Wednesday, June 18, 2008

La leyenda de KG (V)

Mis archivos y los de este blog han decidido eliminar de su memoria el cuarto capítulo de esta serie, un expediente X que nunca verá la luz. El cinco, abierto aún a nuevos hitos que Garnett con este mismo número a la espalda logre en los próximos años, sabe mucho mejor, pues es la fin a una sequía que en Minnesota hubiera sido eterna.

Ironías del destino KG me tuvo en su contra en su primera final o, mejor dicho, no a su favor. En mi caso el motivo no fue patrio, por simpatías con nuestro amigo barbudo que por lo logrado merece también un homenaje. Como ya sabéis la mayoría yo iba con los Lakers única y exclusivamente por Kobe, que aún tiene pendiente la reválida que Garnett, Pierce y Allen llevan superando con éxito desde que el uno de noviembre el Big Three del siglo XXI debutara en un Garden que se pellizcaba aún sin creerlo.

El Draft del 2007 fue el punto de inflexión, con Boston renunciando al Pick 5 que resultó ser Jeff Green a cambio de un Ray Allen que, como mínimo, augmentaba sensiblemente las opciones de los Celtics para los Play-Offs. Aún así, y visto en perspectiva, estaba claro que faltaba algo más. Garnett era la pieza, y tras ver que aquel proyecto que Ainge ofrecía a su buen amigo McHale era de su gusto dio luz verde, y nunca mejor dicho, a un traspaso que le cambió la vida.
Intenso incluso en las pachangas del Europe Live, se acercaba el día en que su fama de perdedor quedaría aparcada. Se le discutió no haberse mostrado tan intenso en Minnesota en los últimos tiempos, algo que en el caso de Gasol con los Grizzlies se justifica a causa de la falta de motivación. Supongo que a Kevin le pasaba lo mismo así que por mi parte está olvidado y además creo que es perfectamente normal.

Garnett, Allen y Pierce iban a por todas. Se olía en el ambiente, se leía en sus rostros... La NBA entera hubiera firmado por aquel entonces un campeonato céltico, el decimoséptimo con dedicatoria apuntando al cielo tras una temporada horrenda por parte del mejor equipo de la historia de la liga. Nadie parecía destinado a evitarlo, y los únicos factores en contra (maldición de Sports Illustrated aparte) residían en las dudas hacia un banquillo que de Rivers a Pollard no ofrecía garantías.

Jugaban tan intenso que daba la sensación que agotarían sus fuerzas en enero. Thibodeau elevaba a un nivel sublime la defensa de un equipo con piezas preparadas para ello, en el que además era el gran fichaje del verano el que daba mejor ejemplo. Si Kevin, Paul y Ray predicaban por el ejemplo los otros no podían sino seguirlos, o morir en el intento, pues dudo que en el corazón de Garnett, Pierce o Allen hubiera perdón para alguien que no se sacrificara como el que más.

Ilustrativo de esta capacidad de sacrificio, de darlo todo desde el primer día, es el siguiente ejemplo. No recuerdo las cifras exactas pero poco importa, pues la anécdota se refiere al primer entrenamiento al que asistió Kevin Garnett tras su fichaje por los Celtics. Llegó dos horas antes para calentar, orgulloso de haber sido el primero en llegar a la cancha. Poco tardaría en descubrir que Ray Allen estaba ya haciendo pesas y Paul Pierce trabajando el tiro; sí, sin duda esto iba en serio...

Siguiendo con el recorrido del equipo a lo largo del año esta historia, como todos recordaremos, no pudo empezar de mejor manera, con el equipo siguiendo la estela de los Bulls del 1996 hasta que los Wizards, con dos victorias de forma consecutiva, aparcaron este sueño solo a la altura de mitos. Esto y los primeros problemas de lesiones de una plantilla en la que, era evidente, faltaban piezas.

Los refuerzos se hicieron esperar más de la cuenta, pero lo que finalmente llegó valió la pena. PJ Brown y Sam Cassell reforzaban un equipo que se sobrepuso a la baja de su MVP, Kevin Garnett, de forma gratamente sorprendente. Aquel era el primer gran obstáculo que se encontraban en su cruzada hacia el anillo, y lo superaron con creces; estaban preparados.

Finalmente, y tras la baja de Garnett por lesión, Rivers, Pierce y Allen serían los afortunados que conformarían el combinado del este que se impuso al oeste en New Orleans. Quizás para Rivers, primerizo en este evento como entrenador, tuvo algún significado, aunque poca importancia debía darle alguien que de no ganar el título quizás perdería su puesto de trabajo. Pierce y Allen, por su parte, asistieron por compromiso aunque con la cabeza en otro sitio, en junio más concretamente.

Salieron indemnes y, visto en retrospectiva, con un robo que a día de hoy lamento aún más. Y es que Lebron James fue el injusto MVP de un partido que, en realidad, su equipo ganó gracias a Ray Allen. Digo que visto desde ahora sabe aún peor que aquel día porqué esto habría completado un cuarteto de auténtico ensueño, con todos y cada uno de los miembros del Big Three con un trofeo individual a añadir al más preciado de todos, el anillo de campeones.
Y es que la metamorfosis vivida por el equipo respecto antaño no pasó desapercibida al colectivo periodístico, que premió la labor de Kevin Garnett en defensa otorgándole el premio que hace no mucho monopolizaba Ben Wallace. Trofeo totalmente merecido para el jugador que, hoy ya puede afirmarse, ha cambiado más su equipo con su llegada. El segundo, también vale reconocerlo, es un tal Pau Gasol.

Con este premio bajo el brazo Kevin Garnett llegaba a territorio maldito, la primera ronda que salvo en el año 2004 jamás había sido capaz de superar. Esta síndrome T-Mac sin duda se agudizó conforme iba avanzando la serie ante los jóvenes Hawks, con el peor entrenedor de la liga en el banco y sin nada que perder. La sombra de los Mavs planaba sobre la comunidad céltica, que de haber visto a su equipo caer hubiera perdido, por suicidio, muchos de sus seguidores. Pero en el séptimo y definitivo choque los Celtics acabaron con la pesadilla y se clasificaban para la segunda ronda de los Play-Offs.

Ahí muchos veían ya la final anticipada, yo lo llevaba diciendo de hacía tiempo y por suerte, en este caso, el tiempo me ha dado la razón. Fue un duelo a muerte en que el feudo resulto clave, y en que los Celtics levantaron aún más dudas de las que ya había a su alrededor por no aprovecharse en exceso de la mala serie de Lebron James. Volverían a la muerte súbita para un choque de infarto, un duelo Pierce-James que, en mi opinión, ha sido de lo mejor de estos Play-Offs junto al partido inaugural entre Suns y Spurs.

Paul Pierce apareció entonces como el espíritu del equipo, consciente que diez años de leyenda sin anillo pesaban sobre sus espaldas y debían quedar en el olvido. Con una exhibición de más de cuarenta puntos acabó con el vigente finalista del este y llevó a los Celtics a un escenario que, con él junto a Antoine Walker, habían pisado ya en 2001.

También Garnett y Allen habían llegado, y caído, en la final de conferencia. Tocaba dar un paso más, un salto hacia lo desconocido, y me permitiré la libertad de comparar lo que estaban a punto de hacer con lo que dijo Sam en el señor de los anillos: "si doy un paso más seré lo más lejos de casa que habré estado".

Pronostiqué un 4-1 y los Celtics alargaron a un choque más la serie, dejando los Pistons muy tocados y acabando con las esperanzas de vida de Flip Saunders en el banquillo. Garnett vencía a su mentor y llegaba al gran escenario, como uno de los tres pilares (más bien dos por aquel entonces visto como estaba Allen) del equipo por el que nadie apostaba.

Pocos son los que pueden presumir de haber acertado, más allá de aquellos a quienes podían los colores y se decantaban por los Celtics, por sentimiento más que por otra cosa. Los Lakers habían perdido solo tres choques a lo largo de la postemporada (los mismos que los Celtics ante los Hawks) y venían de vencer por 4-1 al vigente campeón, a pesar que uno de los choques fuera ganado con polémica.

Ray Allen se recuperó y fue el más regular del Big Three en la final, aunque cuando Pierce apareció lo hizo de forma estelar. También Rondo estuvo a un nivel sublime y Perkins, a pesar de la lesión, merece todos mis respetos. Ambos han aguantado el tipo y han demostrado estar hechos de otra pasta, la que separa al ganador del perdedor. Y Kevin, por fin, se ha quitado su etiqueta, a pesar de que quizás haya sido, salvo en el último choque, el más discreto del trío estelar.

El "Beat LA" se convirtió en "Defense" cuando Doc Rivers resumió en una palabra lo que les ha llevado al campeonato. Wyc Grousbeck levantaba el trofeo tras esconderse en el bolsillo el puro que a buen seguro Red Auerbach gozó como los dieciséis anteriores, donde quiera que esté. Diecisiete son ya los anillos y ha sido Paul Pierce, un chico de Inglewood, quién ha aumentado a tres la distancia de campeonatos que separa a los Lakers de los Celtics.

¿Y Garnett? Lo vimos, todos fuímos testigos. Desde ayer es ya un ganador, un campeón del mundo, algo más que un secundón al lado de Tim Duncan. Desde ayer el podio de Barkley y Malone se pone más caro, desde ayer Kevin Garnett ya no tiene la presión de, como tantos otros, no tener nada con que acompañar su MVP. Ha sido un largo recorrido, trece años luchando, sudando, dándolo todo para que este quinto capítulo que aún no ha acabado sea escrito con tinta de oro.

"I've got my own" (tengo el mío) le decía ayer a Bill Russell. Y sí, Kevin, puedes estar seguro que está orgulloso de ti, de todos vosotros, y que estará encantado que por este éxito y los que han de venir tu dorsal cinco preceda su número seis en el techo del Garden, territorio sagrado que ayer acogió tres nuevos miembros; tres de los suyos.

Lloró como un niño, como el Da Kid que nunca ha dejado de ser. Ayer tanto esfuerzo tuvo su premio, y como Shaq en 2006 fue él quién cambió el rumbo de una franquícia que no merecía mediocridad. Que lo disfrute como lo que puede ser, el primero de muchos, pues su sed de anillos no creo que se sacie tan fácilmente y tampoco veo yo a Pierce, Allen, Rivers y, sobretodo, la afición del Garden demasiado conformistas.

15 comments:

Maverik said...

Extraordinario como siempre. Se echaban de menos tus largos y siempre sorprendentes artículos.

Celtics Pride!

Maverik said...

Extraordinario como siempre. Se echaban de menos tus largos y siempre sorprendentes artículos.

Celtics Pride!

Anonymous said...

Taylor, eres un crack. Creo que hoy es un día grande para todos los amantes del baloncesto, sean seguidores del equipo que sean. Ver a Bill Russell abrazando a Garnett emociona a cualquiera. Muchos de mi generación hemos crecido con la leyenda de los Celtics muy presente, con la visita del mítico equipo de los 80 al Palacio de los Deportes, con las tragedias de Bias y Lewis y con el espíritu noble que imprimió Auerbach a esta franquicia. Ahora la historia con mayúsculas continúa. Un abrazo y gracias por tu visita bloguera

Richi said...

Como te he dicho en mi blog contestando a tu coment, gracias por cierto; te he comentado que tu también eres ganador en parte, vosotros de Wolves. Sientete orgulloso por ello.

Saludos crack y enhorabuena

Anonymous said...

Garnett estuvo increíble en el sexto partido de la final, y ha sido el jugador más regular a lo largo de la temporada. Lo que pasa es que en la final Pierce ha sido más explosivo.

Por cierto, enhorabuena por un artículo tan bueno y tan largo, estoy de acuerdo con maverick.

Wilt said...

Hola wolf. He de decir que me gustab los Celtics y Garnett, peor tb que Garnett no es uno de los jugadores que mejor me caen, aunuqe en sus duelos con Duncan siempre he estado con KG (pero siempre se los lleva el otro). De los cEltics me quedo con Pierce, me alegro por él. Si coges a Pierce hace 4, 5, 6 o 3 años a todos nos daba pena; ahora que lo disfrute porque no ha sido nada fácil, y se lo merece más que cualquiera, así como que le retiren el dorsal ya. Estar en los Celtics hace unos años (el año psado mismo) era un suplicio, las cosas como son, se hablaba de todo menos de los Celtics. Incluso le ha perjudicado para estar en los All-Star. Así que Paul Piece, uno de mis jugadores más admirados: Congratulations!! Pero a los otros tb (menos a James Posey).

Alberto Mora Sánchez said...

Increible como siempre, estaras liado y escribes poco, pero cuando lo haces macho no veas :)

Gerard10 said...

True!!!

Vaya pedazo de artículos que te marcas crack, son los unicos que consigo leer sin, en algún momento, aburrirme o parar un rato. Sin duda que la calidad de los análisis son espectaculares y se entiende que los publica alguien que sabe de esto.

Los Celtics han ganado a los Lakers, pero el año que viene volveremos con mas fuerza, ya que vamos a incorporar al pívot rocoso que nos hacía falta para estas finales, Andrew Bynum.

Saludos y que escribas muchos mas!!!

Bias said...

Gran post como siempre crak, pero ke labia tienes jejejeje. Haber si puedes postear más a menudo, es un placer leerte.Saludos crak!!!!!

Wayne Robinson said...

Grandísimo post como siempre, wolf. confieso que me emocioné un poco al ver a Garnett llorar. Quien lo iba a decir. Un tipo tan duro y con tan malas pulgas. Y el abrazo con Russell fue muy emocionante. KG se merece el anillo aunque más se lo merece Pierce.

Wayne Robinson said...

De lo que me comentaste en mi blog sobre jermaine o´neal es solo un rumor no? No sé si darle mucha credibilidad.

sixers29 said...

hola true, un placer leerte, se te echaba de menos.

Por cierto, este año por fin han llegado a la final los dos equipos que quedaron como primeros de conferencia en temporada regular. Me acuerdo que tú habías puesto ese dato curioso en el comienzo de playoffs.

Enhorabuena a Garnett y a los celtics

Guillermo said...

Me ha encantado muy bueno, pero lo que más me ha gustado ha sido la anécdota del primer entrenamiento.

Saludos crack!

review said...

ojo que Marc Gasol puede recalar en los Wolves...

Un abrazo y post impresionante!

Richi said...

Esta madrugada veremos, voy con Wolves ya que me trago mil partidos de ellos, a ver conque juntan a mi Rashad con Foye-Brewer-BigAl; se habla de Mayo pero suena el rumor del pick3 x pick5 Marc y quizás Lowry, ojaláaaa

Veremos
A ver McHale que hace esta vez!