Tras haber preparado todos los detalles para la vuelta al "cole", marcaban las agujas las 12 menos cuarto de la medianoche cuando al fin fuí a dormir. Venía de una noche movidita con el carnaval y todo lo que ello conlleva, para que os hagáis una idea...
Me meto en la cama pero me cuesta dormir. Es de aquellos días que esperas durante todo el año y que, cuando llega, suceden a contrarreloj y sin dejarte con tiempo a prepararte como es debido.
El despertador suena a las dos en punto, más o menos hora y media después de haber conseguido dormirme. Me levanto al instante con energías renovadas y me hago un sitio delante del televisor; el DVD ya está en Rec, y empiezo sin darme cuenta a seguir el programa la galería del mate, que de haber sabido que lo hacían me hubiera permitido el lujo de dormir media hora de más.
Caliento el tercer plato de espaguettis (y último, ya se terminaron) cuando por fin conectan con la capital de Nevada y, voilá, llega la primera decepción. Se ha cortado la presentación pero, en fin, nada que el NBA TV Broadband no pueda solucionar.
Suenan los himnos que a lo largo de los años casi he terminado por aprenderme de memoria y se acerca el momento cumbre. Reviso mis apuestas (lo hice por Arenas) y vuelvo a mi habitat natural de la noche para centrar en el partido toda mi atención.
Iverson, Nash o Kidd, ausencias sin duda muy sentidas, y Tony Parker, era de lo poco que movería en ambas conferencias.
Comienza el duelo y lo hace como siempre. Descafeinado, sin nadie destacando más de la cuenta y con la perspectiva que aumentará el ritmo conforme pase el tiempo. Con una marcha de más iba d'Antoni en su duelo con Jordan, con constantes cambios y una rotación alegre y dinámica no muy típica de este tipo de eventos.
Conforme avanza el partido se perfilan los jugadores que van a luchar por el MVP. Howard y James parecen ser los más destacados en el este, mientras que Bryant, Stoudemire y Anthony dejan buenas muestras de su candidatura potencial en la conferencia oeste.
En el principio olvidados, Carmelo Anthony y Joe Johnson se marcaron un lujo de partido, demostrando que pueden estar allí por muchos años. Okur, Butler o Allen (aunque anotara mucho) dan muestras de nervios o exceso de confianza y ganas de protagonismo que, a mí, no me gustaron demasiado.
El ritmo del oeste rompe el partido que ya se prevé aburrido bien entrado el segundo cuarto. Bryant y Stoudemire acaban disputando un MVP que acaba en manos del más mediático de los dos, aún los méritos del recuperado pívot de los Suns. Amaré, olvidate de esto y centrate en ser el MVP de las finales.
Como último apunte, destacar un año más la poca motivación mostrada por Garnett, Nowitzki y Duncan, a los que cabría añadir Dwyane Wade. Sin duda, parecen estar más pendientes de otras cosas y dejan el protagonismo en manos de quiénes más lo reclaman: Lebron James y Kobe Bryant.
Un notable a los concursos
Sin ser tampoco la mejor edición en este aspecto, mención aparte los triples, no estuvieron mal del todo. No hablaré mucho del de tiro y el de habilidades porqué, al igual que el partido de rookies, aún no los he visto.
El de triples me parece de largo el mejor que he visto. La única pega es que Kapono fuera el primero en tirar y pusiera a sus rivales un listón tan alto. Respecto a lo de Arenas, a mi no me parece tan mal como la corriente popular parece querer imponer...
Por otra parte, los que si me decepcionaron un poco fueron los mates. Me parecío perfecto ver a jueces de la talla de los seleccionados, sin duda los cinco más grandes en esto, aunque debe decirse que en ocasiones puntuaron muy bajo.
Robinson hizo lo que mejor sabía hacer pero su rival, Gerald Green, tuvo suficiente con ir a medio gas para llevarse el gato al agua. Una lástima, no me gustó nada que el céltico no mostrara todas sus cartas.
Howard dejó una nota simpática, pero no le bastó para besar el aro en la gran final. Finalmente, Tyrus Thomas fue una digna cienicienta con un primer mate bastante bueno y una participación digna de aprobado.
Finalmente, y como siempre, el All-Star deja momentos de lo más simpáticos como la carrera entre Bavetta y Barkley, Green saltándose a Robinson y el bailecito del amigo Shaq. Concluiré diciendo que en este fin de semana ha predominado el buen rollo.
Antes de terminar, simplemente mis deseos para el año que viene: ver a Kyle Korver batíendose en duelo con Kapono, ver a James White en el concurso de mates y, por encima de todo, llegar con un marcador ajustado a la recta final del partido de las estrellas.
Ahí queda pues, un All-Star más. Kobe Bryant repite portada en mi pequeña joya de colección, para un fin de semana que, sin estar del todo mal, a algunos nos ha sabido a poco.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
4 comments:
gran post.Sobre lo de los concursos pues debería ser la gente quienes votasen,eso estaría muy bien.
A mí me hubiese gustado ver otra vez a Iguodala y tb me hubiese gustado ver a Carney.
Buen resumen de lo ocurrido este 'weekend'.La verdad es que hay cosas de este all-star que me han dejado algo frio. La broma de 'partido' de rookies y los concursos de relleno (para justificar 3 dias de eventos), me parece que se podrian suprimir. Un formato de dos dias como hace tiempo se hacía me parece lo mas correcto.
La verdad es que la mayoría de cosas empiezan a sobrarme, pero es lo que vende...según que año los concursos y el partido, es lo que para mí tiene sentido y acaba posterizado en un DVD
Vaya visión más positiva que has sacado del All-Star!!??
Post a Comment