sido el MVP. Todos se habían conjurado para dedicarle la victoria al pequeño William Wilton.

Randy tardó una semana, sin prisas, a volver a las canchas. La temporada avanzaba inexorablemente, y gracias a su esfuerzo los Wizards no sufrirían por meterse en Play-Offs.
Terminaron la temporada regular como el sexto equipo mejor clasificado del este, y con Skiles engañándose a sí mismo con su discurso de "la temporada ha sido un éxito". Les tocaría medirse a los Springfield Legends, un equipo que ya les había demostrado el año anterior que era un hueso duro de roer.

Haykes hizo un primer partido de ensueño, logrando un triple-doble y siendo el amo absoluto del partido. Wilton vio enseguida que jugando como les pedía Skiles no llegarían a ningún sitio y, ejerciendo de capitán, pidió a sus compañeros que jugaran como lo hacían con Hinrich.

En el segundo dieron el golpe a base de entrega y buen juego, y lo mismo ocurrió en los tres siguientes. Al parecer, los Legends habían previsto una eliminatoria sencilla ante unos Wizards que venían jugando fatal, pero para nada se esperaban aquel resurgir del honor capitalino.

Los Hawks esperaban en segunda ronda. Skiles avalaba un estilo de juego que se había impuesto en contra de su voluntad y Wilton había recuperado el prestigio que, poco a poco, había ido perdiendo a lo largo del año. Por primera vez en mucho tiempo, quedaba fuera del quinteto ideal del año y muy atrás en la carrera por un MVP que fue para Bullock. Lemmeis no se tomaría nada bien aquel premio, y al ser preguntado por el tema se limitó a responder que alguien no quería verle como lo que era: el mejor jugador de todos los tiempos.

Los Hawks, un equipo veloz como pocos, no dieron ninguna oportunidad a los Wizards. Fue un barrido con todas las de la ley, recordando a aquellos Suns de principios de milenio. Steve Nash entrenaba el equipo que su homónimo Jeffrey Evan Daniels dirigía en cancha. Omar Bell ejercía del Amaré de los de Atlanta, y los gemelos Baxter de los falsos aleros a medio camino entre Shawn Marion y Boris Diaw.

Una segunda ronda: todo lo que había podido ofrecer para homenajear a su hermano. Aquello no supuso un bache como la derrota del año anterior, pero le hizo plantear muchas cosas. ¿Valía la pena seguir luchando? ¿Era Washington, tras ser nombrado Skiles entrenador, el sito ideal para ir a por su cuarto anillo? ¿Debía retirarse y estar con su ahora extensa familia?

Habló todo aquello la misma noche de la triste derrota con Nancy. Ella le animó, como había hecho tres años atrás a no rendirse. Tras un tiempo y, sobretodo, durante el último año, había conocido a su marido lo suficiente como para saber que era incapaz de retirarse por la puerta de atrás. Le animó a hacerlo en lo más alto y buscar, si no quería seguir en Washington, el sitio necesario para conseguirlo.

Un Hakeem Olajuwon que había abandonado sus funciones y se dedicaba, sin ánimo de lucro, a ayudar a sus amados Rockets en lo que pudiera, llamó a su viejo amigo Randy para hacerle una propuesta. Los Rockets habían llegado a unas finales del oeste de las que eran perfectamente conscientes que saldrían derrotados. Como hacía cinco años, le proponía subirse al barco para traer a Houston un anillo "que hace años que se resiste".
Aquella llamada le hizo mucha ilusión. Como una de las personas que más le habían ayudado, Wilton no quería decepcionar a su ídolo Olajuwon y, aún no decirle que sí, decidió de buen principio que aceptaría la propuesta de Houston, para intentar junto a Arison herir a Lemmeis donde más le dolía: a las puertas de las finales de la NBA.

Los Knicks eliminaron a unos luchadores Hawks y llegaban a su primera final desde el año 1999. Lemmeis se mantuvo fiel a su promesa y destrozó a Bullock en la final para lograr el cuarto anillo consecutivo (algo que no se veía desde Bill Russell) y confirmarse como una leyenda viva de la liga.

El 4-1 contra Houston y el 4-2 contra New York demostraban al mundo lo que este ya se temía: nadie podía parar a Marcus Lemmeis. Pero Olajuwon y Wilton no pensaban lo mismo...

Wednesday, March 14, 2007

Parecidos TV

Como único blogger que aún no ha hecho parecidos en el mundo de los blogs, e aquí unos cuantos que se me han ido ocurriendo ultimamente; todos ellos, relacionados con grandes series, las mejores, de la televisión actualmente.


Como C-Note (Benjamin Miles Franklin es su nombre real en Prison Break), Mourning es un tipo duro, pero con un corazón de oro. Más allá del físico, también en su carácter veo cierto parecido entre ambos...
Seguro que si metes a Gregory House en una cancha (aún ser cojo) te reparte juego que da gusto, al más puro estilo Run & Gun. Lo mismo pasaría con Dr Nash en consulta; si ya se sabe, cuando uno nace genio...
Dos buenos chicos que estaban en un sitio en que les querían pero del que acabaron huyendo. Los dos desempeñan un papel secundario cuando, en realidad, tienen carisma y calidad para ofrecer mucho más de sí mismos...

Tuesday, March 13, 2007

El bautizo

Pequeño recordatorio de un documento con el que en su día nos ilustró el amigo Pierce sobre los orígenes de los nombres de las franquícias. De lo que recuerdo haber sacado de allí, y lo que he encontrado, me basaré para escribir este artículo. Por cierto jugón, esperamos verte pronto por la blogosfera (y por cierto Wayne, me quito el sombrero ante tu gran iniciativa).

Podríamos tirarnos de los pelos al ver que los Hawks no alcanzan los Play-Offs desde el año 1999, aunque podríamos hacerlo hablando igualmente de los Blackhawks, que era su nombre original en Tri-Cities (Moline, Rock Island y Davenport) por ser la zona en que se desarrolló la guerra de los águilas negras. En el traslado a Milwaukee se acortaron el nombre, como han hecho otros equipos como los Knicks (antes Knickerbockers), los Pistons (Zolner Pistons) y como parece suceder con los SuperSonics, que de momento ya han acortado el nombre en el logo oficial del equipo. Otras franquícias como los Timberwolves, o unos Mavericks y Cavaliers que en épocas lo han acortado como Mavs y Cavs, puede que sigan el mismo camino...

Luego hay algun nombre que no pega ni con cola pero que si no se ha eliminado con un traslado dificilmente lo veremos cambiar en alguna ocasión. Por ejemplo, unos Lakers que con el traslado de Minneapolis a Los Angeles vieron como su nombre perdía todo significado. Claro que, ante alternativas como Palm Trees poco puede hacerse...O los Grizzlies, que de Vancouver a Memphis también deverían haber cambiado el nombre. Pero Express era la alternativa y al estar en la ciudad de FedEx (Federal Express) sonaba a patrocinio. Y luego, claro, unos Jazz que no hace falta ni decir nada...

Algunos lo han cambiado a lo largo de su historia, teniendo en los Wizards el mejor ejemplo. En su recorrido por Chicago, Baltimore y Washington se han llamado Packers, Zephirs, Bullets y el actual, Wizards. Hay otro ejemplo sutil y que no cambia en exceso el significado, con los Royals pasando a llamarse Kings en un recorrido histórico por la mitad de ciudades de los Estados Unidos. Los Braves pasaron a Clippers, los Chaparrals a Spurs, los Rockets a Nuggets (siempre en Denver), los Nationals a 76ers...

Evidentemente, cada punto tiene su Expediente X. En el caso que nos ocupa, Phoenix Scorpions, Miami Waves, Charlotte Dragons, Cleveland Jays o Minnesota Polars no sonaría tan mal pronunciarlos como nombre de algun equipo de la liga. Como estas aberraciones que os presento ahora, fueron considerados en su día pero descartados definitivamente...

E aquí, por otro lado, lo que por suerte no fue: Miami Flamingos, Orlando Juice, Cleveland Presidents, Washington Seadogs, Dallas Wrangler, Portland Chinooks...En este apartado hay muchos más, he seleccionado los peores o los que a mi me suenan más raros.

Está claro que el tener que vigilar que no coincida tu nombre con una franquícia de la NFL, MLB y NHL (si no lo hace con uno de High School o College, además, eres el amo) deja poco margen para los buenos nombres, y luego salen extraños elementos como Trail Blazers dificilmente etiquetables de buen gusto. Temas de inadecuación como los Grizzlies o el caso extremo de los Jazz y el tener que ver un equipo capitalino llamarse Wizards cuando sus iguales de las grandes ligas se llaman Capitals o Nationals, por ejemplo.

Termino diciendo que, aunque en algunos casos no nos suene bien, está claro que si no se cambia cuando te trasladas dificilmente pueda hacerse sin sonar raro al principio. Para mi los Grizzlies tuvieron su chance y no lo aprovecharon, y un cambio ahora no arreglaría nada, y más tras haber estrenado este precioso logo que espero que alguna vez venga acompañado de unos uniformes más bonitos que los actuales...

Friday, March 09, 2007

True Wolf 50 Best

Los cincuenta mejores jugadores desde que sigo la NBA, por el orden que más o menos he ido determinando:

50- Chris Bosh (Toronto Raptors): Aún no conoce jugar unos Play-Offs (este año lo sabrá) y ya ha sido dos veces All-Star. Un jugador que de hacerse la lista dentro de un año otra vez posiblemente veamos mucho más arriba.

49- Pau Gasol (Memphis Grizzlies): Una inoportuna lesión le ha privado de poder subir algo más este año. Números impresionantes, una vez All-Star y tres Play-Offs disputados, aunque ninguna victoria en una franquícia que no despierta entusiasmo y que, encima, parece que no le quiere.

48- Carmelo Anthony (Denver Nuggets): El jugador franquícia de Denver nunca ha quedado fuera de Play-Offs, aunque si injustamente se ha visto fuera del All-Star hasta este mismo año que, aún ser el máximo anotador de la liga, a punto estuvo de volver a quedar excluído. Como Bosh y Gasol, puede que dentro de un año haya subido algún escalón.

47- Stephon Marbury (Minnesota Timberwolves, New Jersey Nets, Phoenix Suns, New York Knicks): Un jugón incansable, como lo demuestran sus flirteos con los cuarenta este año, su triple ante los Spurs en Play-Offs del 2003 o su último cuarto en el All-Star de Washington. Nunca ha encontrado un proyecto ganador aunque espera hacerle en casa, en un Madison que ya le ve con mejores ojos ultimamente y que después de mucho tiempo vuelve a estar ilusionado con un proyecto.

46- Antoine Walker (Boston Celtics, Dallas Mavericks, Atlanta Hawks, Boston Celtics, Miami Heat): Tres veces All-Star en su década en la liga, finalista del este con los Celtics en 2002 y campeón de la NBA con los Heat. Ha ido a menos, pero no se le puede negar que durante un tiempo estaba en la élite de la liga.

45- Yao Ming (Houston Rockets): All-Star nada más llegar y con perspectivas de eternizar su presencia, esta temporada al fin demostraba que podía convertirse en el mejor pívot de la liga. Tiempo al tiempo, habrá que ver su rendimiento en Play-Offs este año...

44- Mitch Richmond (Golden State Warriors, Sacramento Kings, Washington Wizards, Los Angeles Lakers): Este trotamundos que enamoró con el Run TMC y tiene el dorsal retirado en Sacramento logró su único anillo en el 2002, en su último año y jugando con los Lakers.

43- Michael Finley (Phoenix Suns, Dallas Mavericks, San Antonio Spurs): Fue el primero del antiguo trío de los Mavericks en ser All-Star (dos veces) y pieza clave del equipo que disputó la final de conferencia en 2003. Ahora, en los Spurs, quiere ganar el anillo que se le resistió en el equipo de Cuban.

42- Shawn Kemp (Seattle SuperSonics, Cleveland Cavaliers, Portland Trail Blazers, Orlando Magic): Un jugador muy venido a menos del que tengo gratos recuerdos jugando con los Sonics y, en menor medida, con los Cavs.

41- Charles Barkley (Philadelphia 76ers, Phoenix Suns, Houston Rockets): Asistí a su busqueda desesperada del anillo en los Rockets, sin posibilidad de hacer sombra a los Bulls o los Jazz para lograr su sueño.

40- Ben Wallace (Washington Wizards, Orlando Magic, Detroit Pistons, Chicago Bulls): Se retirará con un impresionante legado de cuatro All-Star disputados, cuatro veces mejor defensor y un anillo de campeón con los Pistons.

39- Steve Francis (Houston Rockets, Orlando Magic, New York Knicks): Tuvo su gran época en Houston, donde jugó tres All-Stars además de vivir la doble transición Olajuwon-Ming, Tomjanovich-Van Gundy. Este último se cansó de su juego y fue enviado junto a Mobley (los dos ídolos locales) a Houston a cambio de Tracy McGrady, sin duda una estrella de mucho más carisma que Franchise. ¿Serán sus 26 puntos del otro día un espejismo o signo de que Steve puede volver a ser el de antes?

38- Elton Brand (Chicago Bulls, Los Angeles Clippers): Tras ser rookie del año y jugar una segunda temporada a su habitual 20-10 fue enviado a los Clippers a cambio de una incógnita como Chandler. Vistos los rendimientos, está claro que se trató un terrible error por parte del GM de los Bulls.

37- Gilbert Arenas (Washington Wizards): Llevó a los Wizards a segunda ronda tras más de veinte años en el 2005, ha flirteado con los cincuenta en tres ocasiones y ha conseguido ser titular en el All-Star. Todo un pedazo de jugador que el año que viene, no lo duden, estará en el Top 25 seguro!

36- Glen Rice (Miami Heat, Charlotte Hornets, Los Angeles Lakers, New York Knicks, Houston Rockets, Los Angeles Clippers): MVP del primer partido de las estrellas del que tengo constancia, mantuvo su estatus de estrella hasta su llegada a los Lakers, renunciando a ella a cambio de conseguir el único anillo de su carrera.

35- Shawn Marion (Phoenix Suns): A la chita callando, este pedazo máquina de hacer estadística lleva ya cuatro All-Star disputados y ha jugado dos finales de conferencia con su equipo de toda la vida.

34- Patrick Ewing (New York Knicks, Seattle SuperSonics, Orlando Magic): Mucho más arriba estaría de mirarse el cómputo global de la carrera, esta leyenda jamaicana se acercó al anillo en 1999, aunque una inoportuna lesión le privó de poder jugar la final y ayudar a los suyos a ganar el campeonato. Lo intentaría, sin éxito, en Seattle y Orlando.

33- Allan Houston (Detroit Pistons, New York Knicks): Uno de los principales motivos del miráculo que llevó a los Knicks del octavo puesto hasta la final del año 1999. Sería dos veces All-Star, y se le recordará por una de las mejores mecánicas de tiro de la historia de la liga.

32- Dikembe Mutombo (Denver Nuggets, Atlanta Hawks, Philadelphia 76ers, New Jersey Nets, New York Knicks, Houston Rockets): Finalista con los 76ers, cuatro veces mejor defensor, segundo en la clasificación histórica de rebotes, primero en coger 20 o más rechaces con cuarenta años...único e irrepetible, nada más puede añadirse.

31- Hakeem Olajuwon (Houston Rockets, Toronto Raptors): Sacrificó su fidelidad por el bien de los Rockets, que no pudo llevar al anillo desde que yo sigo la liga pero que, al menos durante un par de años, guió hacia los Play-Offs.

30- Amaré Stoudemire (Phoenix Suns): Brutal año 2005 y fantástica recuperación para uno que va camino de ser un grande. Sus 29 puntos en el All-Star pueden ser una declaración de intenciones de cara a unos Play-Offs que Amaré, no lo dudéis, intentará hacer suyos.

29- Penny Hardaway (Orlando Magic, Phoenix Suns, New York Knicks): Una lesión acabó con el que a día de hoy podría ser recordado como uno de los mejores de la historia. Fue uno de los primeros jugadores que me gustaron, un jugón en estado puro del que siempre recordaremos aquello que podía haber sido...

28- Paul Pierce (Boston Celtics): Disputó cinco All-Stars consecutivos, el primero de ellos el mismo año en que llevó a los históricos verdes a la final de conferencia. Demasiada reconstrucción ha cortado las esperanzas de anillo del primer mito del Garden desde la retirada de Larry Bird.

27- Rasheed Wallace (Washington Bullets, Portland Trail Blazers, Atlanta Hawks, Detroit Pistons): Gracias Portland! Una frase que resume lo que pensaron los aficionados de los Pistons en el año 2004, cuando se reforzaban con uno de los hombres interiores con más clase que se ha visto en la liga y que tanto les ayudó a ganar el anillo. El factor Sheed, que de momento ya se retira con tres partidos de las estrellas disputados y un valioso anillo en su mano, al que aún tiene margen para añadir otro.

26- Latrell Sprewell (Golden State Warriors, New York Knicks, Minnesota Timberwolves): Lo primero que supe de él fue que escañó a Carlesimo, como exponente máximo de la fama que nunca le ha abandonado. Luego, disfruté con su juego en los Knicks y más tarde soñé con verle ganar el anillo con los Wolves, aunque al final no pudo ser.

25- John Stockton (Utah Jazz): Romeo o Julieta, prefirió retirarse en el equipo de toda la vida dejando atrás sus dos finales disputadas y su condición de mejor pasador y robador de balones de la historia de la liga a intentar ganar el anillo en otro lado que no fuera Utah.

24- Ray Allen (Milwaukee Bucks, Seattle SuperSonics): Tras llevar a los Bucks a una final de conferencia y ser tres veces All-Star llegó a los Sonics a cambio de Payton, donde sumó cuatro partidos de las estrellas más y firmó, por encima de todos sus logros, una mágica campaña 2004-05 que dificilmente olvidaremos.

23- Grant Hill (Detroit Pistons, Orlando Magic): Como en el caso de Penny: lo que pudo haber sido. A saber si no hablaríamos de Hill MVP y los Magic campeones, sin duda condiciones las tenía. De esto pasamos a lo que nos queda, el recuerdo de un estilista alero con los Pistons y lo único que ha logrado con los Magic: votado como titular en el All-Star de Denver y firmar así un bonito retorno que no se ha visto recompensado con el estado de salud óptimo para volver a ser el que era antes.

22- Scottie Pippen (Chicago Bulls, Houston Rockets, Portland Trail Blazers, Chicago Bulls): Quería ser algo más que el escudero de Jordan y lo intentó, sin éxito, en los proyectos que le presentaron Houston, donde no cuajó y Portland, que perdió en un séptimo partido de infarto la final de conferencia ante los Lakers.

21- Reggie Miller (Indiana Pacers): Un tirador como pocos, ostenta el récord de triples en la historia de la liga. En lo que a historial respecta, llevó a los Pacers a tres finales del este consecutivas, junto a Larry Bird, y saldó con victoria la tercera, aunque una vez hecho esto se estrelló contra los infranqueables Lakers de O'neal, Bryant y Jackson.

20- David Robinson (San Antonio Spurs): El que fuera MVP de la liga tuvo que esperar hasta la llegada de un compañero interior para lograr el anillo. Logró dos en cinco años, siendo pareja de baile del mejor pívot que ha llegado a la liga en la última década.

19- Lebron James (Cleveland Cavaliers): Quizás sea pronto, pero el haber sido segundo en las votaciones para el MVP del año pasado, haber llegado a los 30 puntos de media, haber devuelto a los Cavs a los Play-Offs...sin duda es pronto, pero con 22 años nadie nunca había logrado esto, y por historial James no está tan atrás de algunos que están por encima de él. A mi entender, a día de hoy ya es de los veinte mejores de la década indudablemente. Veremos en que acaba, probablemente dentro de un par de años ya esté con los cinco de arriba y si no tiempo al tiempo...

18- Jermaine O'neal (Portland Trail Blazers, Indiana Pacers): All-Star desde el año 2002, ha sido el tercero en las votaciones para el MVP en una ocasión (2004) y ha llevado a los Pacers a la final de conferencia (el mismo año). Aunque le falte carisma, sus números y logros hablan por sí solos.

17- Alonzo Mourning (Charlotte Hornets, Miami Heat, New Jersey Nets, Toronto Raptors, Miami Heat): Mejor defensor en dos ocasiones consecutivas y segundo en la votación del MVP el año 99. Sus problemas renales le alejaron de las canchas durante algún tiempo, y volvió ya veterano para ayudar a Wade y O'neal a lograr el primer anillo de la historia de una franquícia que tanto le debe y que seguro que le va a retirar su dorsal 33.

16- Chris Webber (Golden State Warriors, Washington Bullets, Sacramento Kings, Philadelphia 76ers, Detroit Pistons): El motor principal de aquellos Kings de principios de milenio que tanto enamoraron al mundo del baloncesto. Ni allí ni junto a Iverson ganó el anillo que aspira a llevarse como jugador de los Pistons, cerrando un círculo que empezó en la Universidad de Michigan.

15- Chauncey Billups (Boston Celtics, Toronto Raptors, Denver Nuggets, Minnesota Timberwolves, Detroit Pistons): Trotamundos donde los haya, encontró su sitio en Detroit, donde fue la principal razón para llevar a los Pistons al anillo del 2004 ante los Lakers. Un MVP de las finales y dos All-Stars pueda ser quizás demasiado premio, pero todo cuanto tiene Chauncey es porqué se lo ha ganado a pulso.

14- Vince Carter (Toronto Raptors, New Jersey Nets): El mejor matador de la historia ha tenido una carrera quizás un tanto decepcionante dadas las perspectivas que despertava. Aún así, pasará a la historia como mínimo su impresionante semifinal de conferencia (única de los Raptors en su historia) ante Iverson y los Sixers y, por encima de todo, el concurso de mates del año 2000 en Oakland. Y aún, que no se olvide, con cuerda para ofrecer más de sí mismo y, quizás, hacer más méritos para entrar en la historia de la liga.

13- Dwyane Wade (Miami Heat): De su clase, el que está más arriba. Sus tres All-Stars, sus estadísticas, su carisma, su juego y, para la historia, su promedio anotador en las finales le hacen merecedor de esto y, quizás, aún sea un premio menor de lo que merezca.

12- Gary Payton (Seattle SuperSonics, Milwaukee Bucks, Los Angeles Lakers, Boston Celtics, Atlanta Hawks, Boston Celtics, Miami Heat): Una leyenda en Seattle y en la liga, ha acabado su carrera corriendo mundo para ganar el anillo con el que se hizo finalmente en Miami dejando, además, un tiro que en Florida recordarán durante mucho tiempo.

11- Tracy McGrady (Toronto Raptors, Orlando Magic, Houston Rockets): Dos veces máximo anotador de la liga y acércandose al MVP, quizás el mayor "pero" que hay que ponerle sea el no haber llegado nunca a segunda ronda. A ver si lo consigue este año...

10- Jason Kidd (Dallas Mavericks, Phoenix Suns, New Jersey Nets): Uno de los mejores bases de los últimos años, cuyos más de ochenta triple-dobles y su juego antes de llegar a New Jersey ya serían suficientes para que entrara en esta lista. Pero, por si fuera poco, le dió por sorprender a propios y extraños llevando a los Nets a dos finales consecutivas (en el 2002 fue el segundo en la votación del MVP), aunque se encontró con dos huesos demasiado duros de roer para alguien que estaba demasiado solo...

9- Dirk Nowitzki (Dallas Mavericks): Finalista del oeste en dos ocasiones (ganó el año pasado), dos veces tercero en la votación del MVP, fijo en el All-Star desde el año 2002...Su temporada actual le catapulta aún más alto en una lista en la que, seguro, aún le quedan posiciones por escalar.

8- Steve Nash (Phoenix Suns, Dallas Mavericks, Phoenix Suns): El base canadiense ha sido el mayor impacto en la liga de la década. De la sorpresa que representó su MVP en el 2005 se ha pasado a una petición unánime para que le den el de este año, aunque seguramente será para Nowitzki. Solo le falta, por fin, culminar el trabajo en las finales del oeste y ganar un anillo para ser recordado como uno de los grandes de la historia, y no como dos MVP's injustamente ganados.

7- Allen Iverson (Philadelphia 76ers, Denver Nuggets): Con 1'83 cm de estatura, ha sido cuatro veces máximo anotador de la liga y llevó a los 76ers a la final de la NBA en 2001 (el mismo año en que fue MVP del All-Star y la temporada regular). Se le recordará como el mejor jugador bajo de la historia, como un anotador insaciable y como el personaje más mediático de los últimos diez años en la liga, siendo el máximo exponente de la tendencia Bad Boy/Hip Hop que lleva imperando en la liga en los últimos tiempos.

6- Kevin Garnett (Minnesota Timberwolves): Su estadística es quizás la más regular y demoledora de los últimos tiempos. Los "peros" llegan al ver que solo una vez ha superado la primera ronda (llevó a los Wolves a la final del oeste en 2004) y nunca ha terminado de despertar entusiasmo, deja algo frío. MVP en el 2004, de haber ganado más partidos cada año lo habría sido en más de una ocasión...

5- Kobe Bryant (Los Angeles Lakers): El mejor escolta de la última década, al que ya solo le queda ganar el MVP de la temporada regular y el de las finales, por el significado que esto tendría. Hazañas como su temporada por encima de los 35 puntos, los 81 que les endosó a los Raptors o los centenares de tiros sobre la bocina y mates estratósfericos que nos ha brindado, contrastan con el lado oscuro de su mal carácter y la acusación por violación que pesó sobre él durante el año 2004. Para bien o para mal, como ya se ha dicho otras veces, es Kobe Bryant.

4- Karl Malone (Utah Jazz, Los Angeles Lakers): Se retiró como el segundo máximo anotador de la historia de la liga, pero cometió adulterio al equipo al que Stockton si permaneció fiel y que él abandonó para intentar ganar un anillo. La temporada terminó con su tercera final perdida, y al desmantelamiento de aquellos Lakers Malone tan solo pudo decir adiós a una gran carrera que quedará marcada por no haber ganado ningún anillo.

3- Tim Duncan (San Antonio Spurs): Dos premios al MVP, tres campeonatos ganados...esto es el historial de un histórico, no muchos pueden presumir de acercarse o superar sus gestas. Aún dejar un poco frío, está más que claro que Tim Duncan es ya a día de hoy uno de los grandes de la historia del baloncesto y de la liga.

2- Shaquille O'neal (Orlando Magic, Los Angeles Lakers, Miami Heat): El pívot más dominante desde Kareem Abdul-Jabbar. Dejará tras de sí, como mínimo, seis finales disputadas, cuatro anillos y un único MVP que quizás sepa a poco, pero que puede interpretarse como su habitual tendencia a reservar esfuerzos para la hora de verdad...

1- Michael Jordan (Chicago Bulls, Washington Wizards): Basta decir que me brindó el tiro ante los Jazz en el primer partido que veía completamente entero. Solo con esto, merece estar en el peldaño más alto de los cincunta mejores que yo he visto jugar.

Sunday, March 04, 2007

Wilton XI

A acabar con la fiebre amarilla

Llegaba uno de los meses de julio menos movidos que recordaba y no podía hacer más que descansar, ya en casa una vez le habían dado la alta. Hasta principios de septiembre no volvería a pisar un gimnasio y a correr la cancha para, más tarde que el resto, incorporarse luego a los entrenamientos de pretemporada de los Wizards.

Se perdería el Mundial que se jugaba en Francia, en donde Lemmeis sería el principal reclamo de la selección estadounidense.

El Dream Team USA vencería a la selección de Brasil en la final, revalidando por tercera vez consecutiva el campeonato del mundo. Lemmeis sería elegido mejor jugador del campeonato, en el que también había destacado en la selección nipona su compañero en los Wizards, Nakano.

Con la pretemporada a punto de iniciarse Skiles dio un inesperado golpe de timón que acabó con Gregory Layne, un veterano con gran trayectoria en la liga, saliendo del equipo para traer al número uno del Draft, el escolta Ravent Lynch. A uno quizás le quedaban un par de temporadas buenas, pero el rookie tenía juego para dar durante muchos años en una plantilla que pronto vería decaer a sus postes titulares (Wilton y Norman), y que empezaría a depender del perímetro (Harrell, Lynch y Lyndon).Wilton sintió la baja de Layne, al igual que la de Hurbett, que saldría a cambio de Jamie Rush una semana más tarde. Ellos dos fueron los grandes culpables del anillo que ganó Washington en el 2028, y Skiles les envió a equipos sin aspiraciones en la recta final de su carrera, cuando su ambición se encontraba más fuerte que nunca. Parecía, por primera vez, existir cierto divorcio entre el rumbo que tomaba el General Manager y el que quería el entrenador (Hinrich).

Desde la directiva era claro el objetivo, y rejuvenecer la plantilla había sido el camino elegido para lograrlo. Vencer a Lemmeis estaba en mente de todos y aunque los sentía por sus dos ex-compañeros, Wilton no alzó la voz más de la cuenta para quejarse del tema.

Asistía a diario a mejorar físicamente y ver entrenar al equipo. Norman era más ambicioso que nunca, se había puesto entre ceja y ceja ofrecer otro año de espectacular rendimiento para lograr el ansiado anillo que tanto se le había resistido. Harrell sabía que debía dar un paso adelante y Lyndon, más maduro y cada vez más parecido al veterano Gray, estaba conscienciado de priorizar el anillo a jugar el All-Star que tanto amaba años atrás.

Con pocos días para empezar, los expertos tenían claros sus favoritos. Washington, New York y Boston seguían un paso por delante de todos, aunque los Celtics empezaban a vislumbrar su cuesta abajo. En el oeste, Denver, San Antonio y Seattle intentarían lo imposible: frenar a los Lakers.

Empezó la temporada con un LA Lakers-Seattle para inaugurar. Lemmeis dominó, como ya había hecho en la Copa Mundial ante el Sony Munchen. Quería repetir el MVP que el año anterior le había arrebatado Wilton. Estaba en su quinta temporada, más ambicioso que nunca por el premio y sediento de ganar su tercer anillo consecutivo.

Wilton iba entrando poco a poco, y eran Norman y Lyndon los que guíaban los pasos del equipo. Perteneciente a una promoción floja, nada parecía poder evitar que Lynch se hiciera con el rookie del año, siendo además el titular en un equipo aspirante a todo.
Los Wizards iban un poco cojos, y su récord llegado el mes de diciembre no era todo lo positivo que cabría esperarse del mejor equipo de la temporada anterior. Los Springfield Legends sorprendían a propios y extraños ascendiendo al primer lugar de la conferencia, con los Knicks pisándoles los talones. Los Wizards y los Celtics iban un paso atrás, y luego venían los Heat, los Cavs y los Bucks.

A partir de navidad Wilton volvió a su tono y se encontró, poco a poco, con sus números habituales. Esta subida le sirvió para volver a liderar la clasificación de máximo reboteador, aunque Bullock y Banner le superaban en el apartado de tapones que ultimamente acostumbraba a liderar.

Esto lo agradeció el equipo, que poco a poco mejoró sus prestaciones y pudo encadenar diversas rachas muy positivas de victorias. Aún así, Legends y Knicks estaban aún a una buena distancia gracias a su buen inicio y regularidad. Los Lakers, evidentemente, lideraban muy claramente la liga, con Lemmeis como máximo anotador, récord personal de 74 puntos incluído, y repartiendo además más de siete asistencias por partido.

Nada parecía poder parar a los angelinos, y esto motivó aún más unos Wizards que por fin volvían a ir todos a una, después de los rumores que apuntaban al despido de Hinrich y bajada al banquillo de Skiles. De todas formas, se llevaba especulando con aquello durante mucho tiempo, y ya nadie en Washington hacía caso.

Se llegó al All-Star de Dallas y serían Scottie Pippen (Springfield) y Steve Blake (Denver) los que lo dirigirían desde el banquillo.

Wilton repetiría titular por enésima vez, jugando al lado de Callaghan (Orlando), Haykes (Springfield), Fortson (Milwaukee) y Fox (Miami). Bullock (New York), Morrison (Springfield), Bell (Atlanta), Merton (Charlotte), Watts (Cleveland) Elson (Chicago) y Jerretts (Boston) eran las opciones a tener en cuenta desde el banco. Barson sería baja al tener molestias en la rodilla y, porqué no decirlo, demasiados partidos a sus espaldas como para preocuparse de jugar la pachanga de las estrellas.

Woods (Denver), Arison (Houston), Sanders (San Antonio), Lemmeis (Los Angeles) y Rose (Portland) formarían como titulares del oeste. Bass (Los Angeles), Gardner (Utah), Parker (Denver), Djeric (Phoenix), Van Fyde (Oklahoma City), Terry (Minnesota) y Pirtsmouth (Vancouver), serían los jugadores de banquillo del oeste.
Lemmeis firmaría un gran partido, pero sería el jovencísimo Tommy Arison quien de veras marcaría la diferencia. Con un espectacular partido, el jugador de tercer año en la liga haría su sitio en la historia con aquella exhibición, que dio a los aficionados Rockets una esperanza de que el jugador fichado por Olajuwon en el Draft del 2028 volviera a la franquícia tejana en el sendero del anillo, que se les resistía desde el año 95, con Hakeem de líder precisamente.

Por parte del este, solo Fox y los debutantes dieron signos de querer llevar a los suyos a luchar por un partido que ya de inicio habían perdido.

Lejos de darle importancia a aquello, Wilton lideró a los Wizards a una racha de trece victorias consecutivas para acercarse a los Legends, que sin embargo no dejaron de pisar el acelerador en ningún momento.

Al final, los Wizards superaban a los Knicks en su particular contrareloj y se hacían con el segundo puesto de cara a la postemporada, emparejándose en primera ronda con los Hawks de Omar Bell y los gemelos Willie y Omar Baxter. Un jovencísimo trío que prometía marcar un antes y un después de su paso por Georgia.

De todas formas, su velocidad y juventud no fueron rivales para los dos mejores pívots de la anterior década. Wilton y Norman no cedieron la más mínima y, muy bien acompañados por el mejor rookie del año, un Lynch que subía sus números de la temporada regular, enviaron a los Hawks de vuelta a casa dejando atrás un humillante, aunque esperado, barrido.
Los Legends tampoco tendrían problemas y se medirían en segunda ronda con los Heat, que venían de eliminar a unos Celtics que poco pudieron acercarse a revalidar el campeonato, con la baja de Barson pesando demasiado como para acabar con los de Florida.

Los Wizards, por su parte, se medirían a unos Knicks que venían de eliminar a los Cavaliers, aún con la derrota del año anterior en segunda ronda en su memoria, y con Bullock hambriento de llegar a sus primeras finales y medirse al que fue el alumno aventajado de su promoción: Marcus Lemmeis.

El Eagle Complex hizo gala de su fama de fortín en el primer choque, pero en el segundo los Knicks simplemente arrollaron. Enbil Taylor sería clave desde el banquillo, en uno de sus últimos intentos para ganar el anillo que no había podido conseguir en Houston. La eliminatoria se trasladaba al Madison, que vio con gran alegía a su equipo ponerse 2-1 en la eliminatoria.

Wilton no había estado a su mejor nivel hasta entonces, y lo remedió con un curioso triple-doble (30 puntos, 20 rebotes y 10 asistencias) en el cuarto encuentro, para devolver el factor campo a su favor.

Un triple imposible de Jerome Pertin dejó helado el Eagle Complex en el quinto partido, y devolvió la eliminatoria a New York con la posibilidad por su parte de sentenciar en casa y llegar a la final de conferencia. Pero Wilton y Norman fueron demasiado para los Knicks en el último cuarto y cuando parecía que ya les tenían contra las cuerdas, hicieron resuscitar a los Wizards, dando un golpe moral que preparó el camino para ganar fácilmente el séptimo partido.

Los Wizards llegaban cansados a la final del este, donde les esperaban unos Legends que disputaban la primera de su no muy larga historia. Contaban en completar la sorpresa que había sido toda su temporada, pero sabían que delante había un rival mucho más experimentado y, sobretodo y más peligroso, el jugador más ambicioso de la liga y que aún no había ganado un anillo (Norman).
Ante el bajón de rendimiento que había ofrecido Wilton en los últimos partidos (tras haber sido el tercero más votado tras Lemmeis y Haykes por el MVP), Norman se puso el conjunta sus espaldas para ganar el segundo de los dos partidos disputados en Springfield. La eliminatoria se trasladaba a Washington, donde los Wizards pondrían un 3-1 casi definitivo. Pero resbalaron en el quinto y perdieron el sexto tras una impresionante prórroga de de Morrison y Haykes.

Así se llegó a un séptimo encuentro de infarto, siendo conscientes en Washington de que los Lakers llevaban días descansando tras eliminar a los Nuggets y que, si llegaban, lo harían en un estado físico mucho peor que el de los angelinos.

Aquella fue otra gran noche de Randy, que recordó al de sus primeros años coqueteando con la media centena (48 puntos), a los que añadir unas brutales cifras en rebotes (22) y tapones (8), demostrando en ambas facetas que el mejor vino mejora conforme pasan los años.

Los Wizards pues ponían fin al sueño de la ciudad del Hall of Fame, que había asistido a la primera hazaña de la recién trasladada franquícia a la capital mundial del baloncesto. Serían Washington y Los Angeles las que disfrutarían de la finalísima de la NBA.

El primer partido fue un infierno para ambos. Los dos conjuntos que mejor atacaban de la liga jugaron a defender más que el rival, planteando el partido más feo que habían disputado en los últimos tres años y llevándolo a tres prórrogas de infarto que un Lyndon decisivo resolvió a favor de los Wizards con un tiro a falta de cinco segundos que los Lakers no pudieron contrarestar (Lemmeis estaba expulsado).

Este primer encuentro dio moral a los de Washington, que se veían capaces después de mucho tiempo de dudas de vencer a los Lakers y alejarles de su three-peat. La euforia ya se apoderaba de la capital cuando, en el segundo partido, Wilton y Norman les acercaban aún más al sueño.
Habían dado el golpe en Los Angeles, y la llegada a Washington por los tres siguientes partidos podía resultar decisiva para hacerse con el tercer campeonato. Pero Lemmeis realizó tres exhibiciones consecutivas (56, 61 y 58 puntos), si bien en el tercero su equipo no salió bien parado. Así se volvía a Los Angeles con los Wizards a un partido de hacer historia, y con Norman camino de un MVP de las finales que el estado físico de Wilton no le había permitido disputar durante aquellas últimas semanas.

Lo que ocurriría en los dos siguientes partidos sería sin duda la historia más grande jamás presenciada en unas finales. Los Wizards parecerían una marioneta en las manos de Lemmeis en la paliza que sufrieron en el sexto partido, con el escolta llegando a los 77 puntos con suma facilidad y empatando las series, dando además la sensación de que todo aquello estaba premeditado de buen principio.

Resultó un golpe demasiado duro y, por tercera vez, los Wizards disputarían un gana o muere en aquellos Play-Offs. Mucho más lejos de lo que dos semanas antes, con la final a punto de empezar, muchos hubieran imaginado: llegar al séptimo partido. Aún así, sabía a poco dada la doble ventaja con la que habían contado.

Wilton conjuró a los jugadores que capitaneaba de la importancia que tenía aquel histórico duelo. Estaban a un solo paso de la gloria, y nadie recordaría aquel horrendo sexto partido si finalmente lo lograban.

Ambos equipos salieron a por todas y el juego ofensivo, acompañado de defensas que de buen principio parecían de último cuarto, fue la tónica dominante del partido. Lemmeis, Wilton, Norman, Bass, Lyndon...aquel día estos nombres debían sacar a relucir todo su potencial, y ninguno de ellos defraudaría en absoluto. Paralelamente, tenía lugar el apasionante duelo entre Shaw y Hinrich, dos maestros de los banquillos que se enfrentaban por segunda vez en tres años.

Con el marcador reflejando un apasionante empate a 109 se entró en los dos últimos minutos de un partido de infarto. Primero Wilton, luego Lemmeis, después Norman, más tarde Perkins...el encuentro ahora derivaba a un intercambio de canastas en un partido que, por trascendencia y vistosidad, parecía en aquel momento disputado por jugadores elevados a la categoría de dioses.

Los nervios se apoderaron de ambos conjuntos, que fueron incapaces de deshacer el empate durante los últimos cuarenta segundos, y se llegó con empate a 115 a la prórroga.
Wilton, Norman, Harrell, Gray y Lyndon formarían el quinteto que acabaría el partido por parte de los Wizards, mientras que los Lakers alinearían a Bass, Perkins, Lemmeis, Wells y Reid para el tramo decisivo del choque.

El cansancio y los nervios hicieron acto de aparición ya después del salto inicial, y el marcador no se movía nada más que para un tiro libre y algún tanto de cuando en cuando. Los minutos dejaron paso a los segundos cuando Reid anotó un triple que dejó helados a los jugadores de los Wizards, atónitos ante la ventaja de dos puntos que ahora tenían los angelinos.

Tras el tiempo muerto, sacaron de medio campo y buscaron rápido a Wilton que encontró canasta ante la oposición de Bass. Lemmeis falló el siguiente ataque de los Lakers, y el pabellón se puso las manos en la cabeza al ver como Lyndon anotaba una canasta de cinco metros para poner a los suyos dos puntos por delante en el marcador.

Esta vez fue Shaw quién pidió tiempo muerto, para preparar un previsible triple de Lemmeis que el escolta logró anotar, poniendo a los suyos un punto arriba. Sería el siguiente, el último ataque de los Wizards, que lograron meter un balón interior que Wilton asistió a Norman ante la ayuda de Perkins. Mandaban por uno, pero aún restaban cinco segundos en el cronómetro.

Reid consiguió dar el balón a Lemmeis en un saque un tanto impreciso que casi acaba con balón robado por los Wizards. Marcus fintó por la derecha, dejó sentado a Harrell y se paró a un tiempo a cinco metros del aro. Wilton saltó a la ayuda para taponar un lanzamiento que jamás llegó a producirse...

Lemmeis le había fintado y, cruzando su pierna derecha con un largo paso, logró meter contra tablero y sobre el mismo sonido de la bocina el decisivo tiro que daba a los Lakers el tercer anillo consecutivo.

Norman, que había llegado tarde a intentar taponar el definitivo lanzamiento al venir del lado contrario, cayó al suelo y empezó a llorar desconsoladamente. Tampoco se levantaron Wilton y Harrell, sentados ante el espectacular movimiento con el que Lemmeis les había engañado, logrando arrebatarles el anillo que casi podían ver en sus dedos.

El público angelino estaba loco, viniendo de presenciar el mejor partido en la historia de las finales, que además había terminado como nunca lo había hecho una final de la NBA. En el último segundo, con el que empezaba a demostrar ser el mejor de la historia dejando en evidencia a dos grandes pívots como Wilton y Norman en la última jugada del partido.

Como pronunciaría un Battier emocionado al entregarle el trofeo a Lemmeis, sería difícil volver a ver algo similar a aquello, que sin duda fue un momento único e irrepetible en la historia de las finales. Una temporada, unos Play-Offs, una final, un tiro, que sin duda confirmaban a Marcus Lemmeis como uno de los mejores de la historia, habiendo ganado tres anillos en cinco años y dejado claro que ni Wilton ni Barson podían pararle.

Amado hasta un punto enfermizo por sus aficionados, aquel dominio incontestable le había hecho poco popular en el resto de ciudades que le habían sufrido en carne propia, habiendo sido Washington, sin duda, la más castigada de todas ellas. Así era Lemmeis, el más destacado de entre todos los aspirantes, el único que había logrado acercarse a la alargada sombra de Michael Jordan.Wilton tardaría mucho en salir de aquel vestuario para enfrentarse a lo que le esperaba fuera. Norman tenía la moral por los suelos, no por haber llegado tarde a taponar un tiro intaponable que no parecía haber sido lanzado por un ser humano, sino por haber perdido la que creía que era su última oportunidad para ganar el ansiado anillo de campeón.

Randy regresaría a casa un día más tarde que el resto de la expedición. Lo haría destrozado, y habiendo cometido un error irremediable que se había jurado que no volvería a cometer: haber dejado que el baloncesto volviera a ser la parte más importante de su vida, como le reprocharía su mujer en los siguientes días, preocupada por el estado de ánimo de su marido tras el brutal shock que resultó perder la final ante los Lakers.

Saturday, March 03, 2007