Hoy hablaré de los Lakers, mi equipo histórico favorito junto a los Bulls y, sobretodo, del que fue mi primer ídolo baloncestístico por aquello del relevo: Kobe Bryant.
Un grande cuya carrera ha caminado siempre entre sombras, un jugador que los anillos y premios individuales jamás llegaran a hacerle justícia y, sobretodo, la personificación de aquella repulsión hacia los Lakers que, a diferencia de lo que ocurre con la mística céltica, sienten todos aquellos que no consideran el amarillo y el púrpura como sus colores.
Como todas las grandes historias, empezó de forma singular en una mesa de restaurante japonés, se fraguó en las canchas italianas y acabó en un High School americano, Lower Marion, donde el descarado 143 del ABCD Camp de Adidas osó invitar a Brandy Norwood a su baile de fin de curso.
Con la famosa actriz y cantante y con Tyra Banks (Webber) se le relacionó antes de caer a los brazos de Vanessa Laine, su actual esposa, a la que conoció ya en la liga. Relacionado con todo esto, existe el escabroso episodio que omitiremos, no sin olvidarlo, con tres puntos suspensivos.
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El joven filete de buey llegó a la liga desde la guardería, siendo elegido en el número 13 del Draft por los Charlotte Hornets, que lo traspasaron inmediatamente a cambio de Vlade Divac. Bryant llegaba a los Lakers de Van Exel, Eddie Jones y Shaq, y de su primera temporada todos recordaran el concurso de mates que yo no presencié, y las inoportunas lesiones que le alejaron del nivel de Iverson, Marbury, Abdur-Rahim o Allen en su primer año.
Pero en el segundo explotó desde el banquillo, aún acabar recayendo a Danny Manning el premio al mejor sexto hombre, en los Lakers que más recordaban el showtime hasta la fecha. Se dio la curiosidad además, de llegar como titular al partido de las estrellas aún ser suplente en su propio equipo.
Aquel, el primer All-Star que vi, fue el partido que le confirmó como el fuera de serie que hoy todos reconocemos. Osó desafiar al más grande de todos los tiempos, disputándole hasta el final el partido, y dejando jugadas antológicas como aquel cambio por la espalda y posterior gancho delante de Mutombo, que entusiasmaron al mismísimo Magic Johnson.
Hablar de todo lo que vino después sería en vano, todos conocemos la brillante historia, con oscuridades a la par, que ha sido su asención a la cima del mejor baloncesto del mundo.
Ahora está más cerca de los treinta que de los veinte, pero con un grado de madurez y con una carrera tras de sí que muy pocos han logrado levantar en la historia de la liga. Imagenes grabadas en nuestras retinas como aquel mate por debajo las piernas, el tiro contra los Pistons, el partido ante los Raptors que ayer cumplió un año...y el MVP que pudo haber ganado, pero que sus buenas migas con el periodismo le privó.
Aún nos deja destellos de inmadurez de vez en cuando, como cuando insultó a sus compañeros el año pasado, su antigua relación con Shaq o lo vacilón que se puso con los Lakers mandando 3-1 ante los Suns. Quizás sea solo eso lo que le prive de añadir alguno más a sus tres anillos de campeón NBA.
Este año, una vez más, Kobe librará su guerra contra el mundo para llegar a la cima que su carácter y su aura le han privado en otras ocasiones. Un dios que busca entrar por la puerta grande en el olimpo, y sentarse en la misma mesa que los Russell, Chamberlain, Abdul-Jabbar, Bird, Johnson y Jordan, como lo que es y su palmarés no muestra: uno de los mejores jugadores en la historia de este deporte
Si con anillos o MVP's no llega a alcanzarlos, puede aspirar a hacerlo en anotación, pues aún le quedan muchos años para superar la barrera de los 30.000 puntos, y llegar a los niveles de Malone o Abdul-Jabbar.
"Naturalmente que Bryant quiere volver a ganar un anillo. Su más orgásmica fantasía pasa además por hacerlo sobre O'Neal. Pero a medida que transcurran los años y no lo consiga, no les quepa la menor duda de cuál será su venal objetivo: retirarse como el máximo anotador en la historia de la NBA. Así, ni su pasión habrá resultado inútil ni él mismo encontrará mejor modo de liberarse de la segunda kobeopatía, pues las futuras generaciones sólo sabrán de su enorme proeza. Pero no le habrán conocido ni, quédense con esto, disfrutado. Y créanme: lo conseguirá. "
Cito esto último de un artículo de Gonzalo Vázquez, cuyo blog está en los favoritos del mío y es altamente recomendable, para plasmar su opinión final al respecto del personaje más controvertido, quizás, de la historia de la NBA.
Aún así, yo no doy por muertas sus esperanzas de llegar a conseguir el anillo. A ver donde puede llevar los Lakers, de la mano del segundo mejor entrenador en la historia de la liga. Puede que aún no sea el momento pero, en mi opinión, dentro de uno o dos años los Lakers seran unos claros favoritos al título y, evidentemente, el número 24 jugará un papel muy importante en ello.
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4 comments:
primero decir que es un gran articulo de uno de mis jugadores menos querido y de mi equipo menos me gusta de la liga. Esperemos que no vuelva el kobe time, y que los lakers no reinen en mucho tiempo, jejejeje
Yo soy un fan de Phil Jackson, pero la magia para Gandalf! Con ese equipo, como no fiche a alguien importante por dentro, tendrás que esperar bastante, colega!
Nadie discute la calidad de Kobe "Noesporchulear" Bryant, pero si fuera más inteligente se hubiera hinchado de ganar anillos!
Saludos
Un gran post wolf. Y un merecido homenaje a uno de los más grandes. Para mí el jugador más trascendente de la actualidad. Me gusta definirle con la palabra trascendente porque su significado se ajusta perfectamente a lo que representa Kobe "muy importante por sus posibles consecuencias". aunque tambien, inspirandome un poco en Mosdef le apodaría Kobe "soychuloporquepuedo" Bryant.
Genial blog wolf !!
Para mi Kobe es el mejor jugador de la actualidad, lo que pasa es que es tan bueno que te puede caer mal (a mi me pasa con Iverson). Sin duda la mano del 'Maestro Zen' es fundamental para la trayectoria actual de los de LA.
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