El año de Allen Iverson; el barrido amarillo en Play-Offs; Ewing fuera de la gran manzana; la explosión de Tracy McGrady
Si algo quedó claro en aquellos Play-Offs del año 2000, es que los Lakers iban a marcar época, y que su dominio, de ser largo, no sería una sorpresa.
Así pues, mi última temporada en mi primer club se presentaba con mucho optimismo y más admiración que nunca hacia las grandes estrellas del baloncesto. En aquel verano, tuve la suerte de conocer a Raül López en el Campus de la Penya, y jugar un disputado 1x1 con él que resolvió a su favor (4-2).
Algo había cambiado en la liga; con la caída de Jordan tambien lo hacían aquellos a los que él había frustrado. Los Barkley, Ewing, Malone...en resumen, aquellos que él había privado del premio que merecían, llegaron sin fuerzas a un nuevo milenio que no estaba reservado para su dominio. Los Draft de finales de los noventa marcaban ahora el devenir de la mejor liga del mundo, y era esta nueva generación la que debía marcar su época.
Aquel Draft del 2000 inició una tendencia irreversible hasta el 2003 que, por circunstancias cómo la juventud, inexperiencia y falta de fundamentos (todo esto se puede reparar con un ciclo universitario completo), carecían de capacidad para dominar en la liga. Esto no hizo más que abrir las puertas a jugadores europeos, mejor trabajados tácticamente y, a largo plazo, la institución de una norma que obligaba a pasar al menos un año en la universidad.
Kenyon Martin de Cincinnati fue el número 1 de aquella ceremonia, elegido por los New Jersey Nets. En segundo lugar los Grizzlies, aún en Vancouver, elegirían a Stromile Swift y los Clippers, con el número 3 del Draft, convertirían a Darius Miles en el jugador salido de instituto elegido con más alta posición en la historia de la liga. Marcus Fizer (Chicago), Mike Miller (Orlando), Dermarr Johnson (Atlanta), Chris Mihm (Cleveland), Jamal Crawford (Chicago)...Basta con enumerar algunos de los que quedaron por debajo de estos para darse cuénta del gran despropósito que fue este Draft: Desmond Mason (17) a Seattle, Jamal Magloire (19) a Charlotte o Michael Redd (43) a Milwaukee son sólo algunos ejemplos. Y cómo ejercicio de memoria, buscad a los sólo tres jugadores de esta promoción que han sido All-Stars, y comprovad que ninguno de ellos lo ha sido más de una vez.
Fue un verano muy movido el del 2000, en el que destacaban aquellos equipos que no querían caer de dónde habían llegado en los noventa, y aquellos que deseaban resucitar tras un gran devacle. El equipo que más se movió fueron los Magic de Orlando, que adquirieron a la jóven promesa de los Raptors Tracy McGrady y el experimentado alero de los Pistons, Grant Hill, en un traspaso que trajo a Ben Wallace a la capital del motor. Tambien intentaron adquirir, sin éxito, a Tim Duncan, que se quedó en unos Spurs que incorporaron a Derek Anderson como principal refuerzo. Otro movimiento destacado es el que se produjo a cuatro bandos y que acabó con Ewing fuera de New York. Algunos nombres a destacar de aquel traspaso fueron Glen Rice (Knicks), Horace Grant (Lakers) y Patrick Ewing (Seattle), en un traspaso en el que tambien participó Phoenix. Además de Grant, los Lakers se reforzaban con Isiah Rider mientras que el que debía batirlos, los Blazers, adquirían dureza interior con Shawn Kemp y Dale Davis; además, perdieron a su perla menos valorada, Jermaine O'neal, que se fue a los Pacers.
Después de tanta movida, llegaba el momento de recoger los frutos a un trabajo bien hecho. En el salvaje oeste Lakers y Blazers se presentaban como los rivales a batir, y Jazz, Kings, Spurs y Sonics los que les podían sorprender. También Dallas, Minnesota, Phoenix y Houston partían con aspiraciones de llegar a la postemporada, dejando claro cómo de alto era el nivel en este lado de los estados unidos.
En el este, por su parte, los Indiana Pacers y los New York Knicks parecían, a priori, aquellos que contaban con más números para llegar a la final. Aún así, los de Indianapolis generaban dudas por el hecho de haber perdido al técnico que los llevó a tres finales de conferencia consecutivas, y contar ahora con el inexperimentado Isiah Thomas al mando. Orlando era el más capacitado para dar la sorpresa y Milwaukee, Philadelphia, Miami, Toronto y Charlotte, contaban con argumentos suficientes como para no acomplejarse ante ningún rival.
Durante la temporada se demostró que Bulls, Warriors y Grizzlies seguirían interpretando a la perfección el papel de cienicientas, mientras Celtics y Nuggets daban señales de estar resucitando. O'neal era, antes de empezar la temporada y durante el transcurso de la misma, el máximo aspirante al MVP, aunque un buen papel de Sixers, Spurs o Timberwolves, podía acabar con Iverson, Duncan o Garnett recogiendo el premio.
En plena depresión por la situación del equipo, el All-Star Game llegó a la capital para gozo de los fans de esta clase de actividades. Después del épico concurso del 2000, muchas esperanzas había depositadas en la presencia de los Carter, McGrady o Francis, en un concurso al que acabaron llegando Stromile Swift, Corey Maggette, Deshawn Stevenson, Baron Davis, Jonathan Bender y el ganador, que ya lo mereció algun otro año, Desmond Mason. Y para los fans del segundo mejor triplista de todos los tiempos, Ray Allen fue quien ganó aquel concurso.
En un partido en el que, si te fijas en las alineaciones, resulta evidente que el oeste era muy superior, el este le dio la vuelta en un último cuarto épico. Destacaban en aquel equipo las novedades de McGrady y Stephon Marbury; Antonio Davis, Anthony Mason y Latrell Sprewell sustituyeron a los lesionados Hill, Mourning y Rattliff, y Jeff Van Gundy sacó a los dos primeros de titulares; para un fan como yo, tener que escribir esos dos nombres al otro lado de Duncan y Webber (titulares en el oeste como pívot y ala-pívot) en mis portadas es un sacrilegio. McDyess y Divac, elegido tras la lesión de Shaquille, fueron las novedades en el oeste.
Allen Iverson fue el mejor del partido tras la histórica remontada protagonizada básicamente por él y Stephon Marbury, que acabaría figurando en la segunda portada de mi colección de partidos de las estrellas. Kobe Bryant veía como se le escapaba el premio que también estuvo a su alcance en el 1998.
Días después, Dikembe Mutombo llegaba a los Philadelphia 76ers para hacer un asalto al título, y Kukoc era enviado a los Atlanta Hawks. Los Mavericks de Cuban adquirían a Juwan Howard a cambio de Christian Laettner y, también los Wizards, enviaban a Rod Strickland a los Portland Trail Blazers, con peor récord del que se le pedía a aquel equipo.
Allen Iverson ganó su segunda corona como máximo anotador del campeonato, quedando Stackhouse segundo y O'neal tercero. Esto, unido al muy positivo récord de los 76ers (56-26), le sumaba muchos tantos en la carrera para el premio al mejor jugador de la temporada, que se acabaría llevando por delante de Duncan, el mismo O'neal, Webber y Garnett.
En abril darían comienzo unos Play-Offs en el que se impusieron, barriendo en todas las eliminatorias de su conferencia, unos Lakers que con un récord de 56-26 habían generado más de una duda.
En el este, Charlotte se impuso a Miami con la comodidad que genera un 3-0, mientras Philadelphia y Milwaukee acababan con las altas pretensiones de Pacers y unos Magic que habían tenido en la lesión de Grant Hill su gran lastre. En el quinto partido, los Raptors echaban a los Knicks consiguiendo, por primera vez en su historia, la segunda ronda de los Play-Offs.
En el oeste los Lakers barrían a los decebedores Blazers, Sacramento y San Antonio acababan en el cuarto con Phoenix y Minnesota y Dallas, después de los duros noventa, volvía a la postemporada y se cargaba un grande, los Utah Jazz.
Mientras en el oeste los Lakers seguían finiquitando duelos rápidamente, esta vez le tocó a Sacramento, y los Spurs solo cedían en un partido ante los Mavericks, las cosas llegaban al séptimo en el este. Por un punto, tras canasta de Allen Iverson y que Vince Carter no pudo devolver, los 76ers llegaban a la final, en que se encontrarían con los Bucks, tras remontar un 3-2 en contra ante Charlotte.
Otra vez hasta el séptimo se fue la eliminatoria del este, resuelta a favor del equipo de Pennsylvania que volvía, dieciocho años después, a la gran final. Iverson contra el mundo, simbolizado en aquellos Lakers invictos hasta el momento. A Allen le bastó el primero de los cinco partidos para romper aquel mito; Rick Fox, que había prometido no cortarse el pelo hasta que perdieran un partido, pudo dejar el turbante en casa para el segundo duelo. Aún así, nada pudo hacer Iverson, más que 30 por partido, para evitar que los Lakers consiguieran su anillo número trece. Eric Snow, que había jugado con un pie lesionado, pasó por el quirófano tras aquella final resuelta por 4-1.
O'neal ganó su segundo MVP de las finales y Jackson su anillo número ocho. El rookie del año se lo llevó Mike Miller, aunque un jugador que había llegado procedente de Europa, Marc Jackson, lo luchó toda la tempora; otra prueba de lo grande que fue aquel Draft. McGrady fue elegido el jugador más mejorado, McKie el mejor sexto hombre y Mutombo ganó su cuarto premio al mejor defensor. Larry Brown fue elegido el mejor técnico tras llevar a los 76ers a un gran récord, y un amargo final.
Tras aquel año cambié de club, sin saber aún las agradables sorpresas que nos deparaba el mes de junio en la NBA.
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4 comments:
Menos mal que los 76ers no ganaron esa serie tio. Pq aunque soy Celtic y por regla los Celtics odian a los Lakers preferia que ganaran ellos. Porque (con todo el respeto a sixers29 Xd) a mí los sixers no me gustan nada y menos AI alias "el chulo, chupabolas y fracasao".
En fin, se acerca el 2002 y la mítica final de Nets-Celtics jeje.
Por cierto yo ese año tambien empezé a jugar en un club de baloncesto "serio" hata entonces lo hacia en el colegio...
Saludos
mas o menos por aqui se empezo a aficionar este que habla mas en serio al basket, pero sin llegar a la dimension actual
Jajaja, DESTACO: el primer partido de la serie final que gano Philadelphia en LA: el mejor partido que he visto a Iverson, ESPECTACULAR.
La verdad es que Iverson hizo gala de un gran coraje, y este partido fue para enmarcar.
Así es Pierce, esta noche o mañana llegará al artículo del mejor año Celtic que he vivido...
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