Friday, May 02, 2008

Lemmeis VII

A llenar una mano de anillos

Había ganado su cuarto anillo consecutivo, convirtiéndose a los 25 años en el segundo jugador de la historia que lo lograba como estrella de su equipo. Los ocho campeonatos seguidos de los Celtics aún estaban lejos, pero si había alguien capaz de arrebatarles el hito este era Marcus Lemmeis.

Immediatamente después de ganar el choque definitivo en el Garden se olvidó de los festejos en Los Angeles y voló dirección a Pittsburgh. Estaba harto de la liga, con los que le adoraban lamiéndole el culo allí donde iba y los que le odiaban sin dejarle respirar tranquilo. Quería volver a casa para estar con sus amigos de instituto, dos de los cuales habían llegado a la NBA: Mike Hayes, de los Blazers y Travis Strong, de los Hornets.

A pesar de haber pasado a la historia, aquello no le llenaba en absoluto. La fama y la prensa parecían centradas en hacerle la vida imposible, en evitar que a pesar de encontrarse en una plenitud de juego jamás vista en la historia del baloncesto pudiera ser feliz con lo que tenía y que por su culpa, pensaba, había perdido.

Solo en casa de sus padres pasó el verano rodeado de quienes siempre habían estado a su lado mientras pasaba de los compromisos que había adquirido anteriormente. Faltó a su viaje por Asia patrocinado por Adidas y a la llamada de la selección estadounidense, que disputaba los juegos olímpicos de Dublín. Se alejaba del baloncesto competitivo y todo lo que lo rodeaba, deseando que aquel deprimente verano, aunque fuera lo más feliz que había estado en todo el año, no acabara nunca.
Finalmente tuvo que separarse de los suyos para asistir a la final de la Copa Mundial que se disputaba en Yokohama, en la que el Tallin Cramo de Estónia sería su rival. Con el conjunto angelino al completo en un estado físico lamentable, el equipo que lideraban Ildres y Andurs pasaría por encima del considerado mejor equipo del mundo, dando el primer título mundial a un equipo que bastante había hecho el año anterior con ganar la Euroliga.

Aquello fue un golpe muy duro para un Lemmeis más solo y fastidiado que nunca. La columna vertebral del equipo estaba ya muy envejecida, con Norman, Donaldson y Reid dando quizás su última campaña de buen baloncesto. Marcus se había desentendido totalmente de los movimientos del equipo en verano, mientras que una franquícia acomodada tras cuatro anillos consecutivos no había planteado ningún cambio para lograr que un equipo en el que ni siquiera quedava la ambición de Terry Norman tuviera nuevos alicientes para volver a lograr el anillo.

Por su parte la liga perdía por su veteranía a Willie Barson y Randy Wilton como grandes iconos de la competición. La apatía de Marcus Lemmeis no le hacía digno de convertirle en imagen de la mejor liga del mundo, que en su lugar confiaría en carácteres más amigables como Bullock, Arison, Haykes o Fox. Incluso desde la misma liga parecía que Lemmeis era el villano, imagen que él no hacía más que reforzar con su pasividad y su actitud negativa hacia todo lo que le rodeaba.

Antes de cerrarse el mercado de traspasos forzaría un intercambio a tres bandas que llevó a sus queridos Hayes y Strong a la franquícia angelina, que a cambio perdía a Caldwell y McCain, envejeciendo aún más la plantilla. Bass, Norman, Donaldson, Lemmeis y Reid seguirían siendo el quinteto preferido por Shaw, mientras que Perkins, Hoobson, Deberick, Hayes, Sweet y Strong formarían el núcleo fuerte del banco.

Esta sería la plantilla que empezaría la temporada 2032-2033, con el objetivo de lugar el quinto anillo de forma consecutiva. El cuarto banderín sería el maestro de ceremonias perfecto para un primer partido ante los Heat que resolverían con facilidad. Sería la primera de las siete victorias que saldarían de forma consecutiva antes de caer, con relativa sorpresa, ante los Raptors.
Lemmeis iba lanzado hacia otra corona anotadora, jugando más solo que de costumbre. Por primera vez en años Shaw se veía obligado a hacer cambios en el quinteto habitual, pues Reid, Donaldson y Norman estaban totalmente fuera de forma y no estaban para jugar mucho más de veinte minutos y seguir siendo competitivos.

Cada vez que abría la boca Marcus Lemmeis agradecía al General Manager el haber fichado a sus dos amigos de la infancia, aunque a la vez aprobechaba para lanzar un dardo envenado en referencia a aquellos que ya no le seguían como en años anteriores. Terminaba diciendo que deseaba lo mejor para el equipo, pero que quizás los movimientos debían haberse encarado hacia el imminente cambio de ciclo que hubiera sido mejor aventurar "antes de que fuera tarde".

Era rara la ocasión en que no era criticado o silbado a lo largo y ancho del territorio NBA, siendo Detroit (por su paso por la universidad de Michigan) y Philadelphia (por su cercanía con Pittsburgh) las únicas excepciones a la regla. Lemmeis era sin lugar a dudas el chico malo de la liga, el villano que no hacía más que alimentar las feroces críticas hacia su persona cada vez que abría la boca o dedicaba un gesto a público y equipos rivales.

Llegó la navidad, y con ella un interesante duelo entre Lakers y Rockets que enfrentaba a Lemmeis con la fuerza emergente (Arison) y su viejo amigo Wilton. Marcus se empeñó en demostrar que en una hipotética final del oeste los tejanos no podrían con él, pero tras dos prórrogas los Lakers terminarían cayendo. Aquella dolorosa derrota la pagaron los Clippers en la jornada siguiente, recibiendo 96 puntos de un Lemmeis empeñado en demostrar con aquella exhibición que era, sin lugar a dudas, el mejor baloncestista de la historia.

Tras la habitual cena de fin de año que el propietario ofrecía a la plantilla Lemmeis, Hayes y Strong decidieron alargar la velada para celebrar la hazaña del escolta y entrar con buen pie al año nuevo. Se pasaron la noche recorriendo locales conocidos de la ciudad y llegaban al amanecer a la mansión de Marcus para descansar tras una noche algo agitada. Perderían el avión que llevaba a su equipo a Indiana, recibiendo un ejemplar castigo de diez partidos que en el caso de Hayes y Strong no fue suficiente, pues aquella juerga les costó el despido.

Aquella polémica supuso el primer choque frontal de Marcus con su amada franquícia, que se remitió a los cuatro años que aún le restaban al contrato de su estrella para obligarle a cumplir con sus obligaciones. Lemmeis volvería a los entrenamientos tras la gira por el este que su equipo saldó con cinco derrotas. No se hablaba con Shaw ni ninguno de sus compañeros, y cuando por fin volvió a las canchas se dedicó simplemente a engordar su estadística personal mientras la comunión de equipo que había llevado a cuatro anillos consecutivos se desmoronaba.
Llegaba el All-Star y la franquícia obligó a Lemmeis a acudir, aunque este hubiera llevado a luz pública su intención de pasar unos días en Pittsburgh. Fue multado por la liga por pasar de los compromisos publicitarios de esta y las obras sociales que tuvieron lugar en Minnesota, pero finalmente llegó desde su casa para asistir al partido, en el que los suyos resolverían y él se llevaría el MVP llevándose un abucheo histórico.

Ni siquiera en su casa era bien recibido, pues su actitud empezaba a molestar al único público que hasta aquel momento le había adorado. Estaba claro que la química que por su culpa regnaba en el vestuario no era la adecuada para lograr otro anillo. Lemmeis pasaba de las críticas dedicándose a su principal objetivo, hacerse con el MVP y demostrarse a sí mismo que sólo podía ganar el anillo.

Llegaron los Play-Offs y los Lakers recibirían a los Suns como primeros clasificados de la temporada regular. Djeric era un gran jugador, pero no pudo ni siquiera ganarle un partido al MVP de la competición. Lo mismo ocurriría con los Wolves de Clifford y Terry en segunda ronda, aunque estos pudieron al menos salvar el honor ganando un partido.

Los Lakers llegaban por enésima vez consecutiva a otra final del oeste, escenario en el que sorprendentemente se enfrentarían a los Denver Nuggets. Todo el mundo esperaba los Rockets de Wilton y Arison en el gran escenario, pero el primero había demostrado ser ya muy mayor para resolver por sí solo y el segundo había pagado la novatada de verse como uno de los favoritos al título.

Denver opuso una resistencia firme. Woods y Corke querían hacerse con el anillo a toda costa, y sabían que tras sorprender a Houston difícilmente tendrían una mejor oportunidad. Solo había que parar a Lemmeis, pues se había demostrado a lo largo de la campaña que el resto se paraban por sí solos...

Tras perder los dos primeros choques Marcus se dió cuenta de cuanto se había equivocado hasta entonces. Pidió a sus compañeros un esfuerzo extra a cambio de comprometerse a intentar cambiar su actitud en la cancha, y gracias a ello lograron arrebatarles a los Nuggets cuatro partidos del tirón y llegar a su quinta final de la NBA consecutiva, escenario en el que sorprendentemente no aguardaban los Knicks de Bullock.
Willie Barson ni siquiera había sido All-Star aquel año y había anunciado su retirada, pero antes de poner punto final a una histórica carrera quería llevar a los Celtics a ganar un anillo más. El conjunto bostoniano venía muy cansado de las tres eliminatorias previas, que habían resuelto por 4-3 en tres agónicos partidos decisivos. Los Lakers eran los claros favoritos, pero ya desde el primer partido Barson demostró que los verdes iban a plantar cara.

Lograron llevar la serie a Boston con empate a uno, y salieron de allí con 3-2 a su favor a pesar de las monstruosas exhibiciones de Lemmeis, que faltaba a su promesa y volvía a intentar hacerse con el anillo librando batallas en solitario. Con 54 puntos lograría empatar la serie y llevarla a un decisivo encuentro, pero en este recibiría una auténtica lección de maestría, humildad y trabajo en equipo.

Willie Barson se coronaría como el MVP de las finales a pesar de no destacar por encima de sus compañeros en ninguna categoría estadística. Sería el premio a una gran carrera y, sobretodo, a la defensa sobre Marcus Lemmeis que permitiría a los suyos sorprender en Los Angeles y destrozar la ambición del dorsal uno de los Lakers de poder llenar su mano de anillos.

El escolta no haría declaraciones al término del partido, ni en todo lo que restaba de junio. El entorno de la liga asistía a multitud de rumores que apuntaban hacia que el escolta había pedido el traspaso y que incluso pensaba en la retirada. Nada más lejos de la realidad, Lemmeis se encontraba en casa de sus padres llorando al recordar todos los errores que había cometido y sin saber en que dirección encaminar su carrera.

4 comments:

Julius said...

El fantástico serial de basket-ficción llega a una encrucijada dramática... Lo mejor para matar el tiempo en un tonto día festivo es disfrutar de estas líneas tan especiales. Enhorabuena, crack

jrunones said...

impresionante lo que haces con tu blog, es digno de admiracion, me alegro de que haya gente que le guste el basquet y haga una peqeña critica comohaces tu y no tengamos que someternos a la mierda del marca o del as diario.
Buenas te comento:

Tenemos una liga Fantasy de NBA y nos gustaría que gente nueva, con ganas de participar y aportar cosas participara a partir de la temporada que viene.

Nuestra liga es peculiar, contamos con cuadro de contratos, limite de años por equipo, elecciones del draft, y cada final de temporada nos juntamos via Messenger y se subastan a todos los jugadores que acaben contrato, el que mas años le ofrezca (dentro de unas reglas y limites) pues ficha al jugador para su equipo.
Tu equipo no cambia de una año a otro como pasa en otras Ligas Fantasy (donde todos los años vas a un draft y se convierte en un desmadre, acabando con jugadores que no quieres), aquí vamos empezar de cero y una vez crees tu franquicia, solo tú eres el dueño de los jugadores y año a año serán los mismos, salvo que decidas venderlos al mejor postor para apostar por otro jugador.
Parece complicado pero es la mar de sencillo y sobre todo es muy entretenida si de verdad te gusta la nba.

es una liga diferente y bastante real, cada equipo dispone de un Blog, donde comentar fichajes, elecciones del draft, o simplemente hacer evaluaciones de como ve la liga.

Necesitamos gente con ganas de participar que se haga cargo de uno de los equipos y quiera empezar desde ya mismo (la subasta es dentro de poco, y el draft en pocos días).

aniímate y si quieres participar mas info no teneis más que pedirla.
jrunones@yahoo.es

Dav said...

Buah como molan. Me he leido la de Wilt y esta y son geniales. Sigue escribiendo que lo haces muy bien.

Un saludo

sixers29 said...

muy buena la historia, celtics dandole una leccion al conflictivo lemmeis. Verano de reflexión para el crack de los lakers.
Saludos crack!!