Friday, June 29, 2007

La vida sigue igual

Noche de Draft y toca repasar la actuación de los míos en una de las ceremonias más memorables que se recuerdan. Yo lo seguí hasta la elección de Rudy, con lo cual ayer me vencía el sueño y no encontré tiempo para actualizar.

Vayamos por partes. La primera notícia, y a mi entender buena, es que Garnett se queda. Lejos de este mercado del Draft la marcha de The Big Ticket parece ahora una posibilidad remota, como bien remarcaban los expertos. Así pues el líder, de momento, sigue en casa.

La primera elección de los Wolves fue Corey Brewer. Se hubieran podido decantar por una promesa como Brandan Wright, un hombre que lo da todo como Joakim Noah o el chico al que le habían prometido que sería elegido: Spencer Hawes.

Al final se decantaron por el alero de Florida, un jugador sacrificado en defensa y con pintas de jugón y descarado. Me gusta Brewer, pero me sabe mal el no haber ido a por un pívot para mejorar el débil juego interior del equipo.

Más que nada porqué es lo que más falta hace en este equipo. Todo el mundo sabe que Chris Richard, nuestra elección en segunda ronda, no te soluciona más de lo que puede hacerlo el amigo Madsen.

Visto el Draft y lo que hay, supongo que quedará un quinteto parecido al Foye-Davis-Brewer-Garnett-Blount. Teniendo en cuenta que las mejores opciones de banquillo son Jaric, McCants, Hassell, Craig Smith y Howard, creo que es bastante evidente que hace falta un pívot.

En fin, estoy bastante decepcionado porqué no ha habido movimiento y la vida sigue igual. No creo que esto sea lo que Garnett merezca, más de lo mismo para seguir con un proyecto mediocre que terminará hundido otra vez en su conferencia.

Thursday, June 28, 2007

Sigan votando señores/as

La encuesta está a punto de llegar al final de la vida que yo le dí (unos cien votos aproximadamente). Milwaukee ha recuperado terreno y Phoenix, que parecía haberse descolgado, vuelve a pujar con fuerza en este final tan emocionante. La opción canadiense parece la más seductora, pero reculando por momentos.

Ya que estamos en el tema hay nuevas notícias al respecto. New York y Oakland se suman a la lista de candidatas para acoger el evento. Si ya le veía peros a la opción de Phoenix (sede en el 95), con más motivo veo yo inconvenientes a estas dos candidaturas. New York 98 y Oakland 00 quedan demasiado cerca como para aspirar con justicia a algo.

Descartadas estas tres en mí opinión, pienso que el tema estará finalmente entre Milwaukee y Toronto. Y como queda reflejado en la encuesta hasta el momento, Toronto sería una perfecta candidata ya que se trataría del primer evento de este tipo en ser organizado en Canadá. La franquícia lleva ya trece años en la liga así que no estaría de más que se le diera el premio de acoger el All-Star 2009.

Por otro lado, una notícia que a mí, al menos, no me hizo ni pizca de gracia. Se está meditando la posibilidad de que solo unas cuantas ciudades "elegidas" puedan acoger el All-Star. En este caso en concreto, se habla de Orlando, Miami, Las Vegas y Los Angeles como las cuatro que se repartirían el pastel de manera rotatoria.

A mí no me mola nada. Puede que comercialmente le resulte más a la liga de esta forma, pero negar deliberadamente a unas cuantas ciudades el poder acoger el evento no me parece correcto. En fin, exponed vuestras inquietudes sobre el tema...

PD: Por cierto Pierce, Boston puede que organice el del 2010 ;)

Tuesday, June 26, 2007

El dilema de Portland

Más de uno en Portland estará sudando la gota gorda. Más que una bendición, este Draft se ha convertido para ellos en una revalida, una segunda oportunidad para hacer las cosas bien.

De acuerdo que, elijan lo que elijan, siempre se les verá como se ve a día de hoy a los Rockets del 84. Si eligen a Oden nadie se atreverá a decir que la fastidiaron, aunque se convierta en un Pat Ewing de la vida. Pero Oden tiene un techo, se ve luz al final de su túnel; no parece ser el caso de Durant.

Cuando juntas en un cóctel a Tracy McGrady, Dirk Nowitzki y Kevin Garnett te sale, en el peor de los casos, un semidios. El resultado de tal experimento geneológico sería el perdedor perfecto, el mejor jugador no ganador de anillos de la historia. Claro que, con tanto talento, difícil sería que heredara también el currículum de campeonatos de los anteriormente citados.

Así pues, menudo dilema el que se presenta en Oregon. Hagan lo que hagan, no sabran hasta dentro de veinte años si la decisión tomada fue la correcta. Y por si no fuera ya complicado, el jugador que descarten reforzará el plantel del máximo rival. Todo un marrón este número 1 y toda una bendición el número 2 de los Sonics.

Por si no hubiera ya bastante, Durant realizó hace pocos días un soberbio workout para unos Blazers que, según parece, no tendran muy en cuenta el hecho que no sepa levantar bancos. Oden apareciendo en Seattle, por otro lado, no hacía más que aumentar las dudas en el enigma baloncestístico más esperado del mes de junio.

En mi opinión lo más lógico sería que los Blazers eligieran a Oden. Esto les deja con una buena pareja interior con Aldridge y llevará a la salida de Randolph por un alero y, quizás, un base de calidad. Oden, Aldridge, Roy, Sergio, Outlaw, Webster...mucha carne en el asador para los próximos años.

Por otro lado, la elección de Durant no da pie a apaños. Te queda el tema quinteto resuelto y sin conflictos. Aunque descartar los conflictos con Randolph de por medio suena a chiste, así que lo más probable es que elijan a Oden y se decanten por echar por la puerta pequeña el último vestigio de los Jail Blazers.

Hablando ya de los Sonics, un pívot les pega que ni pintado en su quinteto. Oden, Wilcox, Lewis, Allen y Ridnour se perfila como un quinteto aspirante a todo pero muy improbable, dada la preferencia de Rashard por huir de la ciudad de la lluvia. Así que, como en el caso Blazer, la llegada de Durant tampoco les viene nada mal para cubrir la más que segura baja de Lewis.

Y ahora la pregunta del millón: ¿se atreverán Blazers y Sonics a realizar el trade que se viene hablando desde hace tanto? Lewis y Ridnour por Randolph y Jack para quedarse, en el caso más probable, con Oden-Aldridge-Lewis-Roy-Ridnour por un lado y Wilcox-Randolph-Durant-Allen-Jack por otro. Sería una opción viable, aunque quizás los Blazers busquen una ronda en el traspaso de Randolph que les permita juntar los inseparables Michael Conley Jr y Gregory Oden.

Lo que está claro es que ambos equipos saldran como aspirantes a todo en los próximos años de este Draft, suponiendo que Jianlian no sea el Sam Bowie de turno que sirva en bandeja de plata a los Hawks uno de los próximos dominadores de la liga...Sé de más de un sónico que se decantaría por el harakiri de ocurrir esto.

Monday, June 25, 2007

Lemmeis III

El renacimiento de la fiebre amarilla

Mientras algunos de los mejores jugadores de la liga cruzaban la frontera para disputar los juegos olímpicos de Toronto, Lemmeis descansaba en la nueva casa que había comprado para sus padres a las afueras de Pittsburgh. Se pasó el verano alternando el gimnasio, la piscina (llevando a cabo el plan de rehabilitación) y la demo del NBA Live 29 que EA le había enviado al haber sido el jugador elegido para salir en la portada.

Mientras parte de la atención se centraba en el equipo Americano, el mayor foco de cobertura iba dedicado hacia el duelo que una lesión había evitado el año anterior. Y es que en boca de todos estaba la posibilidad que la 2028-2029 fuera el primero de los duelos que librarían Wilton y Lemmeis, dos de los mejores jugadores del milenio.

Los Wizards venían de hacer el mejor baloncesto que se recordaba y de ganar la final de la NBA ante los Condors. Wilton se encontraba en el mejor momento de su carrera y la plantilla contaba con otros puntales para repetir el triunfo. Los Lakers, por su parte, respondían al perfil de equipo centrado en un solo jugador, demasiado solo para lograr nada.

Pero Lemmeis había exigido que el equipo se reforzara y los Lakers, atemorizados ante la perspectiva que el jugador cambiase de aires un año más tarde, cumplieron con lo debido. Así llegaban a Los Angeles dos All-Star de la talla del pívot Timothy Bass y el base Dawson Reid. Junto a ellos, el prometedor rookie Antoine Deberick reforzaría una plantilla que ya empezaba a dar miedo y perfilarse como la gran favorita en el oeste.

Sato era el único que abandonaba el equipo, con lo cual quedaba un quinteto para aspirar a todo formado por Bass, Hoobson, Donaldson, Lemmeis y Reid. Crapotka, Lister, Deberick, Sweet y McCain eran buenas opciones para la rotanción y nombres como Warren, Finley y Jones perdían enteros en la plantilla.

Marcus creía que había llegado su momento. Magic Johnson había sido campeón y MVP de la final en su primer año; Willie Barson en su segundo. Wilt Chamberlain y Wes Unseld habían sido MVP's en su primer año y Bob Pettit, Abdul-Jabbar y Barson en su segundo. Demasiados trenes de la historia habían pasado ya por delante, y no quería que pasase lo mismo con el tercero.

La relación de amor y odio entre la prensa y el jugador se seguía acentuando. Era frío en el trato, breve en la respuesta, no se le conocía relación amorosa alguna...Toda su vida giraba alrededor del baloncesto. Ganar, superarse y volver a ganar. Y lo que para él era un reto, para otros parecía ser una provocación.

Lemmeis prefería librar sus batallas en la cancha. No le importaba lo que se dijera de él, no le importaba que media liga odiara verle triunfar en los Lakers. Lo que realmente tenía sentido era intentar ganar el anillo y que sus compañeros confiaban en él y se burlaban de todo lo que salía en la prensa, principalmente de New York y Washington.
Llegó el mes de septiembre y New York, Boston, Dallas, Seattle y San Antonio parecían ser los actores secundarios de la película que protagonizaban Lakers y Wizards. Ni siquiera los Condors, últimos finalistas, recibían de la prensa el beneficio de la duda tras la humillación sufrida en la final.

El escolta angelino iba a por todas. Su tobillo estaba perfectamente recuperado y su sed de baloncesto era más intensa que nunca. A punto de cumplir los 22 años parecía no existir faceta en la que no fuera el mejor jugador de la liga. Era sencillamente imparable, tenía una muy buena plantilla a su lado y, sobretodo, ganas de demostrar quién mandaría en la NBA de los próximos años.

Los Bucks serían los primeros en sufrirle. Fortson no pudo hacer nada para contener al incansable Marcus, que se fue a los 52 puntos en 33 minutos de juego. Sin bajar de los cuarenta por noche, llevaría a los Lakers a una impresionante racha de 13 victorias en 15 partidos.

Siguió hinchando la cuenta de su equipo, que llegó prácticamente invicto a Washington; el primer test serio. Lemmeis solucionó en tres cuartos el compromiso, llegando a unos 58 puntos que engordaría hasta los 70 con los que terminó el partido. El vigente campeón estaba tocado, y los Lakers habían dado el golpe sobre la mesa.

Solo los Sonics podían seguir el ritmo que imponían los Lakers. Phoenix, Dallas, San Antonio o Oklahoma City estaban a años luz de los angelinos, que lejos de ser Lemmeis y once más tenían claro el camino que llevaba al éxito: aportación, trabajo y, cuando sea necesario, balones al líder.
Anotando 36 puntos por noche, cogiendo 7 rebotes y repartiendo 8 asistencias. La estadística no podía ser más brutal, reflejo del absoluto dominio que ejercia el escolta de 2'05. Aunque la de un chico malo, su imagen ya vendía. Reebok y Adidas aprovechaban el filón de sus dos buques insignia para juntar a Wilton y Lemmeis en un cartel que rezaba "¿heroes o villanos?". La confusión venía ya que la prensa metía palos a ambos y no lograba decidirse.

Lemmeis llegó al All-Star de Oakland como el jugador más votado por el público. Devolvería al entregado público californiano el calor recibido en uno de los sábados del fin de semana más locos de la historia, en el cuál Lemmeis presentó su recién estrenada línea exclusiva de zapatos (Lemi One). Además, logró convertirse en el primer jugador en ganar el concurso de triples y de mates en un mismo evento.

Pero aquello no sería todo. En una conferencia oeste que juntó a los tres mágnificos de los Lakers (Lemmeis, Bass y Reid), Marcus se convertiría en el líder y ganaría el trofeo de MVP del partido. Así pues, Lemmeis se confirmaba como el hombre de moda y, con tan solo 22 años, el más claro referente para el futuro de la NBA.

Después de aquello todo parecio transcurrir en una nube. De la noche a la mañana, salía con una de las actrices más famosas de Hollywood (Shanny Haywood), ocupaba portadas en todo el mundo y su imagen era requerida por las más grandes empresas del país.
Pero al tiempo que subía su nivel de popularidad, el poco respeto que le tenía la prensa descendía aún más. Todos parecían tener como objetivo deslegitimar su imagen oponiendola a la de Barson, un jugador considerado modelo. Incluso auténticos "enemigos públicos" de la prensa como Wilton o Norman eran por aquel entonces más respetados que Marcus.

Ajeno a todo esto, Lemmeis acabó la temporada manteniendo sus números y con el anillo como objetivo fundamental. Aún a regañadientes, la prensa no pudo más que rendirse a su gran campaña y premiarle con el MVP, premio por el que había quedado como finalista en las dos últimas entregas.

El primer rival a batir serían los Rockets, un equipo que había llegado a la final del año 2023 y se había quedado a las puertas del anillo en más de una ocasión. Seguían liderados por el mismo hombre, un Enbil Taylor al que empezaban a pesar los años. Tommy Arison, el recién galardonado rookie del año, era la sangre fresca que requería la reconstrucción tejana.

Sin más problemas los Lakers solucionaron la eliminatoria por la vía rápida y con Lemmeis reservando fuerzas para más adelante. La suerte estuvo de su lado en la eliminatoria ante los Spurs, que con Sanders lesionado también recibirían un barrido por parte de los angelinos.

Aún imbatidos, tampoco los Sonics pudieron aguar la fiesta angelina. Krown y Acklie asistieron impotentes un día tras otro a las cuatro exhibiciones que el escolta dejaba para la historia. Lemmeis gozaba del momento que siempre había estado esperando, y cuando logró tras doce duelos imbatido alzarse con el balón que le acreditaba como el campeón del oeste sabía que pronto podría llenar su hambre de triunfo.
Un día después la prensa se empeñaba a referirse a la suerte y a afirmar, deseándolo más que no creyéndolo, que Wilton era un hueso mucho más duro de roer y que pondría las cosas en su sitio. "Al igual que Lebron en el 2007, Lemmeis sufrirá en carne propia el haber desafiado a Randy Wilton y verá como le celebra en cara su cuarto anillo"; las palabras del periodista del post no podían andar más lejos de la realidad que esperaba a aquella final.

En lo que sí acertaban los críticos de Lemmeis es que sería un baño de sangre. En lo que no acertaron fue en el resultado final, ni en prever un Marcus que se iría a 39 puntos por partido para resolver, otra vez 4-0, la última eliminatoria.

Lemmeis, que aún no había nacido cuando los Lakers ganaron su último anillo, celebró en Washington el primero de sus grandes logros. Tras tres años en la liga, había ganado todo premio que un jugador podía ganar en una temporada a nivel individual y había logrado superar los Play-Offs sin ninguna derrota en su casillero.

Empezaba una nueva era, una era en que el número 1 de los Lakers sería el que más diera que hablar...

Saturday, June 23, 2007

Para gustos los colores

Empieza uno de mis momentos, quizás a la misma altura que el All-Star, el mercado de traspasos y el Draft, favoritos de la NBA. Como se da a cuentagotas, con pocas novedades año tras año, es uno de los que más aprecio.

¡Y hoy los que se me cambian de pijama son los Hawks! Rompen tras mucho tiempo con la tradición del rojo y el amarillo, una combinación única en la liga a día de hoy y que nadie llevará el año que viene.

Se llevaba rumoreando desde hace tiempo que el cambio era gordo. Os informé en su día de que se hablaba de un azul celeste a lo nugget y de un rojo claro como el que tenían actualmente. Algunos escépticos soñaban con volver al azul y el verde de la época Maravich, aunque en un tono parecido al de los Canucks de la NHL (lo volveran a llevar el año que viene) y el que deberían llevar los Wolves.

Y es que es otro tema del que ya hablaré en su momento, pero el verde y azul de los primeros Wolves me parece la mejor combinación de colores posible en la liga. ¡Sin más!

Pero los Hawks han optado finalmente por un azul oscuro y un rojo. La verdad es que el resultado, al menos a mí, me mola, pero les convierte en uno más. Y es que si una combinación cansa en América y la NBA es la del balón tricolor de la ABA o la bandera de las barras y estrellas.

En lo que a mi opinión del uniforme se refiere, la verdad es que me gusta. Muy moderno y acorde con el cambio que ha hecho en los últimos tiempos esta franquícia, que debe empezar a recoger los frutos sembrados a lo largo de años.

Aunque también me reservo un par de críticas. Por un lado, es uno de los uniformes de la liga que calificaría de poco adultos. Como el nuevo logo secundario, más parecido a un ave poseída que a un logo serio como era el de finales de los ochenta.

Y es que mi segunda crítica va referida a esto. Hay equipos clásicos como Celtics, Bulls, Pistons, Lakers, Knicks, Blazers, Spurs y Sonics que parecen haberse dado cuenta del que es su uniforme emblemático, el que deben llevar sin discusión y que es seña de identidad, ánima al fin y al cabo, del equipo.

Los Hawks son un equipo clásico perdido por la moda y cuya obsesión por modernizar la imagen hace que lo veamos como un equipo poco serio. Es solo mi opinión, pero los Hawks han caído en la misma trampa que otros clásicos como Warriors, 76ers o Wizards, equipos que tienen uniformes carismáticos en su historia (época Nique en el caso Hawk, época The City en el caso Warrior, época Erving en el caso Sixer y época Unseld en el caso Bullet) y que se empeñan en huir de ellos.

Para mí, esto daña la imagen histórica del equipo y, en el tema uniformil, les pone detrás de los equipos anteriormente citados. Pero es solo mi opinión, y repito otra vez que me gusta el nuevo uniforme.

Sobre el logo no preocuparse, es el secundario ya que, como veréis, el oficial se mantiene intacto.

En fin, brindemos en memoria de la última combinación rojo-amarillo que la liga ha visto. Una combinación que de no recuperar los Hawks solo veo posible en Cleveland, Houston o Miami, por historia y tradición. Brindemos también por la combinación de azul y rojo, colores que llevan todos aparte de Celtics, Lakers, Timberwolves, Hornets, Suns, Kings, Spurs y Sonics.

Os dejo, no sin antes dejaros con los últimos chismes que salen alrededor de mi pasión uniformil:

- Puede que los Clippers (aunque posibilidad remota), los Heat (un rojo más oscuro), los Wolves (no se dice pero ojalá me alegren con la combinación verde-azul), los 76ers (en su uniforme como local, asemejandolo al rojo en cuanto a diseño), los Blazers (se habla de que han pedido permiso para cambiar los uniformes)...

- Los equipos que pueden incorporar terceros uniformes son los Pacers (uno de amarillo), los Knicks (uno de naranja) y los Spurs (uno de gris).

- La manía de Stern con los uniformes negros (hay demasiados dice), hace que Rockets, Magic y Raptors hayan de buscar alternativas a unos terceros uniformes que llevan tiempo diseñados y que, por cierto, estoy seguro que son espectaculares.

En fin, aquí os dejo.

¡Que nuestros deseos uniformiles se hagan realidad!

Wednesday, June 20, 2007

Uno Contra Uno

Malone-Barkley, Robinson-Olajuwon, Jordan-Todos...La NBA siempre se ha servido del debate, la comparación constante. Por algunos seran válidos unos argumentos, mientras que otros se decantaran por razonamientos diferentes.

Lo que está claro es que el debate siempe está presente y en ocasiones se eterniza. Algunos habréis vivido la época del famoso Magic-Bird o los más contemporáneos Payton-Kidd o Hill-Hardaway.

A mi me han alcanzado de lleno los de la Generación+ en adelante, y en todos ellos tomé mi decisión sin pensarlo; sale de una forma muy natural.

Así pues en el eterno debate Kobe o Iverson yo siempre he sido de Kobe, mi ídolo desde un All-Star de New York en el que osó desafiar al más grande con 19 años. Iverson no me gustaba hasta el año 2005, en que volvió por la puerta grande a los Play-Offs siendo el máximo anotador y el quinto mejor pasador. Pero entre los dos me quedo, claramente además, con Kobe.

Otro que será de los más recordados de esta era será el Duncan o Garnett, un duelo que de tenerse en cuenta solo los números ganaría Big Ticket por goleada. Pero uno tiene cuatro anillos y el otro, a pesar de tener una plantilla preparada para ello solo una temporada, no ha llegado siquiera a una final de la NBA. Así pues, en este caso yo voy del lado de Kevin pero está claro quién es el más valioso de los dos.

Finalmente, y para no extenderme, está el curioso duelo de primos. Seguramente este no tendrá mucha historia, perdedores como han demostrado ser ambos. Yo me quedo con Carter por el concurso de mates del año 2000 aunque la carrera de los dos me deja bastante frío. Quizás lo mejor de Vince sea aquel duelo con Iverson en 2001 y no lo recuerdo demasiado. Por parte de McGrady, creo que solo doce segundos merecen ser recordados; esto y el haber chuleado a unos Pistons que le remontarían un 3-1.

Estos creo que han sido los duelos que han marcado época, por mucho que ahora salga el debate Nash-Kidd. Otro que marcará época es el Wade-James, quizás mucho más que ninguno de los anteriores, pero a día de hoy está muy verde y con poco enfrentamiento directo como para valorarlo.

Este creo que será uno de los duelos que marcaran época, quizás el que más. Lástima que compartan conferencia y no se encuentren hasta la gran final. Entre Yao, Howard y Stoudemire también puede salir una bonita rivalidad, Nash y Nowitzki puede que aún tengan un par de encontronazos en Play-Offs y el Oden-Durant o el Paul-Deron, más compartiendo conferencia, son otros de los que pueden pasar a la historia.

El motivo del artículo es demostrar que aunque a día de hoy nos decepcione lo que tenemos todo puede mejorar con cierta perspectiva histórica. Algunos afirmáis que lo mejor son los ochenta, otros los principios de los noventa...Yo soy algo novato así que me quedo con los de mi generación, los Bryant, Garnett y demás. A día de hoy me decepciona lo que llega.

Me entristece el ver que alguien que lleva diez años en la liga gana un anillo sin encontrarse resistencia. Pero luego echo la vista atrás y me doy cuenta de lo que les costó a Jordan o Olajuwon, por poner algun ejemplo, hacerse con un anillo.

Así pues, disculpas a Lebron James por si en algun momento llegué a dudar de él. No es que no sea capaz de hacerlo simplemente que, como les pasa a todos, aún no ha llegado su momento...

Tuesday, June 19, 2007

Vida después de Garnett

Parece claro que a la tercera irá la vencida, y no hay vuelta de oja. Kevin Garnett abandonará Minnesota y el aficionado local sufre por lo que puede llegar a cambio.

Y es que no estamos hablando de una reconstrucción fácil. Si se acepta un Mourning+Eric Williams como en su día hicieron los Raptors con Vince Carter, la supervivencia del lobo en una división noroeste que se alzará como la más fuerte del campeonato, dejará de ser una posibilidad para pasar a ser una utopía.

Y es que todos los equipos tienen plantilla para encarar con garantías el futuro. Los Blazers con Oden y los Sonics con Durant abandonaran el pozo y plantaran cara a Nuggets y Jazz, que de no reforzar sus plantillas pueden verse superados por las franquicias más históricas de esta división.

Así pues, si se traspasa a Garnett no se puede echar con ello a perder el futuro próximo de la plantilla. En el salvaje oeste, no podemos permitirnos este lujo. Así pues, e aquí algunos de los Trade Scenarios que han ido apareciendo en los últimos tiempos y la viabilidad e interés de completar tales operaciones:

BOSTON CELTICS: Por el rumoreado Szczerbiak, Rattliff y Pick 5 no les daba yo ni siquiera a Madsen. Para empezar a hablar nombres como Green o Jefferson deberían ponerse sobre la mesa. Como nos debemos comer el contrato de Rattliff, Szczerbiak o ambos creo que un Rattliff+Szczerbiak+Jefferson+Pick5 sería muy satisfactorio, ende con Green pero de venir Gerald deberían añadir un base tipo West o Telfair. Creo que es lo mínimo que puede ofrecer Boston pero, a la vez, puede que no esten interesados en ello...

CHICAGO BULLS: Aquí sería clave el contrato de PJ Brown y se añadirían un par de jovenes. Para los Bulls lo más interesante sería colar a Gordon y Duhon pero los Wolves deberían preferir a Deng en vez de Gordon. Un paquete Brown, Deng y Duhon+Pick 8 no lo vería yo mal para quedar con un quinteto Noah, Howard, Deng, Foye y Duhon con Brewer, por ejemplo, saliendo desde el banquillo. No es muy atractivo pero es lo que hay...

DALLAS MAVERICKS: En este caso meterían a Terry o Howard e intentarían colarnos a Dampier y Stackhouse. Por mi parte lo mejor sería robarles sus dos jóvenes (Howard y Harris) y que metieran a Dampier para adornarlo. Así pues tienes un backcourt con Harris, Foye y Howard y Juwan y Dampier completando un quinteto; sí, uno de los quintetos más flojos del oeste.

DETROIT PISTONS: No es que se hable mucho de ellos pero podría ser otra opción. Si me ofrecieran a Rasheed Wallace, Rip Hamilton y el moribundo contrato de Webber puede que picara, aunque no es una opción interesante ni para llegar a Play-Off (sería complicado en el oeste) ni para el futuro. De todas formas, supongo que es lo que debería ofrecer Detroit para hacerse con Garnett, a la vez que dudo que estuvieran dispuestos a ello.

LOS ANGELES LAKERS: Si se dice que meditan ofrecer Bynum+Odom por Jermaine esto es el mínimo que debería exigirse por Garnett. Con esto, Farmar y un contrato si es necesario para equilibrar creo que sería un trade más o menos justo, y podría quedar un quinteto de calidad pero que no aspiraría a meterse en Play-Offs. Aunque para los Lakers podría ser que no fuera tampoco un negocio redondo...

NEW YORK KNICKS: Si quieren una opción atractiva para ambos es difícil que la haya. Minnesota debería exigir a jovenes como Frye, Lee, Balkman y Nate Robinson, y para completarlo debería meterse de por medio un contratazo para hacer viable la operación (Francis por ejemplo). Aquí mi operación favorita sería Frye, Lee, Balkman, Francis y un Pick de Draft del año que viene o dentro de dos. Con esto puedes tener un quinteto joven y esperar a que Francis resucite. Aunque, seamos serios, te arriesgas a ser los nuevos Jail Blazers y creo que para hacer viable cualquier operación los Knicks deberían meter a Curry sobre la mesa.

PHOENIX SUNS: Se viene hablando de Amaré por Garnett y, aunque me gustaría, no puedo creermelo. No cuando el valor de mercado de Garnett ha bajado tanto y cuando los Suns saben que un Marion+Barbosa casi sería suficiente. De todos modos, ambos me parecen de lo más interesante que hay y, además, pueden reforzar las opciones de los Suns para hacerse con el ansiado anillo la próxima temporada.

Aunque podría haber hablado de la opción de Atlanta, Miami, New Jersey, Portland, Seattle o Washington, creo que estas son las más viables de darse el trade. Decir que me gustaría hincarle el diente a la de Boston en caso de llegar Green, Jefferson y algo más, y que la de Stoudemire sería de traca y nos devolvería seguro a Play-Off!

Thursday, June 14, 2007

Noche para la historia en el Q

Si por algo pudieron congratularse los Magic del 1995 o los Nets del 2002 es que, para bien o para mal, hicieron historia. Y es que en ambos casos, aparte de perder la final por 4-0, se dio otra circunstancia interesante.

En ambos casos se cerró un círculo. En el 95 los Magic sufrieron un 4-0 que sentó las bases de la caída del imperio Disney, que no se recuperaría de aquello y perdería O'neal y Hardaway en poco tiempo. Aún así, aquel barrido andaba lejos de ser la continuación de una gran historia. Los Rockets de Olajuwon se quedaron en dos anillos y no volvieron a pisar una final.

En el caso de los Nets no fue un desastre en mayúsculas. En boca de todos estaba la evidencia que, pesara a quién pesara, la final anticipada había sido la eliminatoria Lakers-Kings. Negar la evidencia era muy atrevido, como se encargaron de demostrar los Lakers al barrer al equipo de Kidd, Martin y Jefferson.
Y como en el caso de los Rockets, aquello que parecía dar indicios de que aún quedaba mucha vida en LA, fue el principio de un fin que se desataría de forma dramática dos años después ante los Pistons.

Así pues, según mi análisis aquí viene la parte buena: los Spurs seran campeones pero, si todo sale como mis elucubraciones muestran, será el último de su dinastía. Si es por 4-0 Duncan se convertirá en el único jugador en activo junto a Horry en haber coleccionado un 4-0, un 4-1, un 4-2 y un 4-3. Los Spurs cierran así su particular círculo y se quedan en cuatro anillos.

De ganar este cuarto que a día de hoy parece inevitable, echense a temblar. Los Spurs superan a Warriors y 76ers y se sitúan como el cuarto equipo más laureado de la historia de la liga, estando en ella desde 1976; no está nada mal, en este período de tiempo solo Lakers y Bulls superan su número de títulos conseguidos.

Siento que el artículo sea tan monótono y estructurado pero hablar de números no es muy emocionante, y si estos van a favor de los Spurs aún menos. Prosigamos con lo nuestro, lo cierto es que a partir de esta noche puede abrirse el debate. Y es que Duncan igualará a O'neal en número de anillos y puede que alguien se planteé quién de los dos merece ser recordado como el "dominador" de la época inmediatamente posterior a Jordan.

Los críticos con O'neal le recordaran a este sus finales del 1995 y del 2004, mientras que los que no tragan a Duncan le echaran en cara que dos han sido con Robinson y dos han sido de dudoso mérito (el de este año y el del lock-out).

Pero Duncan no será el único Spur que hará historia esta noche. Poppovich podrá congratularse de entrar a formar parte de una élite en que el difunto Auerbach, el gurú Phil y Pat Riley son quienes parten el bacalao. Cuatro anillos ya para el oportuno General Manager que echó a Bob Hill del banco y se metió él; algo descarado, quizás, teniendo en cuenta la inminencia de la llegada de Duncan a la liga, para hacer pareja con Robinson.

También Tony Parker, que desea tener mejor suerte que Manu hace dos años, puede entrar esta noche en el NBA Register. A poco que haga puede ser designado MVP de las finales, con la inmortalidad que ello conlleva. Sin duda, un honor que a priori parece irle grande al francés pero que en esta ocasión se ha ganado a pulso, aunque la lesión de Hughes ha colaborado.
¿Pero solo estos Spurs tienen oportunidad de hacer historia? ¡Desde luego que no! Finley ganará por fin su anillo de campeón como premio a haber tenido la paciencia que la edad no le dejó a Van Exel. Y mientras el tercer espada se enfunda el anillo, Nash y Dirk por separado aún no han podido lograrlo.

Y, como no, no nos olvidamos de Robert Horry. Bill Rusell (11), Sam Jones (10), Tom Heinsohn (8), KC Jones (8), Satch Sanders (8), John Havlicek (8) y Frank Ramsey (7) son los ilustres célticos con quienes compartirá cuadro de honor Robert Horry. De esta forma, deja atrás Pippen y Jordan con seis anillos y se enfunda su séptimo, siendo el único no céltico en haber logrado este histórico hito.

Y aquí acaban todas mis teorías/logros que he anotado importantes por parte de la plantilla Spur. Simplemente para concluír con San Antonio decir que se confirma mi teoría (lo que daría porqué no hubiera ocurrido) de año impar y fracaso del Dream Team USA igual a anillo Spur.

¡Y para los más optimistas una dosis de luz al final del túnel! Y es que los Cavaliers aún no han perdido el anillo pero, vamos, remontar un 3-0 en una final se antoja complicado y si el rival son los Spurs...

De todas formas, si lo logran el 2007 tendrá algo bueno que anotar en la Enciclopedia del Baloncesto. Y es que un MVP para un europeo fracasado y un anillo de los Spurs pasando una serie gracias a Stu Jackson y tras batir un récord negativo de anotación en el tercer partido no merece mucho más. O sea, o los Cavs dan un vuelco a la eliminatoria o el 2007 no dejará de ser una mera anécdota en la rica trayectoria de la liga profesional de baloncesto estadounidense.

Dejaré el ¿y sí? para otro día. De ello depende que vuelvan a ganarse mi confianza logrando como mínimo una victoria esta noche. Y es que ser eliminados por 4-1 también es triste, pero serlo por barrido y además ver el campeón alzando el Larry O'brien en tu propio campo...
O sea, que los Cavs tienen que salir a muerte para lograr la victoria. Salvar la final, por mi parte, es una hazaña de tan grande dimensión que no creo que la consigan.

Si ganan algun partido esta final habrá servido para algo, para aprender y darse cuenta que con esta plantilla no siempre ganarás el este y nunca, absolutamente nunca, ganarás al rival del oeste. Pero si les eliminan por barrido quizás los Cavs se conviertan en otros Magic y Lebron vea en los Nets o los Knicks su vía de escape para lograr el anillo...

"No nos importa que no se haya hecho nunca. Tenemos que ganar cuatro partidos" Lebron James

Wednesday, June 13, 2007

!Nash ya es un Hall of Famer!

Aunque le queden unos años para pasar a la historia en el Hall of Fame de Springfield ya ha conseguido, como mínimo, verse inmortalizado en el All-Star de Taylorwolves.

Aunque esto de inmortalizado es un decir. Y es que por mucho que seas de Vic y críado en la cantera de la Penya, si haces un quinto partido de lujo ante tu ex-equipo puedes ver como te echan de la élite. El canadiense lo tiene complicado para abandonar nuestro poste de los banderines pero no imposible.

Y es que en mi opinión él y Lebron eran los claros candidatos. El elegido no ha dado guerra ni en la encuesta, donde Iverson ha sido el segundo favorito, ni en la final, y tendrá que esperar a otra ocasión para ingresar al club de ídolos del lobo. Así mismo, y aunque sea mi base favorito por encima de Nash, está claro que Baron Davis no merece aún entrar en tan selecto club.

Mención especial para el voto que recibió Bosh y que le vino de mi parte.

Vale, Duncan y O'neal lo merecen pero no me gustan nada...

Nueva encuesta

¡Os animo a votar y opinar a partir de ahora! Como ya os avancé en su día, Phoenix, Toronto y Milwaukee son las ciudades mejor situadas para acoger el All-Star del 2009. Con el del 2008 en New Orleans, David Stern ha encargado un sondeo a Taylorwolves para tomar una decisión final.

A mi me mola Milwaukee, ya que esto permitiría añadir a mi colección de DVD's uno con bandas verdes, ya que no tengo ninguno. De todas formas, pienso que Phoenix es la más mediática y Toronto quizás tenga cierta ventaja por aquello de ser la opción canadiense.

También se dice que New York estaría interesado en el evento, cosa que le convertiría en el mejor situado. Para que la City no destaque en exceso la excluyo de la encuesta, para ver en que ciudad de las tres preferís ver a vuestras estrellas favoritas.

Tuesday, June 12, 2007

¿Un Draft mejorable?

Desde aquí quería dedicar un pequeño homenaje al año 1996 o, mejor dicho, la temporada 96-97, en la que después de probar con futbol o tenis me decanté con el basket.

Casi de inmediato empezó mi afición a la NBA y, obviamente y gracias en parte a la Warner Brothers (Space Jam) me aficioné a los Bulls. Yo no fuí el único que llegaba, pues paralelamente los últimos vestigios de los ochenta se difuminaban para dejar paso a la generación que dominaría el nuevo milenio.

Y aunque Shaquille O'neal, Chris Webber, Jason Kidd, Kevin Garnett y los malogrados Penny Hardaway y Grant Hill habían llegado hacía ya tiempo, no sería hasta el Draft del 97 (a sumarle luego a estos grandes nombres los de Duncan, McGrady y Carter) que la NBA vería la luz al final del abismo que supondría la retirada de Michael Jordan.

Un Draft, el del 96, que en mi opinión no tiene nada que envidiar al del 1984 o al del 2003. Sin duda, y no me atrevo a decantarme por ningún orden, los tres forman parte del podio, y me atrevería a decir que el del 2007 no conseguirá echar de su trono a ninguno de ellos.

Pero volviendo al caso, el del 96 fue un gran Draft, sí, pero no falto de errores como en otras ocasiones. Acto seguido, me dispongo a jugar a ser dios otra vez y determinar las elecciones que, de haber tenido una máquina del tiempo, habrían realizado los General Managers:

1- Philadelphia 76ers: Una histórica franquícia a la que le tocaba empezar de cero. ¿Qué mejor haberlo hecho que con un jugador de casa? De haber sabido la magnitud del fenómeno, a buen seguro que no habría salido de la ciudad del amor fraternal. Por cierto, no he citado al jugador en cuestión: Kobe Bryant.

2- Toronto Raptors: Si Toronto se veía en necesidad de contratar un hombre interior, yo creo que de haber conocido todo su potencial se hubiera decantado por Jermaine O'neal. De haber sido así, el del 2001 perdería el único mérito del que gozan sus dos primeras elecciones...

3- Vancouver Grizzlies: Sé que aquí debería haber otro, pero la perspectiva de contratar un base de tu propio país, cuando eres canadiense, no se da a menudo. La de críticas que se hubiera llevado la franquícia hasta que, en 2005, Steve Nash hubiera ganado el primero de sus dos MVP's.

4- Milwaukee Bucks: De ser yo el arquitecto de la liga Wisconsin hubiera podido disfrutar de la pareja anotadora Iverson-Robinson antes que Pennsylvania (que, dicho sea de paso, no la disfrutó mucho). Aunque quizás el juntar a Iverson con Robinson y Baker era un experimento de tal magnitud que mejor no conocer su resultado.

5- Minnesota Timberwolves: Aunque sea muy ventajista por mi parte creo que esta podría ser considerada la decisión más acertada, visto retrospectivamente, de este Draft. O al menos, la elección en su momento de Ray Allen por parte de la franquícia de Minneapolis va acorde a la visión que yo tengo de dicha ceremonia a día de hoy.

6- Boston Celtics: La verdad es que es una decisión difícil, pero como mánager céltico hubiera optado en este escenario por hacerme con Marcus Camby, un pívot de garantías que a base de trabajo ha demostrado su valía.

7- Los Angeles Clippers: Aún ser del corazón de la gran manzana, un equipo como los Clippers pegaría como anillo al dedo a la imagen de un base jugón como Stephon Marbury. De haberse dado esta opción, Starbury hubiera adelantado unos años la fiebre Clipper que despertó a raíz de gente como Odom, Q-Rich o Mo Taylor.

8- New Jersey Nets: Me da que el anotador compulsivo Abdur-Rahim hubiera pegado en los Nets de finales de los noventa, y se hubiera elegido en poco tiempo como el líder de la franquícia de la vecina pobre de New York City.

9- Dallas Mavericks: "Dallas eligiendo un tirador europeo que les lidere a un resurgimiento". Quizás esta historia que tan familiar nos resulta a la mayoría tuvo la oportunidad de ser contada, aunque de forma menos triunfal seguramente, años atrás con Stojakovic vistiendo de Mav gracias a este Draft.

10- Indiana Pacers: Con él a su lado quizás Miller hubiera echado en falta el balón, la verdad es que en Indiana no me pega mal Antoine Walker, siendo así un futuro sexto hombre del quinteto Smits, Davis, Rose, Miller y Jackson que comandaba Bird desde el banquillo.

11- Golden State Warriors: El tío Nelson se tiraría de los pelos si viera esto ahora pero con los Warriors de Carlesimo no se veía con malos ojos el traer poderío interior. Si salía tan bien como Sabonis ya era otra cosa, pero estaba claro que Ilgauskas no hubiera bajado de este undécimo puesto (siempre teniendo en cuenta la Time Machine).

12- Cleveland Cavaliers: ¿Se imaginan a Derek Fisher metiendo a los Cavs en una final de la NBA gracias a un triple en el último segundo? Evidentemente no se sabe si hubiera ocurrido, pero lo que sí está claro es que más favor le haría este a Lebron que el paquete de Eric Snow o David Wesley, por poner un par de los catorce ejemplos posibles.

13- Charlotte Hornets: Aunque poco o nada puedes esperar de quién traspasó a Kobe por Divac, la elección más inteligente (o menos mala) a tomar de haberse dado esta situación era elegir a Erick Dampier. Y, repito, siempre bajo mi punto de vista y desde la perspectiva histórica actual.

Y aquí está todo. Nada más que apuntar que este Draft proporcionaría otros grandes jugadores como Kerry Kittles, Lorenzen Wright, Tony Delk, Jerome Williams, Moochie Norris, Malik Rose o Shandon Anderson.

Como todos, también tiene sus defectos, y es a él a quién debemos culpar de haber dado entrada a Travis Knight (¿el nuevo qué?), Vitaly Potapenko (algunos de por aquí le han sufrido), Efthimios Rentzias, Randy Livingston (sí, el MVP de la D-League) y, por encima de todo, un paquetón en mayúsculas llamado Mark Pope!

Así pues, para concluir, uno de los Drafts más ricos en mucho tiempo y que, de haberse hecho a día de hoy como lo hago yo, hubiera sido algo parecido a lo que os muestro arriba!

PD: Kobe en Phila, la verdad es que era el guión ideal...

PD2: Los fans de Iverson perdonadme, pero me pega mejor (y a vosotros también) Nash en Vancouver que The Answer en Canadá...

Saturday, June 09, 2007

¡Los patos vuelan juntos!

Y por fin se hacen con una Stanley Cup! Así es. El equipo de la Disney, cuyo nombre se debe a la pel·lícula The Mighty Ducks (traducida brillantemente por Somos los Mejores) ha ganado su primer campeonato de la NHL. Lo ha hecho contra los Ottawa Senators en su segundo intento serio de hacerse con la copa.

Después de unos años paseando el logo infantil por la liga, el equipo californiano adoptó este verano un look más serio, retirando además parte del nombre para dejarlo en un elegante Anaheim Ducks.

La verdad es que no es el único equipo que me gusta de la NHL. Me molan los Vancouver Canucks y los Calgary Flames, supongo por haber visto sus pavellones y porqué son canadienses. También me molan los New Jersey Devils, que era el equipo con el que siempre jugaba en el NHL 2002 y los Philadelphia Flyers.
Poco más, no sigo mucho la liga pero de cuando en cuando voy mirando como van los míos. Este año ha ganado uno que a buen seguro es el más conocido por la gente de mi generación que no sigue mucho esto. Por mi parte, un hurra por Anaheim y a intentar la dinastía!

PD: Hoy tenía que celebrar algo. La victoria de la Penya y del Barça de fútbol no ha podido ser, así que mi consuelo menor es la NHL...que triste tener que mirar al otro lado del Atlántico para que el deporte me de una alegría, ¡a ver si mañana Elías nos da otra en casita!

Wednesday, June 06, 2007

Lemmeis II

Creciendo a una velocidad de vértigo

Con 21 años recién cumplidos Marcus no pensaba dedicar el verano a descansar. Después de cruzarse con los Dark Condors en segunda ronda el año anterior, había preparado junto al segundo entrenador un plan específico de trabajo para ganar músculo y llegar en plenitud de condiciones cara a la siguiente temporada.

No perdía de vista al volver del gimnasio como se desarrollaba la franquícia en el mercado de fichajes. Habían tenido suerte en el Draft, al contar con la elección de los Raptors (que correspondía a un número 5) además de la suya. Con la primera se habían hecho con un ala-pívot sólido, que sin ser un All-Star en potencia estaba hecho del todo a sus 22 años: Demetrius Hoobson. Con su número 29 seleccionaron a Sam Finley, un alero tirador y buen defensor procedente de la universidad de Missouri.

Y con ello se habían quedado, pendientes del que debía ser su movimiento estrella del verano. Y es que Shaw llevaba meses persiguiendo al que había sido su discípulo en Oklahoma. Lo venía intentando a lo largo de la temporada, con él fuera de circulación, y había seguido después de ser traspasado a los Pacers. Y es que si fichaban a Randy Wilton, el mejor pívot de la liga, los Lakers lo tendrían todo para ser campeones durante años e intentar emular a los míticos Celtics de Bill Russell.

Nada menos que los dos mejores de la liga. El actual contrato rookie de Lemmeis permitía un fichaje de tal magnitud. Evidentemente, en toda la liga los movimientos iban encarados a evitarlo. Desde Boston, San Antonio y Dallas, los pesos pesados del campeonato, se instaba a los otros equipos a ofrecer el máximo para que Wilton no recalara en los Lakers. Battier tampoco lo veía bien, aunque poco podía hacer él para evitar este posible monopolio que podía aplastar la liga sin contemplaciones.

Así era la cruda realidad. Wilton estaba a un paso de firmar con los Lakers y la liga asistía, atónita e impotente, a aquella gran tragedia. Los equipos terminaban de contratar a sus jugadores y el culebrón seguía alargándose, cada día más próximo a su fin.

Y fue entonces cuando ocurrió lo impensable, el milagro que llevaban tiempo pidiendo todos y cada uno de los otros propietarios de la liga: los Wizards igualaban la oferta de los Lakers, gracias a la renuncia de Herb Douglas al salario que había recibido hasta el momento. Todo por el anillo, pero también por el bien de la liga.

Así pues, Wilton se quedaba en casa y Lemmeis veía como se desdibujaba su sueño de ganar el anillo de inmediato. Ya no quedaban agentes libres de primer nivel disponibles, con lo cual Shaw cerró solo dos operaciones que llevaban a Los Angeles un buen escolta para dar descanso a Lemmeis como era Damon Sweet y un ala-pívot veterano proviniente de los Kings, Shamond Lister.

Con Crapotka, Hoobson, Donaldson, Lemmeis y Cameron quedaba un quinteto titular arreglado, pero ni mucho menos para aspirar a derrotar Spurs, Mavericks o Condors. En el banquillo contaban con Sato, Warren, Lister, Finley, Jones, Sweet y McCain, lo cual tampoco era un lujo visto otras plantillas. De todas formas, y para compensar la falta de mimbres, los Lakers contaban con Marcus Lemmeis.

Un jugador que empezaría a demostrar su compromiso invitando a los compañeros que residían en la ciudad a pachangas en su nueva casa de Beverly Hills. Aparte de miembros del equipo, también asistían algunos de los mejores jugadores en activo de la liga como Haykes, Voshell, Reid o Layne.

Desde su feudo la prensa seguía dibujando al escolta como un compañero frío, llegando incluso a afirmar que se había quejado en privado de los refuerzos que habían llegado. Pero de puertas adentro aquellas críticas no afectaban lo más mínimo la plantilla, que sabía perfectamente lo que se cocía y como las gastaba la prensa nacional. Y más ahora que los equipos del Times y el Post eran aspirantes a todo...

Empezó la pretemporada y la mayor parte del trabajo estaba hecha. Con la amplia mayoría de la plantilla trabajando con los asistentes desde mediados de agosto, los primeros entrenamientos del año parecían tener lugar a mediados de abril. El nivel físico y de sacrificio era tan bueno que Shaw llegó al extremo de tener que frenar el tema, para que alguno no acabara la temporada ya en el mes de enero.

No sería sin duda el caso de Marcus, que estaba hecho una bestia y lo aguantaría todo. Se había preparado a consciencia, había planificado el verano a la perfección, mejorando en facetas donde ya destacaba. El trabajo había dado sus frutos convirtiendo un tirador de rachas en un seguro de vida y un defensor del montón en un perro de presa, tarea por la cuál, evidentemente, no sería utilizado.

Si su fisico ya llegaba para ser el mejor, el añadir además las ganas de superarse y de ser mejor cada día daba como resultado un monstruo, un jugador imparable e incomparable a ninguno de segundo año en la historia de la liga.
Un morboso Celtics-Lakers abrió la temporada 2027-28. Lemmeis no pudo aguarle la fiesta de la bandera a Barson, y serían los de Boston quienes se impondrían.

Pero después de aquello vino la primera racha dorada. Nueve partidos ganados de forma consecutiva para mantenerse a la altura de unos Wizards que arrasaban. La competición avanzaba y Wizards y Lakers seguían arriba de su tabla a años luz de distancia de sus perseguidores, llegando ambos con más de 25 partidos ganados al primer tercio de competición.

En el segundo los Lakers se torcieron un poco. La lesión de un Hoobson que luchaba por ser el Rookie del Año echó por tierra la progresión imparable del conjunto angelino y les puso a tiro de Mavericks, Suns y Condors. Lemmeis seguía con su particular e insaciable lucha por el MVP, un premio que solo la mejor versión de Randy Wilton le arrebataría. Y es que Wilton lideraba la liga en puntos, rebotes y tapones. A sus 34 de media por noche solo Lemmeis podía seguirles la pista, pero con 32,5 no le bastaba para ser el máximo anotador del campeonato.

Así pues, con los Lakers perdiendo enteros y los números de Wilton manteniéndose incuestionables, parecía claro que el ya legendario pívot se haría con el premio. Pero en el 22 de enero Lemmeis se encargaría que el debate volviera a tomar forma.

22 años hacía de los 81 puntos de Kobe Bryant ante los Raptors. Desde aquel día ningún jugador de los Lakers había parecido estar tocado por una varita como el genial escolta. Lemmeis aún no había nacido cuando aquello había ocurrido pero se encargaría de dejar él también una huella en la historia en una noche tan señalada.

No fue en Los Angeles, sino en Washington, cuando Marcus dejó mella en la historia. Tras recibir un manotazo de Layne en el ojo al cuarto minuto de partido abandonaría el Eagle Complex capitalino, para no volver a cancha hasta el segundo tiempo. Con cero puntos en su casillero y su equipo veinte abajo, anotaría un total de 54 en dos cuartos y una prórroga para establecer su récord de puntos y acabar con una histórica racha de 26 partidos seguidos ganados por parte de los Wizards.

En el siguiente partido el Millenium Forum de Los Angeles esperaba expectante otra exhibición de su número uno, que no defraudó al anotar un total de 51 puntos ante los Magic. Y hasta allí llegó su momento de gloria, aunque en beneficio de un equipo que volvió al sendero de la victoria.

Y con los Lakers aún líderes en el oeste se llegó al partido de las estrellas, que se celebraba en Washington. Shaw entrenaría al combinado de su conferencia que saldría con Mills (Oklahoma City), Norman (Dallas), Sanders (San Antonio), Lemmeis (Los Angeles) y Acklie (Seattle) de inicio. En el banquillo esperarían Bass (Minnesota), Stackhouse (Phoenix), Gardner (Utah), Haykes (Golden State), Van Fyde (Oklahoma City), Taylor (Houston) y Reid (San Diego).

Por su parte el este saldría con un temible quinteto formado por Wilton (Washington), Learving (Detroit), Dewirn (Chicago), Barson (Boston) y Fox (Miami). En el banquillo esperarían hombres de la talla de Bullock (New York), Stewart (Philadelphia), Powell (Brooklyn), Benjamin (Cleveland), Fortson (Milwaukee), Davies (New York) y Jerretts (Boston).

El oeste empezó dominando el partido gracias al juego que creaba Marcus Lemmeis, que junto a Norman y Haykes lideró la conferencia en todo momento. Pero Wilton y Barson aparecieron cuando más lo necesitaba el este, y sobretodo el último fue decisivo para decantar el choque y llevarse su primer MVP de un All-Star.

"Otro año será" pensó Lemmeis, algo muy alejado de la visión que tenía la prensa de él y que le acusaron de haber preferido perder el partido antes que renunciar al premio de mejor jugador. Pero, como siempre, se mantuvo ajeno a las críticas por su propio bien y prefirió dedicarse a dar victorias a los suyos.

Y lo hizo, aunque los Lakers volvieron a sufrir una debacle que les haría, finalmente, perder su condición de primer clasificados en beneficio de los Mavericks.

Así pues se conformaban finalmente con el segundo puesto y con tener un duelo relativamente cómodo ante los Clippers. Con 2-0 a su favor pudieron sentenciar la eliminatoria en San Diego y esperar cómodamente al siguiente cruce. Reid le deseó suerte de cara a lo que quedaba tras finalizar el definitivo encuentro. Marcus le invitó a fichar por los Lakers en verano, sabiendo que el base finalizaba contrato y no quería seguir en los Clippers.
En todo el país los medios seguían dando como favoritos a los Mavericks, pero teniendo el máximo respeto por los Lakers y Lemmeis, que se lo habían ganado. Unos por una gran temporada y haber barrido a los Clippers y el otro, gran causante de lo primero, por haber firmado unos números de escándalo y haber vuelto a ser el segundo en la votación para el MVP. De cara a la siguiente ronda esperaban los peligrosos Suns de Steve Nash, que aún teniendo a Stackhouse y Newble en horas bajas no podían descartarse como candidatos.

Pero Lemmeis, ajeno a todos los comentarios de expertos respecto las dificultades que presentaría el equipo de Arizona, se dedicó a anotar e involucrar a sus compañeros para no tener que jugar más de cinco partidos. Y como todo el mundo, se verían sorprendidos por el huracan Condor que acababa con los Mavericks en siete partidos y volvía un año más a la final del oeste.

Ahora todo el mundo, al que les daba más rabia el equipo de Oklahoma que el mismo Lemmeis, daba como favoritos a los Lakers. A los Condors ya les iba bien jugar sin presión, y así fue como ganaron el segundo partido jugado en California. Con esto y la permisividad arbitral hacia Briones, que terminó el segundo partido con solo dos faltas a pesar de haber defendido a Marcus durante todo el partido.

Los Condors se pusieron 3-1 arriba en casa, tras volver a parar a Lemmeis en dos choques consecutivos. El fenomeno logró estallar en el quinto con unos históricos 49 puntos y siguió en estado de gracia en el sexto, con 53 puntos tras dos prórrogas. El equipo volvía a su feudo, pero su jugador estrella estaba exausto.

Con un físico privilegiado para jugar a baloncesto, parecía imposible que aquello ocurriera. Pero Marcus no podía más, la exigencia de la eliminatoria unida a su lesión en el tobillo habían acabado con él.
El del séptimo encuentro fue una sombra de su rendimiento habitual en un partido de infarto. Los Condors cambiaron su táctica y dejaron que él hiciera de las suyas y se cansara mientras los otros apenas entraban en juego. Lograron llegar tan solo cuatro puntos abajo al último cuarto y lograron un parcial de 35-17 gracias, en parte, al 2/11 que firmó Marcus en tiros.

Fieles al espíritu que les había caracterizado desde la renuncia de Wilton, los Condors llegaban a su segunda final y la jugarían precisamente ante quién tanto odiaban. Lemmeis, por su parte, pasaba por quírofano el mismo día que empezaba la definitiva serie que decidiría a favor de Washington como campeón de la NBA.

Realmente lo de la lesión había sido una verdadera lástima. A saber si de haber seguido con fuerzas hubiera podido ganar el anillo. Lo que estaba claro, es que viviría otro verano a la sombra de Randy Wilton y, además, se perdería los Juegos Olímpicos de Toronto con la selección.

Sunday, June 03, 2007

Mi visión del fenómeno

Para que no se me tilde de oportunista pasaré antes por el confesionario. Hasta lo logrado en los últimos tiempos era más pro-Wade que Lebron, y aunque esto aún no ha cambiado si que lo ha hecho la visión que yo tengo de Lebron James.

Qué tampoco se malinterprete. Ni tanto ni tan poco, a mi el jugador ya me gustaba, pero no acababa de ver en él a un nuevo Jordan. Y quizás esto sean palabras mayores pero como realmente no le concebía era como el ganador que ha demostrado ser.

Y es que la imagen del crítico Lebroniano es el ver al chico de 22 años, no olvidemos, como un jugador egoísta, más preocupado por premios individuales y su propia imagen que en el colectivo. El más ascéptico ve a James como algo no muy alejado de ser creación de la Nike misma en su empresa de Portland o en cualquier país asiático.

Luego está la imagen del típico pro-Fiba de turno que te cantará las maravillas de Papaloukas y acabará soltando que Lebron en la selección española no tendría sitio; este energúmeno no merece ni ser mencionado.Luego está el que hasta ahora dudaba, o aún duda. Yo ya no formo parte de este grupo que a día de hoy es mayoría. Y es que, lógicamente, si que ven a Lebron como una mega estrella pero no a favor del colectivo o para aspirar a ganar algo. Para decirlo de un modo llano pero doloroso para mí, más cerca de un Kevin Garnett o un Tracy McGrady que de un Tim Duncan de turno.

Yo formaba parte de este colectiva arriba mencionado, pero ya en pleno enero me asaltaron las dudas. El cambio entre el Lebron de la temporada pasada y esta me había dejado totalmente desconcertado: la menor anotación, el ganar partidos sin hacer mucho ruido, el aparente poco interés en un premio (MVP) que tiene capacidad de ganar con la gorra...

Así lo exponía en el siguiente artículo: http://taylorwolves.blogspot.com/2007/01/el-gran-plan-de-lebron.html

Básicamente decía que la temporada de Cleveland dejaba frío. Que la de Lebron particularmente también. Que parecía no tener interés en el MVP. En resumen, lo que hacen los Spurs cada año pero con Lebron en vez de Duncan y con Cleveland imitando a San Antonio.

"Incluso su estrella, venido al mundo para destacar, ha cumplido en esta premisa de no hacer mucho ruido."

Esta frase creo que es el resumen perfecto de lo que dije. Así pues, me asaltaban las dudas. La edad del chico me hacía no creer demasiado en mi teoría y pensar quizás que Lebron no daba la talla. Una afirmación de la que no lograba convencerme, buscando noche tras noche en los Box Scores un signo de la grandeza a la que nos acostumbra Kobe Bryant o el Jordan de 22 años.

Pero Lebron, visto desde la actual perspectiva, se halla por encima de ellos, y con una plantilla floja y sin hacer mucho ruido se ha plantado en la final de la NBA.

Los habrá que seguiran en sus trece con lo de "los Heat les habrían ganado", "si se encuentran a Chicago se los comen" y "los Pistons han llegado cansados". Lo mismo que se dijo de Wade y los Heat el año pasado, aunque ganen, se dirá de los Cavaliers.

Por mi parte me uno al club de los que llevan tiempo loando al jugador creyendo que, efectivamente, había un elegido. El mesías ha llegado, y tanto o más que su quinto partido allí está el sexto para demostrarlo.
Y es que ¿quién concebía la victoria de otro modo? ¿Alguien pensaba que Cleveland ganaría el sexto de la forma que lo hizo? Allí Lebron demostró ser muy inteligente.

Viniendo como venía de tener una noche para la historia había dos caminos. El primero, destacar solo él, podía llevar a la final pero, una vez allí, con la premisa de ver un Lebron contra los Spurs y así es imposible ganarles. El otro partía de involucrar a sus compañeros, sorprendía a unos Pistons no preparados para ello y llevaba a una final con opciones, pues todo el mundo se cree importante y con ilusión de lograrlo.

Así pues, Lebron lleva toda la temporada dando muestras de su madurez y algunos aún dudan. La ha vuelto a demostrar en unos Play-Offs que, aún ser flojos, no son los más sencillos de la historia en el este. Basta recordar las dos finales de los Nets para darse cuenta de ello.

No seré yo quién apueste en contra del nuevo reinado de The Choosen One. Apuesto por ello, 4-1 o 4-2 en la final y anillo para los Cavaliers.

¿Por qué? Pues porqué creo que Lebron ganó ya medio anillo en el sexto partido y que la justícia deportiva se encargará de que los Spurs no ganen el anillo.

Lebron ha hecho bueno el lema de la web de los Cavaliers: uno para todos y todos para uno!

Friday, June 01, 2007

Lemmeis I

Llega el primero de la clase

Su nombre fue el segundo en ser nombrado por Shane Battier en la cerimonia del Draft que tenía lugar en el mítico Madison. Al aplaudir su nombramiento los cientos de Knickerbockers que asistían al evento que llevaba al número uno, Jamal Bullock, a su feudo, lo hacían con la inseguridad de saber que con aquella decisión podían haber dejado escapar algo histórico.

Pero el del 2026 era un Draft especial. Como los Rockets del 1984 o los Blazers del 2007 nada más podía hacerse. Había un pívot dominante llamado Jamal Bullock en aquella ocasión y, tal como había pasado en los anteriores casos, no podía tomarse otra decisión que aquella. Así pues, los Knicks se hacían con el mejor pívot que había llegado a la liga en mucho tiempo a cambio de renunciar al que decían era el mejor proyecto de alero desde Gerald Daniels, Enbil Taylor o Charlie Dewirn; incluso mejor que todos ellos.

Marcus Lemmeis era especial. Después de ganarlo todo durante tres años seguidos a nivel de instituto en su Pittsburgh natal, había decidido emigrar al norte para jugar sus años de instituto. Elegiría la mítica Michigan State, universidad en que había triunfado el legendario Magic Johnson y que no ganaba ningún título nacional desde que Mateen Cleaves lo lograra a principios de siglo.

Una vez más, Lemmeis superaría el reto que se le ponía delante y derrotaría en dos ocasiones consecutivas al que venía de ser campeón nacional en el año 2024. Jamal Bullock había optado por cumplir el ciclo de cuatro años en la universidad, y ya en su segundo había llevado a Arizona al título. Pero un año después Lemmeis le privaría del segundo consecutivo en una dramática final y el siguiente año, otra vez, sería Marcus Lemmeis quién le privaría del sueño en una antológica semifinal, para vencer luego a Kansas en la gran final y lograr el segundo título.
Para Bullock había acabado el ciclo y para Lemmeis también. Al igual que para Andy Lyndon, un base al que se le había puesto la etiqueta de tener un gran futuro por delante y que había decidido dejar la universidad justo un año después de ingresar en ella. Sería el número cuatro del Draft, por detrás de los indiscutibles número uno del país a nivel universitario y de Brawl, un excelso tirador elegido por los Nuggets. Washington sería el destino de Lyndon.

Así pues, el que estaba llamado a ser el mejor de una promoción que pronto dominaría la liga, llegaba a la segunda franquícia con más historia del campeonato. Los Celtics venían de ampliar a cuatro la diferencia de títulos respecto a los Lakers, liderados por un soberbio Willie Barson que así confirmaba su inscripción con letras de oro en la historia de la liga.

Pero en Los Angeles hacía falta algo más aparte de Lemmeis. Conscientes de ello, traspasaron al último All-Star, Jimbo Holmes, a los Nets a cambio del poderoso pívot georgiano Vilne Crapotka, de un alero alto como Halley Donaldson y de un base sobrio aunque poco anotador, Luke Cameron.

Crapotka, Warren, Donaldson, Lemmeis y Cameron formaban un quinteto que sin duda debía aspirar a entrar en los Play-Offs. Desde un banquillo corto tendrían importancia el pívot Sato, el versátil alero Brad Jones y un base rookie elegido en segunda ronda: Darrick McCain. Estos mejorados Lakers serían entrenados por Brian Shaw, que había sido campeón con O'neal y Bryant en el three-peat y que venía de ser el General Manager que había traído a los Oklahoma City Condors a su campeonato del año 2025, con Randy Wilton como líder.

Shaw sería, además del encargado de dirigir a Lemmeis desde el banco, el elegido por el propietario para ser el General Manager de aquellos Lakers que, si bien aún no podían ser considerados candidatos a todo, estaba claro que con Marcus daban un salto de calidad importante.

Un Lemmeis que renunciaría a la convocatoria de la selección para el mundial de Nueva Zelanda. Quería dedicar el verano, a recomendación de su nuevo técnico, a mejorar facetas como el tiro y la defensa para estar preparado en noviembre para afrontar el duro calendario de noventa partidos y, sobretodo, por no decepcionar a todos los que esperaban que ya de buen principio se convirtiera en uno de los mejores jugadores de la liga.

Llegó el día de la prensa y Lemmeis por fin se enfundó la elástica amarilla. Había renunciado a su número 20 de siempre por respeto a su técnico, que lo llevó a lo largo de su periplo Laker, y se había decidido finalmente por llevar el número 1. Algo que en New York se tomaron como una provocación, alimentando así aquel duelo que parecía haber de buen principio ya entre Bullock y Lemmeis.

En pretemporada Marcus Rodney Lemmeis dejó ya claro cuanto de alto era su techo. 25 puntos de media y siete victorias en ocho partidos. A punto de cumplir los 20 años, había dejado claro a todo el mundo quién mandaba ahora en el único equipo angelino.

Pero aquello no fue más que una previa a lo que vendría después. Su espectacular debut despejó dudas a los pocos escépticos que aún dudaban de él. 32 puntos, 8 rebotes y 11 asistencias trabajados desde aquel perfecto físico de 2'05 que, aunque semejante al de algunos otros escoltas que poblaban la liga, les dejaba a años luz en aspectos de coordinación, velocidad y capacidad física, aún estar tan delgado.
La descripción que haría de él una leyenda como Tim Duncan no dejaba lugar a dudas: era el talento de Kobe Bryant combinado con la altura de Lebron James y el delgado físico del Jordan de los primeros años. La liga asistía a un episodio sin precedentes aún haber cruzado años atrás gente como Randy Wilton o Willie Barson la barrera de lo imposible. Pero, sin duda, Marcus Lemmeis parecía destinado a superar todo aquello.

Con todos los compañeros jugando para él rápidamente se erigieron como líderes de la división pacífico. La verdadera lucha volvía a estar en el medio oeste, con Condors, Mavericks y Spurs disputando a muerte cada uno de sus duelos para seguir arriba. También Blazers, Sonics y Grizzlies oponían resistencia pero, por lo visto hasta el momento, sus aspiraciones no estaban tan arriba.

Lemmeis era la diferencia. Con 28 puntos de media superaba la que Randy Wilton había establecido como rookie seis años atrás. Tenía a tiro, además, superar los logros de Willie Barson, que había conseguido ser MVP y campeón de la NBA con los Celtics en su segundo año; Lemmeis podía hacerlo en el primero aunque de hacerlo lo haría con la misma edad que lo logró el mítico escolta céltico.

Aun firmar grandes estadísticas, siempre cercanas al triple doble, y haber devuelto la ilusión en Los Angeles, Lemmeis no terminaba de cuajar. Donde había un jugador callado la gente veía un mal compañero. Dónde había un líder la gente veía un jugador egocéntrico. Trasladaban su timidez en un terreno que no le correspondía, en contraposición con la simpatía de Barson o la chulería bien entendida de Wilton. Lemmeis no podía hacer nada, solo jugar a baloncesto y esperar que la gente empezara a verle de otra forma.

Los sentimientos contradictorios que transmitía no le alejaron, sin embargo, de ser elegido para el partido de las estrellas que se disputaría en Portland. Junto a él, formando en el quinteto, estaría un Randy Wilton que aún no había jugado ningún partido con su equipo. La mala relación con el propietario tenía la culpa de la rebeldía del mejor pívot del siglo.
Junto a Wilton y Lemmeis formarían en el quinteto Norman (Dallas), que venía de ser MVP de la temporada anterior y perder la final ante los Celtics, Sanders (San Antonio) y Reid (San Diego). En el banquillo esperarían su oportunidad Stackhouse (Phoenix), Voshell (Seattle), Thomas (Oklahoma City), Haykes (Golden State), Taylor (Houston), Van Fyde (Oklahoma City) y Adams (New Orleans).

Por parte del este saldrían de inicio Mills (Orlando), Learving (Detroit), Dewirn (Chicago), Fortson (Milwaukee) y Barson (Boston). Desde el banquillo jugarían, elegidos por los entrenadores, Bullock (New York), Stamp (Boston), Bickerstaff (Miami), Benjamin (Cleveland), Layne (Washington), House (Detroit) y Jerretts (Boston).

Era la primera ocasión desde el año 2021 que un rookie llegaba al partido de las estrellas. Por aquel entonces había sido Randy Wilton el que lo había logrado mientras que en Portland serían dos jugadores los agraciados: Lemmeis y Bullock.

Randy Wilton sería el MVP de un partido con gran carga simbólica para él, que pocas horas después vería cumplida su voluntad al ser traspasado a los Pacers. Lemmeis y Bullock cuajaron una gran actuación en su primer enfrentamiento en un partido de las estrellas y seguían así su curso hacia el premio al rookie del año, carrera en la que Marcus aún llevaba una ventaja considerable.

No solo eso. Lemmeis no solo era candidato al rookie del año sino que, además, lo era al premio MVP. Solo Barson, Norman y Sanders estaban a la altura de la campaña que estaba firmando el jugador de primer año en los Lakers.

Antes de llegar a los Play-Offs firmaría récords como los 55 puntos logrados ante los Bucks o las 19 asistencias que repartío ante los Jazz. Lo que en cualquier ocasión habría sido de lo mejor del año quedaría en mera anécdota en comparación a los récords que Wilton consiguió en 29 partidos con los Pacers. Cuarenta puntos y veinte rebotes de media, con récords como los 94 puntos ante los Condors por el camino. Sin duda, una confirmación por parte del pívot de 27 años de que aún no estaba acabado, para nada.

Tras tres largos años de ausencia los Lakers volvían a los Play-Offs. Lo hacían como los segundos clasificados de la conferencia y tendrían enfrente un hueso difícil de resolver.
Y es que Seattle había completado una gran recta final tras una temporada irregular. Kedrick Voshell era la estrella de aquel equipo y ningún pívot de los Lakers parecía capaz de frenar su impacto. Pero al igual que no había hombre capaz de pararle, tampoco hubo manera de frenar a un Lemmeis que se creció en postemporada. 33 puntos de media por partido para llevar a los Lakers a la victoria por 4-2 y clasificarles así para la segunda ronda. Allí esperaban los duros Condors, que venían de vapulear 4-0 a los Grizzlies.

Y con aquello no pudo el rookie. Marcus Lemmeis, el votado segundo mejor jugador de la temporada por detrás de Willie Barson, no pudo con la dureza de un rival que había cambiado muchísimo tras deshacerse de Wilton. Ahora todos los hombres eran igual de importantes, y tan básico era el que anotaba veinte puntos como el que se sacrificaba con faltas al final del partido. Con la premisa de no dejar títere con cabeza dejaron a Lemmeis en 22 puntos por noche y se clasificaron para la final del oeste en un trágico séptimo partido en Los Angeles.

Lemmeis caía derrotado pero el mundo ya conocía el heredero del trono. Finalmente, sería Willie Barson ante los Spurs quién se alzaría con el título, su segundo consecutivo y número 19 para los Celtics. Pero estos mismos que adoraban a Barson, eran conscientes que pronto este debería sucumbir al poder de Lemmeis.

Su impacto desde el primer día era indiscutible. Aquello se había vivido con casos como el de Chamberlain, Jabbar, Jordan o Wilton, pero no con tan brutal fuerza. Lemmeis había llegado con un objetivo en mente, ser el mejor, y para ello bastaba con su talento.

Aún así, en un ejercicio de modestia impropio de la caricatura que la gente tenía de él, quitó importancia a todo lo logrado alegando que con él solo no bastaría para hacer un equipo campeón. Y ya entre bastidores, le pidió a Brian Shaw que hiciera todo cuanto pudiera para llevar al mejor jugador de la liga junto a él: Randy Wilton.

PD: Link correspondiente al episodio paralelo en la carrera de Wilton: http://taylorwolves.blogspot.com/2007/01/wilton-chronicles-7.html